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SARAMAGO – EL ÚLTIMO PESSOA. Carmina, (2010)

VICENTE NÚÑEZ (y amigos delante de la tumba de F. Pessoa en «Os Jeronimos»)

 

J.E.Espinosa, V. N., O.D.P., L.J. RGES

De izquierda a derecha,
J.E. Espinosa, Vicente Núñez,
Olga Duarte, Zsolt Tibor
y L.J. Rodrigues Gonçalves
(este último, organizador
del Encuentro de Poetas Andaluces
en Lisboa
de 7 de julio de 1.998).
Fernando Pessoa,
al fondo
Foto: LGV

  

 

«ÉGLOGA», DE JUAN ÁVAREZ: EL POEMA DE UN RÍO. Por Lauro Gandul Verdún (Alcalá, 30 de julio de 2020)

 
 
 

Buen atardecer tengamos mientras suenen los versos del río del poema que Juan Álvarez nos va a leer. Estamos con suerte porque vamos a gozar de la Literatura con mayúscula. Ésta, la Literatura, es un paraje infinito de espejos que se dejan cruzar, si el escritor es ser de conocimiento, memoria y voluntad. El otro lado también tiene espejos, y así sucesivamente.

   Un escritor cuenta lo que ha descubierto. Su vida es el experimento continuo, su biblioteca el laboratorio estático. Su inspiración un motor inmóvil que nos puede llevar por el universo sin salir de la habitación. No hay nada más científico que la Literatura, porque que sea infinita no implica ilimitada. Sintaxis, Semántica, Morfología…, ¿habrá algo más estrictamente científico que escribir ficciones? Y su autenticidad está asegurada cuando un escritor lo es de verdad.

   ¿Dónde están los pastores de esta égloga? No los hay ni en el río ni en la vida que se representa el autor «Tu camino y el mío,/ descalabrado río sin pastores,/ ¿no son acaso el mismo?» Trágicamente, la visión del poeta comprende que la ignorancia del mar lo condena a no conocerlo nunca («No conoces el mar. No lo conocerás»). En aparente contradicción con «las vidas que van a dar a la mar, que es el morir» de Jorge Manrique. Paradoja que se salva con la certeza de que el río tiene madre de sus aguas y en poesía el mar no tiene porqué coincidir con el mar.

   Si Garcilaso de la Vega cantó al Danubio desde una de sus islas y Dámaso Alonso a un río llamado Carlos, ¿junto a qué río se ha sentado Juan Álvarez para esta égloga fluvial?, ¿en qué tiempo fluye el río de Juan? Nos responde desde el primer verso «en un tiempo sin tiempo» llevando en su corriente aguas claras y profundas de Luis Cernuda, o «aquel olmo hendido por el rayo» de Antonio Machado, que siguen fluyendo cuando se leen en el poema que presento, gracias a que Juan Álvarez nos trae junto a sus versos, forjados y amorosos, los otros sembrados en los surcos de la Historia literaria, renovados e intangibles, a la par.

   Todos los versos de esta égloga nos llegan desde muy lejos, y están muy cerca, junto a esta orilla ribereña, sus bosques, sus huertas…, y sus ahogados, como escribe Juan Álvarez («unas pocas palabras desgastadas / con que contar la historia de todos tus ahogados»).

   El poeta ha descubierto un territorio, que se ha hecho nuevo por su acción, y ha dibujado un mapa… Pero ha llegado tarde, cuando todo el tiempo y los seres han sido, y ahora sólo se les puede recordar o inventar. Desde esa suerte de aparente nada un mundo crea el poeta y por él nos lleva en un cántico de amor y muerte, de contemplación y acontecimiento, de dolor y nostalgia. De esta última nos da una enseñanza, que la acerca a la saudade de Fernando Pessoa, cuando se refiere a lo que dejó de existir, por haberse perdido para siempre hace tanto tiempo, es causa de que el poeta dude de que hubiera existido nunca («de un tren que ya no existe, que tal vez no existió»).  

 
 
 

BELÉM. Por Lagoa Henriques (1923-2009)


 
 
 

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DIÁLOGO IMAGINÁRIO. «Memórias de um encontro no Chiado: Fernando Pessoa n’ “A Brasileira”, com Vicente Núñez, Lagoa Henriques e Carlos Amado». Por Luis Jorge Gonçalves, Lauro Gandul Verdún e Olga Mª Duarte Piña (Lisboa, 1998-2011)

FERNANDO PESSOA, LAGOA HENRIQUES, CARLOS AMADO Y VICENTE NÚÑEZ CONVERSAN EN LISBOA. Fotografía de Lauro Gandul Verdún (7 de julio de 1998)

A PESCA NA VILA DE OLHÃO. Lagoa Henriques (1923-2009)

OLHÃO, VILA CUBISTA. Lagoa Henriques (1923-2009)

RECUPERO A IMAGEN A IDEIA. Poema de Lagoa Henriques (2005)

A MANCHA ACIDENTAL. Lagoa Henriques (1923-2009). Dibujo de Rafael Aguilera, (2003)

LAGOA HENRIQUES. Un poema

 
 
 

RAÚL DE CARVALHO (1920-1984): INESPERADO VISITANTE (CIRCA 1950). Con traducción al español y fotos del «Hospital das bonecas» de Lisboa. Lauro Gandul Verdún (2017)

 
 

Verso livreIMG_4599
Em toda a parte,
Dando um beijo
A toda a gente.
Pára aqui.
Não quer aquela?
Gosto, sim.
Não gosto, não.
Diga lá
Que nome tem.
Olha agora
Verso livre
Dá bons dias
—Que alegria!

Verso livre
Deu un salto
Para dentro
Do teu quarto,
A pessoa
Teve medo,
Suspirou…
Coração
Bateu três vezes.
Não é nada.
Não se assuste.
Verso livre
É seu amigo.
Teve pena.
Veio de longe
Por sua causa.
Sabia
Que você
Sentiu saudades
Dele — e veio.

ConfidenteIMG_4564
Verso livre.
Capaz de
Compreender
Sua grande
Infelicidade,
Perdoar
Os seus pecados,
Esquecer
Sua maldade,
E depois
Continuar
Perto e longe
Para quando
Você dele
Se lembrar
E precisar.
Tanta coisa
Que você
A ninguém
No mundo diz!
Ah, bem sei:
Há sua mãe,
E o primeiro
Companheiro
Da sua infância,
E o das horas
Aflitivas
Sempre pronto
A ajudar,
E o dos sonhos, IMG_4563
Rédea solta —
Quero isto,
Isso, aquilo …
(Vinte e dois
Anos. — E tu?
Sou da mesma
Idade. — Vamos
Correr mundo!
Voltaremos?
Não sabemos
Se voltamos.)

É há a moça
De olhos verdes.
—Dá-me o sim?
Por toda a parte
Pintados,
Olhos verdes.

Verso livre
À cabeceira.
Mão tão leve
Sobre a testa…
— Ah! És tu?
Adivinhei.

Verso livre.
Como sabes
Que ele, o meu
Filho, morreu?

Verso livre boneca 5
Acompanhando
Quem ele ama
Até ao fim.
Leva um ramo
De flores.
Vai rezando
Uma oração.
Leva o moço,
Leva a moça,
Leva o morto
Pela mão.

Quando menos
É esperado,
Verso livre
Diz adeus.
Não se sabe
Quando volta.
Quem sabe
Se voltará?
Quando for
A hora dele,
Verso livre
Aqui estará.

 
 

[RAUL DE CARVALHO (1920-1984).
As Folhas de Poesia Távola Redonda
(Boletim  Cultural VI SÉRIE-N.º 11-Outubro de 1988).
Ed. Serviço de Bibliotecas Itinerantes e Fixas
da Fundação Calouste Gulbenkian.
Lisboa 1988.
Pág. 17]

 
 

boneca 4

 
 

 El verso libre
En todas partes,
Dando un beso
A toda la gente.
Para aquí.
¿No lo quiere?
Sí, me gusta.
No me gusta, no.
Diga allí
Qué nombre tiene.
Mire ahora,
El verso libre
Da los buenos días
—Qué alegría!

El verso libre
Dio un salto
Para dentro
De tu habitación,
La persona
Tuvo miedo,
Suspiró…
El corazón
Le dio un vuelco
Tres veces.
No es nada.
No se asuste.
El verso libre
Es su amigo.
Tuvo pena.
Vino de lejos
boneca 6Por su causa.
Sabía
Que usted
Sentía deseos
De él — y vino.

Confidente
El verso libre.
Capaz de
Comprender
Su gran
Infelicidad,
Perdonar
Sus pecados,
Olvidar
Su maldad.
Y después
Seguirle
de cerca y de lejos
Para cuando
Usted de él
Se acuerde
Y lo necesite.
¡Hay tanto
Que usted
A nadie
En el mundo dice!
Ah, bien sé:
Están su madre,
Y el primer
Compañero
De su infancia,
Y el de las horas
Aflictivas
Siempre listo
Para ayudar,
boneca 7Y el de los sueños,
A rienda suelta —
Quiero esto,
Eso, aquello…
(Veintidós
Años. — ¿Y tú?
Soy de la misma
Edad. — ¡Vamos
A correr mundo!
¿Volveremos?
No sabemos
Si volveremos.)

Está la muchacha
De ojos verdes.
—¿Me das el sí?
Por todas partes
Pintados,
Ojos verdes.

El verso libre
En la cabecera.
Mano tan ligera
Sobre la cabeza…
—¡Ah! ¿Eres tú?
Lo adiviné.

Verso libre.
¿Cómo sabes
Que él, mi hijo,
Murió?

El verso libre
Acompañando
A quien ama
Hasta el fin.
Lleva un ramo
De flores.
Va rezando
Una oración.
Lleva el muchacho
Lleva la muchacha.
Lleva el muerto
De la mano.

Cuando menos
Se espera,
El verso libre
Dice adiós.
No se sabe
Cuando vuelve.
¿Quién sabe
Si volverá?
Cuando sea
Su hora,
El verso libre
Aquí estará.

 
 
[Traducción al español:
Lauro Gandul Verdún (2017)]
 
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LISBOA A NAU VIVANTE. Poema de Raul de Carvalho (1920-1984) con dibujo de Xopi

 
 

LISBOA COM SUAS CASAS DE VÁRIAS CORES. Álvaro de Campos (11-5-1934)

 

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Escultura de Fernando Pessoa en el Chiado 
Por Lagoa Henriques
(1923-2009)
[Foto: Lorenzo del Término (Lisboa 2017)]
 

Lisboa com suas casas
De várias cores,
Lisboa com suas casas
De várias cores,
Lisboa com suas casas
De várias cores…
À força de diferente, isto é monótono,
Como à força de sentir, fico só a pensar.

Se, de noite, deitado mas desperto
Na lucidez inútil de não poder dormir,
Quero imaginar qualquer coisa
E surge sempre outra (porque há sono,
E, porque há sono, um bocado de sonho),
Quero alongar a vista com que imagino
Por grandes palmares fantásticos,
Mas não vejo mais,
Contra uma espécie de lado de dentro de pálpebras,
Que Lisboa com suas casas
De várias cores.
Sorrio, porque, aqui, deitado, é outra cousa.
À força de monótono, é diferente.
E, à força de ser eu, durmo e esqueço que existo.

Fico só, sem mim, que esqueci porque durmo,
Lisboa com suas casas
De várias cores.

 

[Obra essencial de Fernando Pessoa (Poesia dos outros eus).
Editorial Assírio & Alvim.
Lisboa 2010.
Págs. 404-405]

 

LA ESTRUCTURA PRÁCTICA DE LA CREACIÓN LITERARIA, y 3 (Consideraciones filosóficas sobre poesía y democracia). Por Tomás Valladolid Bueno para «CARMINA LUSITANA»

La actitud prejuiciosa que preside bastantes de nuestras relaciones interpersonales se prolonga hasta las palabras y los conceptos. Algo de esto es lo que sucede con el término creación. Por un lado se lo considera sospechoso dada su carga teológica o religiosa. Por otro, se tienen reticencias por cuanto al aplicarlo a actos humanos resulta, o puede resultar, excesivamente pretencioso. Salvaremos aquí estas u otras valoraciones negativas del concepto de creación y tendremos presentes las reflexiones realizadas por algún creador literario.

            El 13 de enero de 1935 FERNANDO PESSOA escribió una carta al crítico y ensayista CASAIS MONTEIRO explicándole el origen de los Heterónimos. En el contexto que nos interesa podemos leer lo siguiente en dicha correspondencia: «Desde niño tuve la tendencia a crear en torno de mí un mundo ficticio, de rodearme de amigos y conocidos que nunca existieron. Desde que me conozco como siendo aquello a que llamo yo, me acuerdo de precisar mentalmente, en figura, movimientos, carácter e historia, varias figuras irreales que eran para mí tan visibles y mías como las cosas de aquello a lo que llamamos acaso abusivamente, la vida real. Esta tendencia, que me viene desde que me acuerdo de ser un yo, me ha acompañado siempre, mudando un poco el tipo de música con la que me encanta, pero no alterando nunca su manera de encantar.»

            Estas palabras, a modo de confesión, ponen de relieve la íntima conexión que se da entre la autoconciencia del poeta y su acción creadora. Hasta tal punto, continúa PESSOA, «que esta tendencia a crear en torno de mí otro mundo, igual que éste pero con otra gente, nunca me salió de la imaginación.» Esto no es sino una clara enfatización del acto creador desde el cual uno se sabe poeta. Este carácter será aún, si cabe, más explicitado: «Creé entonces una coterie inexistente. Fijé todo aquello en moldes de realidad. Gradué las influencias, conocí las amistades, oí, dentro de mí, las discusiones y las divergencias de criterios, y en todo ello me parece que fui yo, creador de todo, lo menos que allí hubo. Parece que todo ocurrió independientemente de mí.»

            Podríamos pensar que estas afirmaciones del poeta portugués responden exclusivamente a su modo particular de ver las cosas. Sin embargo, ese comprenderse como creador nos aparece en su verdadera extensión si tenemos presentes unas reflexiones del poeta JORGE GUILLÉN. Resultan importantes por cuanto constituyen la expresión, por boca de uno, del modo en  que se reconocen los poetas de la Generación del 27.

            Cuando se ha tratado de poner en conexión la actividad literaria con el concepto de creación ha aparecido un concepto mediador y diferenciador: producción. Con ello se quiere mantener la doble cualidad de la obra literaria: la de ser un acto creador en tanto que causa de algo nuevo, por una parte, y la de constituir un acto productor en tanto que causa actuante no desde la nada sino en y desde algo, por otro. Desde este cuadro conceptual cobra sentido decir que es en ese ser algo más que mera producción y algo menos que pura creación en donde se funda la autoconciencia del poeta o del narrador que le lleva a verse como algo más que un mero técnico del arte. Y así también, en mi opinión, cabe interpretar las siguientes palabras de GUILLÉN: «Por tantas vías y sin restricciones dogmáticas de escuela aquellos muchachos buscan una poesía que sea al mismo tiempo arte en todo su rigor de arte y creación en todo su genuino empuje (…). Arte de la poesía, pero ningún huero formalismo.»Y un poco más adelante nos aclara, a propósito del concepto valeryano de fabricación de la poesía: «Crear, término del orgullo, componer, sobrio término profesional, no implican fabricación.»

            No se realiza la creación literaria ex nihilo porque la poesía, nos dice GUILLÉN, «existe atravesando, iluminando toda suerte de materiales brutos. Y esos materiales exigen sus nombres a diversa altura de recreación. Sólo en este necesidad de recreación, coincide el lenguaje de estos poetas inspirados, libres, rigurosos.» Además, si puede ser «cierto que los materiales brutos se presentan recreados en creación, transformados en forma, encarnados en carne verbal» también lo es que lo hacen desde cierta nada. Para entender esto se hace preciso reformular el discurso del propio JORGE GUILLÉN.

            Hay en este poeta una especie de funcionalismo poético que será interpretado aquí como ontologismo democrático constitutivo de la creación poética y, por tanto, como el sustrato práctico al que más arriba hemos apuntado. En opinión de GUILLÉN «ninguna palabra está de antemano excluida; cualquier giro puede configurar la frase. Todo depende, en resumen, del contexto. Sólo importa la situación de cada componente dentro del conjunto, y ese valor funcional es el decisivo. La palabra rosa no es más poética que la palabra política. Belleza no es poesía, aunque sí muchas veces su aliada.» Pues bien, la creación literaria, frente a las creaciones que partiendo de cero o de un material dado y realizadas de acuerdo con un plan jerárquico de ideas, se muestra como una obra realizada sin apriorismos ónticos (ninguna palabra está de antemano excluida) y sin apriorismos ideales (belleza no es poesía).

            La creación literaria no es, desde este planteamiento, ni la restauración de un orden entre los entes concretos, ni la plasmación de un ser olvidado. No se trata de copias de lo real existente ni de lo ideal como fundamento de lo que es aquí y ahora. Tampoco se trata de una simple o compleja modificación de los materiales entregados. Más bien la creación literaria, siguiendo «el impulso de una voluntad de poesía como creación, de poema como quintaesenciando mundo», es tal que «la realidad no será reduplicada en copias sino recreada de manera libérrima», nos dice JORGE GUILLÉN. Estamos ante un modo de crear que es primordialmente desplanificación, pero en tanto que el creador literario, como dice de nuevo el poeta, «no se cree obligado a ejercer ningún sacerdocio, y ninguna pompa religiosa, política o social que acartona sus gestos», es razonable pensar que la creación literaria es, junto a la desplanificación, un acto de desviación.

            De otra parte, no menos importante, ese funcionalismo de GUILLÉN puede ser interpretado como un formalismo democrático en el cual se vuelven a repetir las notas de desplanificación y de desviación: «Bastaría el uso poético, porque sólo es poético el uso, o sea, la acción efectiva de la palabra dentro del poema: palabras situadas en un conjunto. Cada autor siente sus preferencias, sus aversiones y determina sus límites según cierto nivel. El nivel del poema varía; varía la distancia entre el lenguaje ordinario y este nuevo lenguaje, entre el habla coloquial y esta oración de mayor o menor canto. A cierto nivel se justifican las inflexiones elocuentes. Nada más natural, a otro nivel, que las inflexiones prosaicas, así ya no prosaicas. En conclusión, el texto poético tiene su clave como el texto musical. Absurdo sería transferir notas de La realidad y el deseo a Soledades juntas, a Jardín cerrado. Lenguaje poético, no. Pero sí lenguaje de poema, modulado en gradaciones de intensidad y nunca puro.»

            Pocos textos como este último pueden servir para expresar ese carácter constitutivo que hemos llamado práctico en contraste con los aspectos meramente técnico-productivos. Es en ese elemento donde cabe cifrar la nota democrática de la forma artística, porque democrática es la intención de salvaguardar el todo de la unidad (lenguaje de poema) frente a la aniquiladora unidad del todo (lenguaje poético). Y es por esto por lo que el discurso de GUILLÉN cobra un nuevo sentido. En esas coordenadas semánticas alcanza una nueva dimensión la siguiente advertencia del poeta: «sería falso imaginarse una doctrina organizada.» La creación literaria es una desplanificación frente a cualquier apriorismo lingüístico (lenguaje puro) y una desviación frente a cualquier uso establecido (lenguaje ordinario).

            En la creación literaria eso que hemos denominado desplanificación y desviación van tan entretejidas como lo están el ontologismo y el formalismo democrático antes referido. Quiere esto decir que entender la creación poética según este planteamiento supone pensar tales conceptos desde ellos mismos, a través de ellos mismos y de sus laberínticos lazos. Es por esto que para comprender la creación literaria nos veamos impelidos a mediarla con el concepto de destrucción y no de producción. En este cuadro comprensivo la acción del creador encuentra su imagen en el acto que consiste en tomar con nuestras manos una flor y retorcerla levemente para después dejarla caer en un fértil desmoronamiento que genera una mosaica desorganización sobre un sucio suelo, salvo que, preñada de sentido.

 «CARMINA» Nº 3

LA ESTRUCTURA PRÁCTICA DE LA CREACIÓN LITERARIA 1

RECUPERO A IMAGEN A IDEIA. Poema de Lagoa Henriques (2005)

 

Escultura de Fernando Pessoa
(detalle) 
por Lagoa Henriques
Lisboa

 

 

 

 

LA LITERATURA COMO BLUFF. Por Enrique Martín Ferrera (Mayo de 2010)

 

Foto:  EMF

 

 Al principio era el verbo, al final, la verborrea.

Stanislaw Jerzy Lec

 

 

 ¿Cómo olvidar que los bosques enteros son talados

para abastecer la hoguera saturnal de las industrias

 de la nadería y la incultura…?

 Juan Pedro Quiñonero (El Taller de la Gracia)

 

 

            Hágase escritor en seis meses. No es chanza; es el lema del anuncio que leía ayer mismo, al pasar junto al escaparate de una academia donde se enseñan no sé cuántas disciplinas y ocupaciones varias. Hoy, que todo el mundo siente la necesidad y el sagrado deber de decir algo en voz alta (yo mismo, al escribir esto), no es de extrañar que existan empresarios dispuestos a explotar ese nicho de negocio, organizando cursos o talleres intensivos donde se expiden certificados que nos capacitan para reconocernos como escritores y que nos reconozcan como tales.

 

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GEOGRAFÍA POLÍTICA (CUADERNO DE CONDEIXA). Lauro Gandul Verdún (2009)

 

Molde de la escultura de Pessoa
Universo Lagoa
Lisboa
2003

 

En toda Portugal, siempre Lisboa.

… Y en Lisboa?

En toda Lisboa, siempre Pessoa.

… Y en Pessoa?

En todo Pessoa, nadie siempre.

… Y en Nadie?