Posts matching “Lorenzo del Término”.

AMIGO SOUSA MARTINS, OBRIGADO PELO MEU CORACÃO NOVO. Fotografía de Lorenzo del Término (Lisboa, 2017)

 

José Tomás de Sousa Martins (1843-1897)

Retrato de José Tomás de Sousa Martins
Médico y Profesor
(1843-1897)
Grabado
Francisco Pastor
(1850-1922)

 
 

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EL GATO QUE ESTÁ EN LA VENTANA. Fotografía de Lorenzo del Término (Lisboa 2017)

 

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FERNANDO PESSOA, AUTOR DEL AUTOR: FRAGMENTO 1 DE «LIVRO DO DESASSOSSEGO (COMPOSTO POR BERNARDO SOARES, AJUDANTE DE GUARDA-LIVROS NA CIDADE DE LISBOA)». Con fotos de Lorenzo del Término

 

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Alrededores de Lisboa
2008

 

Nasci em um tempo em que a maioria dos jovens haviam perdido a crença em Deus, pela mesma razão que os seus maiores a haviam tido —sem saber porquê. E então, porque o espírito humano tende naturalmente para criticar porque sente, e não porque pensa, a maioria desses jovens escolheu a Humanidade para sucedâneo de Deus. Pertenço, porém, àquela espécie de homens que estão sempre na margem daquilo a que pertencem, nem veem só a multidão de que são, senão também os grandes espaços que há ao lado. Por isso nem abandonei Deus tão amplamente como eles, nem aceitei nunca a Humanidade. Considerei que Deus, sendo improvável, poderia ser, podendo pois dever ser adorado; mas que a Humanidade, sendo uma mera ideia biológica, e não significado mais que a espécie animal humana, não era mais digna de adoração do que qualquer outra espécie animal. Este culto da Humanidade, com seus ritos de Liberdade e Igualdade, pareceu-me sempre uma revivesçência dos cultos antigos, em que animais eram como deuses, ou os deuses tinham cabeças de animais.

            Assim, não sabendo crer em Deus, e não podendo crer numa soma de animais, fiquei, como outros da orla das gentes, naquela distância de tudo a que comummente se chama a Decadência. A Decadência é a perda total da inconsciência; porque a inconsciência é o fundamento da vida. O coração, se pudesse pensar, pararia.

 

[Fernando Pessoa (1888-1935).
Fragmento de Livro do desassossego (composto por Bernardo Soares, ajudante de guarda-livros na cidade de Lisboa).
Edición de Richard Zenith.
Editorial Assírio & Alvim.
Lisboa 2011.
Pág. 39]

 

LISBOA 2008

Cabo del Espichel
2008

 

Nací en un tiempo en el que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido —sin saber por qué—. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de esos jóvenes escogió la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, no obstante, a aquella especie de hombres que están siempre en el margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. Por eso no abandoné a Dios tan ampliamente como ellos, ni acepté nunca la Humanidad. Consideré que Dios, siendo improbable, podría ser, pudiendo pues ser adorado; pero que la Humanidad, siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración de la que cualquier otra especie animal. Este culto de la Humanidad, con sus ritos de Libertad e Igualdad, me pareció siempre una reviviscencia de los cultos antiguos, en los que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales.

            Así, no sabiendo creer en Dios, y no pudiendo creer en una suma de animales, quedé, como otros de la orla de las gentes, en aquella distancia de todo lo que, comúnmente, se llama Decadencia. La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón, si pudiese pensar, pararía.

 

[Traducción al español por Lauro Gandul Verdún
para «CARMINA» Blog Literario.
Alcalá de Guadaira

2017]

 

LISBOA (2008)

 

LISBOA EN DICIEMBRE CON EL MARQUÉS DE POMBAL AL FONDO. Foto de Lorenzo del Término (2015)

 

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BUENAS MUJERES PARA SER CABALLOS (ACRÍLICO SOBRE TABLA) Y CINCO DETALLES. PINTURA DE GINÉS LIÉBANA 1979. Homenaje del fotógrafo Lorenzo del Término al poeta Vicente Núñez (2015)

 

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 Buenas mujeres para ser caballos

Ginés Liébana

1979

[Museo de Bellas Artes de la ciudad de Córdoba]

 

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Det. 2

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Det. 3

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Det. 4

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MÁSCARAS, ¿SIMÉTRICAS? Esculturas de Antonio Cerero fotografiadas por Lorenzo del Término en el taller del pintor Guillermo Bermudo (2014)

 

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EL ESCULTOR ANTONIO CERERO EN «CARMINA»

GUILLERMO BERMUDO EN «CARMINA»

 

EL CRISTO DEL PERDÓN DONDE LAS CLARISAS LE CANTAN. Fotografía de Lorenzo del Término (Alcalá de Guadaíra, 15 de abril de 2014)

 

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A UN RÍO LE LLAMAN «EL SALADO». Fotografía de Lorenzo del Término (al final del invierno en las afueras de Alcalá de Guadaíra de 2014)

 


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LA LIBRERÍA ‘TÉRMINO’ DE ALCALÁ DE GUADAÍRA (UNA HISTORIA DE DOS LIBREROS): ANTONIO GARCÍA CALDERÓN Y MARIANO CRUZ GARCÍA. De la serie «Historias de vidas» por Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2017

 
 
 
Mariano y Antonio. LIBRERÍA TÉRMINO 2017

Los libreros de ‘Término’ Mariano Cruz y Antonio García
[Foto: ODP 2017]

 
 
 

Fue en otoño de 2015 en un taller de literatura que Mariano daba en la Biblioteca Pública. Antonio llegó tarde al edificio del antiguo matadero municipal y vio el cartelito, que lo anunciaba, colgado en la puerta de la biblioteca con el título de Vísperas y el nombre del escritor. Por esta denominación supo que lo había leído en internet en una revista literaria así llamada, y que el tal Mariano de la revista era el mismo que el del taller. A éste le costó admitirlo porque ya había pasado el plazo de inscripción. No se conocían personalmente, aunque pronto comprobaron que tenían muchos amigos comunes pero jamás antes habían coincidido en ningún lugar.

   Aquel taller constituyó propiamente un curso por su duración, realmente fueron dos talleres, alargándose el programa hasta mayo del año siguiente. En una primera fase se trataba todo el proceso de elaboración de una obra literaria, desde los aspectos puramente creativos a los editoriales, pretendiendo abarcar el mundo del libro desde el preciso momento en que un escritor concibe una idea hasta que esa idea va paulatinamente evolucionando para convertirse en un libro, físicamente considerado. Se abordaban también los ámbitos de la crítica y de la vida editorial. Luego, en una segunda parte, las enseñanzas se centraron en las técnicas narrativas en general, aunque especialmente enfocadas hacia el relato breve.

   Vísperas es una revista de reseñas bibliográficas, y crítica literaria en general, fundada por Mariano en 2013 cuando vivía en Inglaterra. La dirigió hasta no hace mucho, coordinó a los autores que en ella publicaban y procuró que los textos que se editaban ofrecieran a sus lectores noticia de la creación literaria en general. Desde que se apartó de la revista ésta se ha venido dedicando más a la literatura española, habiendo dejado de ocuparse de la extranjera.

   Antonio es arquitecto. Ha sido siempre un curioso de las letras y por éstas se ha entusiasmado y, al mismo tiempo por ese interés, le han gustado los libros: poseerlos, leerlos, ordenarlos, buscarlos… en las bibliotecas familiares, en las de los amigos, en las públicas y, claro está, en las librerías. Ha sido un visitante asiduo de librerías, un tipo cada vez más exótico por serle cada vez más difícil encontrar una librería de verdad. El taller literario le estaba animando a explorar la posibilidad de encontrar la oportunidad de hacer realidad ese deseo de ser librero. Estuvo atento a un cierto movimiento, que venía ocurriendo en Sevilla, tratando de recuperar una forma de librería que, además de vender libros, desempeñase otras funciones atinentes a la acción cultural y, por tanto, social. La librería como espacio público donde los aficionados a los libros además de comprarlos pudieran establecer lazos entre ellos, con el propio librero y con los protagonistas de los sucesivos actos que se celebraran. Esto no era nuevo. Las vanguardias literarias no sólo se hicieron visibles en los cafés legendarios de Madrid, Lisboa, París o Bruselas del pasado siglo. También en legendarias librerías de ésas y otras ciudades. Joyce presentó su Ulises en la Shakespeare & Company de París. En Lisboa los poetas de Orfeo pasaban sus iluminados días entre el café A Brasileira y la librería Bertrand. Pero lo que sí aparecía como nuevo era precisamente esa actualización de la librería como centro cultural y social, regentar una librería de esta guisa aquí en nuestra tierra y hoy en día. Y así, por ejemplo, lo estaba haciendo la librería sevillana La Extravagante (hoy Caótica).

 
 
 
Mafra (biblioteca) Lorenzo del Término 2017

Biblioteca del Convento de Mafra
[Foto: Lorenzo del Término (Portugal, 2017)]
 
 
 

   Antonio colocó en las redes sociales una noticia de futura apertura de una librería en Alcalá para comprobar qué reacción tenía la gente. Una librería con esa forma de organismo vivo y creativo alimentado por una humana voluntad sólida, dirigida a suscitar una suerte de corporeidad de las palabras, un espacio abierto a la participación del público, generoso con éste y con sus necesidades espirituales, intelectuales o artísticas en aras de procurar dar una satisfacción a éstas. No habían pasado ni dos días y recibió un mensaje de Mariano quejándose porque no encontraba la librería y pidiendo la dirección exacta. No era torpeza de Mariano, que no sabía aún que Antonio estaba detrás de la noticia, porque éste había incluido un plano de ubicación de la librería… inexistente, en pleno centro de La Plazuela, ¡cómo la iba a encontrar Mariano, ni nadie! Cuando había leído que una librería de tales características existía en Alcalá lo primero que hizo fue irse para La Plazuela a buscarla. Antonio le contestó que la librería no la iba a encontrar, pero sí que era un proyecto. El taller sirvió ahora, también, para que los dos continuaran madurando las ideas. Mariano se entusiasmó con el proyecto de una librería así. Le puso de manifiesto a Antonio que estaría dispuesto a embarcarse en esa singladura. Hablaban y hablaban, y consultaban, iban de aquí para allá estableciendo contactos con libreros, con editoriales…, iban percibiendo que el proyecto cuajaba, que se sentían cada vez más capaces de dar el paso adelante.

   Hay varias librerías como referentes, que en los últimos cinco años han revolucionado el concepto de librería clásico. Son librerías que se han convertido en centro de animación cultural del sitio donde están e irradian su dinámica literaria y de proyectos. La ya citada Caótica en la calle José Gestoso en Sevilla. En Madrid, la librería-vinoteca Tipos Infames les sirvió de modelo, visitaron La República de las Letras en Córdoba, y sobre todo se detienen en detalles cuando mencionan La Puerta de Tannhauser ubicada en Plasencia. Han viajado para conocer estas librerías, inspirarse, y así concebir Término.

   Después de que el taller Vísperas finalizara en mayo de 2016, Mariano se fue a trabajar en una novela a la oficina de trabajos compartidos que coordinaba Antonio en la calle Pescadería. Allí pasó todo ese verano lo que supuso que no hubiera solución de continuidad al proceso de conformación del proyecto de su propia librería.

   Todo se precipitó desde ese verano y el día quince de septiembre se pre-inauguró Término, aún con los estantes vacíos. Fue invitada Marina Perezagua que vino a presentar su libro Don quijote en Manhattan, luego fue la inauguración oficial y a partir de aquí, con un «terreno virgen» como ellos mismos han calificado este lugar libresco de Término, se han ido sucediendo presentaciones de libros, conferencias, veladas musicales, charlas, encuentros literarios, todos los jueves y algunos viernes más algunas catas de vinos. Han generado «una corriente de simpatía» como les dijo José Antonio Francés, en la cultura alcalareña, también llega mucha gente que les dice: −«¡me han alegrado la vida!». Más allá de todo este repertorio se han convertido, también, en una librería de barrio porque llegan a hacerles encargos. El primero fue una Biblia.

   Tienen un fondo literario que los caracteriza, basado en editoriales relevantes e innovadoras en sus ediciones. Pero, principalmente, tienen en cuenta lo que a ellos les gusta. Aun así, este fondo se ha ido ampliando por la demanda de los clientes y ha aumentado la colección de libros de Historia, por ejemplo. Desde este verano, se ha ido incorporando el fondo de libros de segunda mano.

   La agenda de programación ya está cubierta hasta la primavera del año próximo. Y ya no son ellos los que proponen actos culturales sino que llegan propuestas desde muy variopintas perspectivas de la cultura. A todas le dan acogida y siempre con una gran calidad en las presentaciones y los invitados.

   Esperamos que el Dios Término siga alumbrando las lindes de este centro cultural, inimaginable pero necesario, para arar la tierra literaria alcalareña que durante muchos años ha estado en barbecho.

 
 
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Librería Al Andalus 2017 1

Librería Al Andalus de Sevilla en abril de 2014
 
 
 

A modo de estrambote fotográfico, por gentileza de Lorenzo del Término (autor de estas instantáneas) nos permitimos aprovechar este espacio para hacer un homenaje a la librería sevillana Al Andalus, auténtico paradigma de muchas de las cuestiones tratadas en esta semblanza de nuestros dos libreros, que en la Sevilla de hace medio siglo llegaron a hacer realidad lo que aún hoy está vivo. LAUS LIBRIS
 
 
 
Firmas en Al Andalus 1

Firmas en vigas y muros de la librería Al Andalus de Sevilla (1)
 
 
 
Firmas en Al Andalus 2

Firmas en vigas y muros de la librería Al Andalus de Sevilla (2)
 
 
 
Firmas en Al Andalus 3

Firmas en vigas y muros de la librería Al Andalus de Sevilla (3)
 
 
 
Librería Al Andalus 2017 2
 
 
 

«A FÉ É O INSTINTO DA AÇÃO». FERNANDO PESSOA, AUTOR DEL AUTOR: FRAGMENTO 2 DE «LIVRO DO DESASSOSSEGO (COMPOSTO POR BERNARDO SOARES, AJUDANTE DE GUARDA-LIVROS NA CIDADE DE LISBOA)». Con fotografías de Lauro Gandul Verdún

 
 
japonesa (lisboa 2008-LGV)

Figura de japonesa
(Foto: LGV Lisboa 2008)

 
 

Pertenço a uma geração que herdou a descrença na fé cristã e que criou em si uma descrença em todas as outras fés. Os nossos pais tinham ainda o impulso credor, que transferiam do cristianismo para outras formas da ilusão. Uns eram entusiastas da igualdade social, outros eram enamorados só da beleza, outros tinham a fé na ciência e nos seus proveitos, e havia outros que, mais cristãos ainda, iam buscar a Orientes e Occidentes outras formas religiosas, com que entretivessem a consciência, sim elas oca, de meramente viver.

   Tudo isso nós perdemos, de todas essas consolações nascemos órfãos. Cada civilização segue a linha íntima de uma religião que a representa: passar para outras religiões é perder essa, e por fim perdê-las a todas.

   Nós perdemos essa, e às outras também.

   Ficámos, pois, cada um entregue a si próprio, na desolação de se sentir viver. Um barco parece ser um objeto cujo fim é navegar; mas o seu fim não é navegar, senão chegar a um porto. Nós encontrámo-nos navegando, sem a ideia do porto a que nos deveríamos acolher. Reproduzimos assim, na espécie dolorosa, a fórmula aventureira dos argonautas: navegar é preciso, viver não é preciso.

   Sem ilusões, vivemos apenas do sonho, que é a ilusão de quem não pode ter ilusões. Vivendo de nós próprios, diminuímo-nos, porque o homem completo é o homem que se ignora. Sem fé, não temos esperança, e sem esperança não temos propriamente vida. Não tendo uma ideia do futuro, também não temos uma ideia de hoje, porque o hoje, para o homem de ação, não é senão um prólogo do futuro. A energia para lutar nasceu morta connosco, porque nós nascemos sem o entusiasmo da luta.

   Uns de nós estagnaram na conquista alvar do quotidiano, reles e baixos buscando o pão de cada dia, e querendo obtê-lo sem o trabalho sentido, sem a consciência do esforço, sem a nobreza do conseguimento.

   Outros, de melhor estirpe, abstivemo-nos da coisa pública, nada querendo e nada desejando, e tentando levar até ao calvário do esquecimento a cruz de simplemente existirmos. Impossível esforço, em quem não tem, como o portador da Cruz, uma origem divina na consciência.

   Outros entregaram-se, atarefados por fora da alma, ao culto da confusão e do ruído, julgando viver quando se ouviam, crendo amar quando chocavam contra as exterioridades do amor. Viver doía-nos, porque sabíamos que estávamos vivos; morrer não nos aterrava porque tínhamos perdido a noção normal da morte.

   Mas outros, Raça do Fim, limite espiritual da Hora Morta, nem tiveram a coragem da negação e do asilo em si próprios. O que viveram foi em negação, em descontentamento e em desconsolo. Mas vivemo-lo de dentro, sem gestos, fechados sempre, pelo menos no género de vida, entre as quatro paredes do quarto e os quatro muros de não saber agir.

 

[Fernando Pessoa (1888-1935).
Fragmento de Livro do desassossego (composto por Bernardo Soares, ajudante de guarda-livros na cidade de Lisboa).
Edición de Richard Zenith.
Editorial Assírio & Alvim.
Lisboa 2011.
Pág. 259-260]

 
 
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Abandonados astilleros de barcos de río
(Seixal 2008)
[Foto: LGV]

 
 

Pertenezco a una generación que heredó el descreimiento en la fe cristiana y que creó en sí un descreimiento en todas las otras fes. Nuestros padres tenían todavía el impulso creador, que transferían del cristianismo para otras formas de ilusión. Unos eran entusiastas de la igualdad social, otros estaban enamorados sólo de la belleza, otros tenían la fe en la ciencia y en sus beneficios, y había otros que, más cristianos todavía, se iban a buscar a Orientes y Occidentes otras formas religiosas, con las que entretuviesen a la consciencia, sin ellas hueca, de meramente vivir.

   Todo eso perdemos, de todas esas consolaciones nacemos huérfanos. Cada civilización sigue la línea íntima de una religión que la representa: pasar para otras religiones es perder aquélla, y al final perderlas todas.

   Perdemos aquélla, y las otras también.

  Quedamos, pues, cada uno entregado a sí mismo, en la desolación de sentirse vivir. Un barco parece ser un objeto cuyo fin es navegar; pero su fin no es navegar, sino llegar a un puerto. Nos encontramos navegando, sin la idea del puerto que nos debería acoger. Reproducimos así, en la especie dolorosa, la fórmula aventurera de los argonautas: navegar es preciso, vivir no es preciso.

   Sin ilusiones, vivimos apenas del sueño, que es la ilusión de quien no puede tener ilusiones. Viviendo de nosotros mismos, nos disminuimos, porque el hombre completo es el hombre que se ignora. Sin fe, no tenemos esperanza, y sin esperanza no tenemos propiamente vida. No teniendo una idea del futuro, tampoco tenemos una idea del hoy, porque el hoy, para el hombre de acción, no es sino un prólogo del futuro. La energía para luchar nació muerta con nosotros, porque nosotros nacemos sin el entusiasmo de la lucha.

   Algunos de nosotros se quedarán en la conquista ingenua de lo cotidiano, insignificantes y groseros buscando el pan de cada día, y queriendo obtenerlo sin el trabajo sentido, sin la consciencia del esfuerzo, sin la nobleza de la ganancia.

   Otros, de mejor estirpe, absteniéndonos de la cosa pública, nada queriendo y nada deseando, e intentando llevar hasta el calvario del olvido la cruz de simplemente existirnos. Imposible esfuerzo, en quien no tiene, como el portador de la Cruz, un origen divino en la consciencia.

   Otros se entregarán, atareados por fuera del alma, al culto de la confusión y del ruido, juzgando vivir cuando se escuchaban, creyendo amar cuando chocaban contra las exterioridades del amor. Vivir nos dolía, porque sabíamos que estábamos vivos; morir no nos aterraba porque habíamos perdido la noción normal de la muerte.

   Pero otros, Raza del Fin, límite espiritual de la Hora Muerta, ni siquiera tuvieron el coraje de la negación y del asilo en sí mismos. Lo que vivieron fue en negación, en descontento y en desconsuelo. Mas lo vivimos desde dentro, sin gestos, cerrados siempre, por lo menos en el género de vida, entre las cuatro paredes del cuarto y los cuatro muros de no saber actuar.

[Traducción al español por Lauro Gandul Verdún
para «CARMINA» Blog Literario.
Alcalá de Guadaira
2017]

 
 
Coimbra 2009 (foto LGV)

Foto de retratos
[Foto: LGV Portugal 2009]
 
 
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FERNANDO PESSOA EN «CARMINA»:
 

FERNANDO PESSOA, AUTOR DEL AUTOR: FRAGMENTO 1 DE «LIVRO DO DESASSOSSEGO (COMPOSTO POR BERNARDO SOARES, AJUDANTE DE GUARDA-LIVROS NA CIDADE DE LISBOA)». Con fotos de Lorenzo del Término

DIÁLOGO IMAGINÁRIO. «Memórias de um encontro no Chiado: Fernando Pessoa n’ “A Brasileira”, com Vicente Núñez, Lagoa Henriques e Carlos Amado». Por Luis Jorge Gonçalves, Lauro Gandul Verdún e Olga Mª Duarte Piña (Lisboa, 1998-2011)

FERNANDO PESSOA, LAGOA HENRIQUES, CARLOS AMADO Y VICENTE NÚÑEZ CONVERSAN EN LISBOA. Fotografía de Lauro Gandul Verdún (7 de julio de 1998)

AUTOPSICOGRAFÍA. Un poema de Fernando Pessoa (1888-1935) con dibujo de Xopi

LA ESCRITURA O LA VIDA: PESSOA Y KAFKA «IN LOVE». Por Enrique Martín Ferrera (enero 2013)

PESSOA: EL ARCA DE LOS INÉDITOS. Por Enrique Martín Ferrera (octubre de 2012)

VICENTE NÚÑEZ (y amigos delante de la tumba de F. Pessoa en «Os Jeronimos»)

 LISBOA COM SUAS CASAS DE VÁRIAS CORES. Álvaro de Campos (11-5-1934)