ANTONIO MEDINA DE HARO (1936-1997) (fragmento) («Historias de vidas» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2006)
Dibujo-retrato del poeta y profesor
Antonio Medina de Haro por Luis Caro
(1992)
Al estallar la Guerra Civil la familia tuvo que trasladarse a Málaga, porque al padre lo habían llamado a filas y fue destinado como cocinero a esa ciudad, donde Antonio Medina de Haro nace, por pura casualidad, el 6 de diciembre de 1936. Siendo muy chico, una criatura, la familia regresa a Guadix, donde el padre se hace cargo de una distribuidora de vinos. El local de la empresa era a la vez bodega y taberna. Con el tiempo el padre compró un camión para repartir el vino entre los clientes de Guadix y de otros pueblos de los alrededores. Cuando niño y adolescente, y también cuando muchacho universitario, Antonio ayudó cuanto pudo en la bodega. Cuentan que con diez años su padre lo mandó en tren a Madrid para que cobrara una factura a un cliente moroso, y allí fue, a la capital y, por supuesto, se trajo el dinero para Guadix. La madre siempre quiso que Antonio estudiara en la Universidad. Era una mujer con muchas inquietudes y, probablemente, fue ella quien le transmitió al hijo la pasión por la lectura, porque ella leía mucho, era curiosa, le entusiasmaba aprender. No lo quería en la empresa familiar, quería que hiciera una carrera, la que él eligiera. Antonio quiso hacer Filosofía y Letras y eligió la Universidad de Salamanca. Su madre lo animó en su predilección porque ya comprobaba en el hijo una valía especial para la palabra, cuando escuchaba lo que hablaba o leía lo que escribía. Antonio, que era el mayor, y sus tres hermanas estudiaron el bachillerato en Granada. La más joven hizo luego enfermería, pero él inaugura en la familia el acometer una licenciatura superior y, además, lejos de su pueblo, en la vieja Castilla, en la Universidad donde Lázaro Carreter fue maestro suyo.