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TRES AÑOS DESPUÉS:  EL IDEARIUM ESPAÑOL DE JUSTICIA. De la serie «APUNTES HISTÓRICOS PARA LA INTERINIDAD POLÍTICA ESPAÑOLA» (VI). Por Pablo Romero Gabella (principios de enero de 2023)

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Don Quijote
Aurelio Teno
Córdoba
1999

Hace poco más de tres años cerramos estos apuntes cuando se formalizó el gobierno de coalición PSOE-Podemos de Pedro Sánchez. Mucho ha pasado, y está pasando, en ese tiempo: una pandemia, inflación desaforada, degradación institucional, polarización política, giros imprevistos en la diplomacia e incluso una guerra internacional. Lo que podría haber sido una interinidad política se ha cronificado.

En las cinco aportaciones de los apuntes abrimos un diálogo histórico entre nuestro pasado político decimonónico y del 98 y la situación política española de antes de la pandemia. En honor a la verdad, el panorama patrio poco ha cambiado. De alguna manera seguimos inmersos en una suerte de interinidad política que parece anteceder al fin de un ciclo: el de la  Constitución de 1978.

Dentro de este proceso destituyente, en palabras de Ignacio Camacho, tiene una importancia esencial la aportación del independentismo catalán.  La sentencia del juicio en el Tribunal Supremo a los líderes del 1-O se hizo pública en octubre de 2019 y suponía penas de prisión por delitos de sedición, malversación de caudales públicos y desobediencia. Al poco, los reos pasaron a cárceles catalanas y en junio de 2021 el Gobierno de Sánchez los indultó. Pero no acababa aquí la historia, en enero de 2022 mediante un confuso y polémico procedimiento legislativo, que supuso además una crisis en el Tribunal Constitucional, se ha abolido el delito de sedición y  reformado ad hoc el delito de malversación. La razón está íntimamente relacionada con lo ya expresado en nuestro último apunte, cuando nos referimos a la «espada damocliana que empuña el independentismo vasco-catalán» sobre el Gobierno.

Todo lo expuesto anteriormente nos lleva a aquello que escribió Ángel Ganivet (1865-1898) en su  Idearium español .Con ese aquello me refiero  a lo que se entiende por justicia y legalidad en España. El Idearium es una obra breve pero muy densa en ideas, que anticipaba a toda la literatura del 98 y que ha sido por muchos criticada, como es el caso de Manuel Azaña. Ganivet la escribió siendo cónsul en Helsinki en 1896 y desde esas frías latitudes del imperio de los zares (Finlandia era por entonces parte de Rusia) el escritor granadino reflexionaba sobre la posible regeneración espiritual de España. Aunque la guerra en Cuba acababa de comenzar, aún faltaban dos años para la intervención estadounidense y la derrota. No obstante Ganivet ya se refería a la decadencia de España y a sus posibilidades de regenerarse, anticipando el Desastre de 1898 y que, en gran medida, le llevaría al suicidio al tirarse a las heladas aguas del Dvina.

Para nuestro autor el espíritu jurídico es la musculatura si hacemos la analogía (tan del 98) entre el cuerpo humano y el cuerpo colectivo nacional. En el caso de España el autor detecta un hecho: la concepción de la justicia viene dada por una dualidad. Por un lado, «la aspiración a la justicia pura», donde «las excepciones enfurecen» y donde se pide aplicarla de forma implacable, pura y sin dudas. Por otro lado, el español es tendente a la «piedad excesiva que pone en salvar al caído tanto o más empeño que el que puso para derribarlo».

d. quijote de mairena

Cervantes
Gavira
Mairena del Alcor
1961
[Foto ODP, 2009]

Para el autor esta degradación del concepto de la legalidad jurídica, que él experimentó como abogado y que le indujo a no proseguir su vida profesional por el camino del Derecho, hace inviable que en España  haya «hombres que tomen por oficio la persecución de la inmoralidad, la corrección de abusos, la regeneración de la patria». Y dónde ver mejor este carácter patrio que en El Quijote, en concreto en el episodio de la cuerda de presos. Veámoslo:

«Las razones que don Quijote da para liberar a los condenados a galeras son un compendio de las que alimentan la rebelión del espíritu español contra la justicia positiva. Hay, sí, que luchar porque la justicia impere en el mundo; pero no hay derecho estricto a castigar a un culpable mientras otros se escapan por las rendijas de la ley; que al fin la impunidad general se conforma con aspiraciones nobles y generosas, aunque contrarias a la vida regular de las sociedades, en tanto que el castigo de  los unos y la impunidad de los otros son un escarnio de los principios de justica y de los sentimientos de humanidad a la vez.»

Impunidad, escarnio,…palabras que aún siguen resonando en la España de nuestros días. El quijotismo jurídico o como dicen ahora, interpretación creativa del Derecho, ha vuelto a aparecer en todo lo relacionado con el independentismo catalán, que sigue marcando la agenda política del país. Esa supuesta creatividad viene de algo que señala con acierto el escritor granadino:  «no hay medio de que un juez se abstraiga por completo de la sociedad en que vive». El actual presidente del Tribunal Constitucional, cuando era Fiscal General del Estado, dijo que «el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino».  De tal forma que si lo anterior se lleva al paroxismo se puede llegar a una anomalía que, por desgracia, podemos estar viviendo: la de un respeto formal a las normas y códigos pero a una aplicación práctica que lo contradice. Estas líneas del Idearium son bastantes clarificadoras:

«El castigo de los criminales está regulado en España aparentemente por un Código, en realidad por un Código y la aplicación sistemática del indulto…Es España se prefiere tener un Código muy rígido y anular después sus efectos por medio de la gracia…Castigamos con solemnidad y con rigor para satisfacer nuestro deseo de justicia, y luego, sin ruido ni voces, indultamos a los condenados para satisfacer nuestro deseo de perdón».

Frente a esta situación Ganivet encuentra como reverso la justicia de Sancho Panza cuando era gobernador de la Ínsula Barataria. Sin embargo, muchos autores han visto en estos episodios un ejercicio jurisdiccional improvisado y falto de garantías. Quizás es, y contrariamente a lo que piensa Ganivet, una representación de esa justicia pronta y pura que alberga el alma popular. No obstante, aquella ínsula era una utopía, un no lugar, y bien lo sabía Cervantes cuando lo escribió. En las actuales circunstancias lo que parece utópico es encontrar un compromiso serio entre las instituciones de nuestra nación, zarandeadas por las luchas banderizas que hacen que la Justicia y el Derecho sufran una erosión de la cual tengamos que lamentarnos en el futuro.

d. quijote de mairena 2

D. Quijote y Rocinante contra un molino de viento
y junto a ellos Sancho y su asno

(Mairena del Alcor)
[Foto ODP, 2009]

DIARIO FOTOGRÁFICO DE LISBOA (LIII). UN TRES DE ENERO DE 2019 (1). “¿Qué estarán haciendo?” Por Lauro Gandul Verdún

 
 
 

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ARGUYE DE INCONSECUENTES EL GUSTO Y / LA CENSURA DE LOS HOMBRES QUE EN / LAS MUJERES ACUSAN LO QUE CAUSAN. Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695). Poema con foto de Lauro Gandul Verdún (Lisboa, 2018)

 
 
 

 
 
 

VIDA Y POÉTICA

 
 
 

   «La portentosa inteligencia de sor Juana Inés de la Cruz, nacida y muerta en aquella parte de España entonces, que hoy es México, hecha de talento y estudio, de inspiración y voluntad, se advierte en cada una de sus líneas. Se hizo monja en 1667, quizá porque tal estado ponía menos trabas a su pasión literaria y erudita. En su obra lírica convivieron formas métricas, estilos, temas y modelos muy diversos, pero siempre se advierte en ella un matiz personal, cuando no intelectualizado y racionalista.»

   «Sor Juana padeció en carne propia su condición de mujer ilustrada. La más recordada de sus defensas (…) es el poema “Hombres necios que acusáis”, inserto en una larga tradición de feminismo literario. Destaca el primor de algunas redondillas, elaboradas con los juegos de opuestos típicos del más puro conceptismo.»

 
 
 

[FRANCISCO RICO.

Mil Años de Poesía Española.

Editorial Planeta, S.A.

Barcelona, 1997]

 
 
 

ARGUYE DE INCONSECUENTES EL GUSTO Y

LA CENSURA DE LOS HOMBRES QUE EN

LAS MUJERES ACUSAN LO QUE CAUSAN

 
 
 

   Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

 

   si con ansia sin igual

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien

si las incitáis al mal?

 

   Combatís su resistencia

y luego, con gravedad,

decís que fue liviandad

lo que hizo la diligencia.

 

   Parecer quiere el denuedo

de vuestro parecer loco,

al niño que pone el coco

y luego le tiene miedo.

 

   Queréis, con presunción necia,

hallar a la que buscáis,

para pretendida, Thais,

y en la posesión, Lucrecia.

 

   ¿Qué humor puede ser más raro

que el que, falto de consejo,

él mismo empaña el espejo,

y siente que no esté claro?

 

   Con el favor y el desdén

tenéis condición igual,

quejándoos, si os tratan mal,

burlándoos, si os tratan bien.

 

   Opinión, ninguna gana;

pues la que más se recata,

si no os admite, es ingrata,

y si os admite, es liviana.

 

   Siempre tan necios andáis

que, con desigual nivel,

a una culpáis por crüel

y a otra por fácil culpáis.

 

   ¿Pues cómo ha de estar templada

la que vuestro amor pretende,

si la que es ingrata, ofende,

y la que es fácil, enfada?

 

   Mas, entre el enfado y pena

que vuestro gusto refiere,

bien haya la que no os quiere

y quejaos en hora buena.

 

   Dan vuestras amantes penas

a sus libertades alas,

y después de hacerlas malas

las queréis hallar muy buenas.

 

   ¿Cuál mayor culpa ha tenido

en una pasión errada:

la que cae de rogada,

o el que rueda de caído?

 

   ¿O cuál es más de culpar,

aunque cualquiera mal haga:

la que peca por la paga,

o el que paga por pecar?

 

   Pues ¿para qué os espantáis

de la culpa que tenéis?

Queredlas cual las hacéis

o hacedlas cual las buscáis.

 

   Dejad de solicitar,

y después, con más razón,

acusaréis la afición

de la que os fuere a rogar.

 

   Bien con muchas armas fundo

que lidia vuestra arrogancia,

pues en promesa e instancia

juntáis diablo, carne y mundo.

 
 
 
 
 
 

A UNAS PERDICES VIVAS. Florencia del Pinar (1470-1530). Poema con foto de Lauro Gandul Verdún (Lisboa, 2018)

 
 
 

 

 
 
 

VIDA Y POÉTICA

 
 
 

   «Nada sabemos de esta poetisa, una de las pocas escritoras españolas anteriores al Renacimiento. La palabra perdices (además de ser un posible símbolo erótico) establece con perdiendo un juego que refuerza el significado último de la pieza. La prisión también tiene un doble significado, real y simbólico: la autora, pese a que ello implica privación de libertad, desea estar cautivada, esto es, enamorada, eróticamente presa.»

 
 
 

[FRANCISCO RICO.

Mil Años de Poesía Española.

Editorial Planeta, S.A. Barcelona, 1997]

 
 
 

A UNAS PERDICES VIVAS

 
 
 

   De estas aves su nación

es cantar con alegría,

y de veras en prisión

siento yo grave pasión,

sin sentir nadie la mía.

 

   Ellas lloran que se vieron

sin temor de ser cativas,

y a quien eran más esquivas

esos mismos las prendieron.

Sus nombres mi vida son,

que va perdiendo alegría,

y de vellas en prisión

siento yo grave pasión,

sin sentir nadie la mía.

 
 
 

DIARIO FOTOGRÁFICO DE LISBOA (LII). UN DOCE DE OCTUBRE DE 2018 (2). Por Lauro Gandul Verdún

DIARIO FOTOGRÁFICO DE LISBOA (LI). UN DOCE DE OCTUBRE DE 2018 (1). Por Lauro Gandul Verdún

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