APROXIMACIONES A LA POESÍA HUNGÁRICA (Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2008)

 

Padre e Hijo en el Danubio, Braila, 2001

Pescadores en el Danubio (Foto L.G.V., Braila, 2001)

 

El Danubio es, después del Volga, el mayor río del continente europeo. Nace en la Selva Negra (Alemania) y va a fluir 2860 kms. hasta su desembocadura en el mar Negro (Rumanía). Atraviesa ciudades como Viena, Bratislava, Budapest o Belgrado. El primer poema en español que canta al gran río fue escrito durante el verano de 1532 por Garcilaso de la Vega. El poema supone también, según Tomás Navarro Tomás, el primero del autor en que el sentimiento de la naturaleza se manifiesta “francamente”. Por orden del emperador Carlos V el poeta soportará ese verano pena de confinacíón en una incierta isla que

 

Con un manso ruido

de agua corriente y clara,

cerca el Danubio (…)

 

 

Donde va a escribir su “Canción III” como alabanza al río, y dejará claro, además, que no es mayor la desgracia de estar “preso y forzado y sólo en tierra ajena” que el sufrimiento de saberse en la definitiva desesperanza de conquistar el corazón de D.ª Isabel Freyre, quien se había casado con D. Antonio de Fonseca, algún tiempo antes del destierro del caballero renacentista:

 

Sepan que ya no puedo

morir sino sin miedo;

que aun nunca qué temer quiso dejarme

la desventura mía,

que el bien y el miedo me quitó en un día.

 

Sin su amada el poeta español sólo tiene al Danubio. Personifica al río al invocarlo por su nombre propio, de esta suerte le entona un canto, que es también un exhorto o una oración que se lee así:

 

Danubio, río divino,

que por fieras naciones

vas con tus claras ondas discurriendo,

pues no hay otro camino

por donde mis razones

vayan fuera de aquí, sino corriendo

por tus aguas y siendo

en ellas anegadas;

si en tierra tan ajena

en la desierta arena

fueren de alguno acaso en fin halladas,

entiérrelas, siquiera,

porque su error se acabe en tu ribera.

 

 

Aunque en el agua mueras,

canción, no has de quejarte;

que yo he mirado bien lo que te toca.

Menos vida tuvieras

si hubieras de igualarte

con otras que se me han muerto en la boca.

Quién tiene culpa desto,

allá lo entenderás de mí muy presto.

 

 

 

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