Posts from agosto 2011.

RETRATOS DE SANTOS EN EL MUSEO DE MARVÃO (IMAGINERÍA PORTUGUESA SS. XVII Y XVIII). Fotos de Lauro Gandul Verdún

COLOQUIOS (42). Gabi Mendoza Ugalde

 

– A veces me cabe rogar a Dios que sea verdad, realidad, lo que percibo en el centro de un lugar, al que me han llevado mis pasos de caminante, cuando lo que contemplo se me refleja en el alma con la certeza de lo verdadero, lo real sin dudas.

– La realidad no te necesita para nada, ¡a ver si te enteras! Dios no está para tus alucinaciones.

HACE HOY 100 AÑOS NACIÓ MARIO FORTINO ALFONSO MORENO REYES «CANTINFLAS» EN LA CIUDAD DE MÉXICO

            En 1967   Mario Moreno «Cantinflas» concede una entrevista a   Jacobo Zabludovsky  de la televisión mexicana.  Fue  retransmitida con motivo de la muerte del genio cómico en el Programa 24 Horas, en 1993

 

 

PUERTA , JOVEN (EL PORTERO)

1949

«HAIKU» DE LA LUNA. Poema de Lauro Gandul Verdún (Castelo de Vide, 2011)

«HAIKU» DE LA COMETA (1)
«HAIKU» DE LA COMETA (2)
«HAIKU» DEL BARCO
«HAIKU» DEL AVIÓN

JORGE BONSOR: EL COLECCIONISTA DE PINTURAS. Del «Morales» a los «Valdés Leal» del Convento de Santa Clara de Carmona (Fragmento 2). Por Enrique González Arias

EL COLECCIONISTA

Bonsor, es conocido básicamente por su faceta desarrollada como arqueólogo, algo que habría que discutir. Personalmente, me inclinaría por definirlo de curioso integral. Fue en realidad un coleccionista autosuficiente, que se fascinaba por todo y que sin solución de continuidad, era capaz al mismo tiempo, de interesarse por unas excavaciones arqueológicas y por una colección de postales. De acumular elementos textiles, al tiempo que acapara alfarería tradicional. De la compra compulsiva de artesanía, a la obtención de una colección de monedas visigodas o árabes. De la adquisición-por ejemplo- en una taberna de la calle Argote de Molina de Sevilla, de dos apliques de madera dorada y un botellero con ornamentación también dorada, que le han gustado -y hasta un vestío de torear-, a iniciar una colección de muestras de papel, que fueron utilizados en el Siglo de Oro. Y evidentemente a la adquisición de cuadros.

            Entre 1899 y 1923, Bonsor, llevó a cabo  operaciones de compra de obras pictóricas por valor de 12.865.50 pesetas. Las inversiones en pintura, representan un monto monetario superior al  que  destinó en sufragar excavaciones arqueológicas o a la compra de antigüedades.

            Bonsor, se decanta por la pintura española de los siglos XVI y XVII, de  la que siente admirador, posiblemente, desde el año 1880, durante su primera estancia en Madrid y donde por mediación del padre del compositor Isaac Albéniz obtiene un permiso para copiar y pintar en El Prado. (2)

 

EL  «MORALES»

Bonsor, debuta a lo grande en su faceta de comprador de pinturas. La primera adquisición importante de la que tenemos constancia, la lleva a cabo, el 20 de Mayo de 1899. En la «Libreta de Compras y Ventas Gastos de Excavaciones 1894-1929», un documento de consulta  esencial a la hora de acometer este trabajo,   aparece la siguiente anotación literal: «Compra a la viuda de D. Francisco Carrión del cuadro cuyo autor probablemente (esta última palabra se tacha) de Morales el Divino titulado la Natividad –la Virgen y el Niño San José y otros personajes aportando ofrendas. Total 225.00 pesetas». (3) Tras la compra, es  posible, que el cuadro fuera restaurado por Bonsor.

            Las siguientes noticias sobre la obra tras su adquisición, las tenemos el día 20 de Agosto de 1903.  Archer M. Huntington fundador de la Hispanic Society of America,  que  mantiene con Bonsor una buena amistad, desde por lo menos 1898 y fruto de ella, unas mas que lucrativas relaciones comerciales y abundante correspondencia cruzada, le escribe comentando  que «Le envidio por los Morales. Algún día debería dejarme verles». (4) Entendemos, que debía conocer de oídas, que Bonsor -evidentemente por boca de éste-,  poseía un ejemplar de este pintor pacense (Badajoz 1515-1586). Nos extraña, que el americano hable de los Morales. En la documentación que hemos podido trabajar, solamente, tenemos constancia de la compra de un ejemplar. Pudiera tratarse de una confusión entre los interlocutores.

            El día 19 de Noviembre de 1904, Bonsor escribe a Huntington, insistiendo, en el contenido de una misiva anterior, en la que le hacía saber, de la más que urgente implantación de una nueva ley  que restringirá, sacar del país objetos artísticos. Le participa, «que precisa vender fuera de España» y que tendrá que sacar sus «incunables», antes de que entre en vigor. (5) La Ley se quedó en agua de borrajas.

            Bonsor, volverá a escribir a Huntington el día 18 de Febrero de 1905 para hacerle saber que; «Por el momento no puedo decirle nada sobre el Morales, pues no dudo que su desaparición de mi estudio causaría un escándalo. Esperemos una mejor ocasión». (6) Creemos por un lado, que es del dominio público especializado, que la pintura obra en poder de Bonsor y por otro,  que  ya se ha ofrecido el cuadro y producido alguna propuesta de compra, pero la pieza, es demasiado importante. Huntington contesta el día 01 de Marzo de 1905; «Hablaremos del Morales cuando Vd., lo crea oportuno». (7) Es obvio, que ambos personajes, ya están de acuerdo, o quizás, han establecido un principio de ello.

            Pero Bonsor, quiere llevar a cabo la operación  lo antes posible y el día 07 de Marzo de 1906 y escribe de nuevo a Huntington: «Como puede que tarde Vd., en venir de nuevo a España, me gustaría enviarle a Vd., si lo aprueba un cuadro del Divino Morales. Se lo embalaré sin el marco en un buen tubo de hojalata y se lo enviaré junto con una serie de fotografías que he reunido de las mejores obras de Morales en España. ¿Le importaría hacerse cargo de los costes del transporte y seguros por valor de 1200 libras?» (8)

            El cuadro será entregado en mano en París, creemos que entre los meses de Agosto y Septiembre  de 1906, cerrándose la operación en Octubre y pagándose por él en estas fechas, la cantidad de 30.000 pesetas junto con un importante lote de antigüedades. El monto del negocio asciende en total a 45.000 pesetas, que son desembolsadas en dos plazos. El primero de 20.000 pesetas y el segundo de 25.000 pesetas. (9) Huntington escribe a Bonsor el día 21 de Septiembre de 1906 para decirle: «Me alegro mucho ahora de que no hubiera Vd., enviado el Morales a América porque como Vd., puede comprobar no hubiera tenido la oportunidad de verlo.» (10) Y el 03 de Octubre, miércoles, le cita mediante escrito, que le será entregado en mano, para el viernes próximo (05/10/1906)  a las 10.00 horas de la mañana. Creemos, que en esta fecha se produce el cierre de los últimos flecos de la operación en la capital francesa. (11)

            El 27 de Octubre de 1906, con la pintura ya vendida, Huntington escribe a Bonsor y tras hacer una referencia a Pablo Bosh –miembro del patronato de El Prado y benefactor de esta institución y a su enfermedad-, le indica: «Me alegro de que no dijera nada sobre el Morales y no creo que sea conveniente hacerlo por el momento, a no ser, que Vd., prefiera hacerlo personalmente». (12) Es claro, que por el momento, la Operación Morales conviene mantenerla en un  segundo o tercer plano, lo mas discreto posible. Al fin y a la postre, estamos ante el hecho consumado de una-digámoslo  suavemente-transacción alegal, por no emplear un adjetivo mas contundente 

            En esta misma carta, hay un párrafo, que pudiera resultar esclarecedor, en futuras operaciones mercantiles, y que dice: «Aquí hay un Valdés Leal. Este puede ser sustituido por el que tiene Vd., en mente, así, si tuviera Vd., alguna oportunidad, sería mejor que me escribiera lo antes posible, lo cual prefiero antes de llegar a una decisión definitiva». ¿Había puesto ya  Bonsor proa a los cuadros del convento de Santa Clara de Carmona?

            La última referencia a la obra exportada, la encontramos en una carta de Bonsor a Huntington, del día 18  de Junio de 1910 para referirle la impresión tan agradable, que la Sta. Batley, un familiar directo del primero, se llevó de la Hispanic Society of America. Tras cantar las excelencias de la Institución y sus colecciones, dice; «El Morales enmarcado en un magnífico marco de marfil rodeado de valiosas obras estaba espléndido».  (13)

            Se ha querido justificar esta venta junto con otras, como una manera de acaparar fondos para poder acometer las obras de restauración del Castillo de Luna en Mairena, nuevas expediciones arqueológicas  e incluso de su próximo enlace matrimonial (04 de Marzo de 1907). No creemos que estos fueran los  motivos. Bonsor en esta época vive de rentas y muy bien por cierto. Solamente, hemos de repasar la correspondencia de Vivian &Grey and Company (14), banco que gestiona sus intereses y su bienes, o sus Cuadernos de Gastos Diarios correspondientes a estos períodos. Bonsor no baja su tren de vida y no necesita llevar a cabo estas operaciones, para vivir del modo al que está acostumbrado. Nos inclinamos a pensar como detonante de estas acciones comerciales,  las tentadoras  ofertas que recibe  de la Hispanic Society of America, que en estos momentos, está en pleno proceso de  configuración de  sus colecciones.

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JORGE BONSOR POR ENRIQUE GONZÁLEZ ARIAS EN «CARMINA»:

«JORGE BONSOR Y GANDUL»

«JORGE BONSOR: EL COLECCIONISTA DE PINTURAS. Del «Morales» a los «Valdés Leal» del Convento de Santa Clara de Carmona [fragmentos]»:

            Fragmento 1: Introito y unos breves datos biográficos

 

CÚCHARES. Por Antonio García Mora

 Francisco Arjona Herrera
Cúchares
1818-1868

«Reseña de la corrida de toros jugada en la tarde del martes último en la villa de Alcalá de Guadaira, a beneficio de su Milicia Nacional».

Así se encabezaba una noticia que apareció en el periódico sevillano El Porvenir, el uno de septiembre de 1855. La crónica taurina tenía la peculiaridad de estar versificada, lo que era norma en su autor que firmaba bajo el pseudónimo de El tío Prudencio.

            El cartel de matadores lo encabezaba Francisco Arjona Herrera, Cúchares, acompañado de Juan Lucas Blanco, torero de desdichada vida que, alcoholizado, murió en la indigencia. La cuadrilla que les acompañaba la integraban los banderilleros Lilo, Belo y el Cuco y los picadores Charpa y Calderón. El texto de la reseña taurina hace una interesante referencia a la naturaleza del coso local: «De madera es la plaza/ de dicha villa, sólida cual fuera/ de sillería/ que en los encierros/ ni una astilla ha saltado de los maderos.»La construcción de un ruedo permanente se realizaría en el tercer tercio de este siglo, en lo que hoy es la calle bailén.

            Cúchares era, por aquel entonces, un torero conocido y apreciado: «De Carmona, de Utrera,/ y de Sevilla/ la gente acudió ansiosa por ver la lidia:/ Que Curro y Lucas/ han de dar a dos toros/ la sepultura.» Su carácter, como recoge Cossío en Los Toros, era franco y desprendido, colaborando desinteresadamente en todo tipo de actos. Tanto fue así, que no pudo ahorrar suficiente para una vejez desahogada, manteniéndose en los ruedos hasta edad tardía. Las apreturas económicas le llevaron, en 1868, a contratar una serie de corridas en Cuba, de ese viaje no regresaría. Paradójicamente, no fue un toro quien acabó con su vida sino la enfermedad. En La Habana contrajo el vómito negro o fiebre amarilla y murió el cuatro de diciembre de 1868, a los cincuenta años.

            Cúchares, en uno de sus gestos de generosidad que le caracterizaban, se ofreció a jugar toros en Alcalá para financiar el equipamiento de la Milicia Nacional de la localidad. Esta institución se reinstauró con ocasión de la Revolución de 1854, que había llevado al poder a los progresistas. Francisco Arjona era partidario de los mismos, como se desprende de noticia aparecida, el 25 de agosto, en El Porvenir dando cuenta de la corrida: «Sabemos que el acreditado lidiador Francisco Arjona Guillén, ha ofrecido a la Milicia Nacional de Alcalá de Guadaira, trabajar gratis en su obsequio […]. Este rasgo patriótico no necesita comentarios, y mucho menos tratándose de un lidiador cuyas opiniones liberales o notable desprendimiento, son conocidos del público.» Es un hecho curioso, y a la vez contradictorio, que el padre de Juan Lucas Blanco hubiera muerto ajusticiado tras haber dado muerte en una reyerta a un miliciano nacional, en 1837.

            La fecha prevista, en principio, para la corrida era la del 25 de agosto. Sin embargo, compromisos de Cúchares en el Puerto de Santa María pospusieron la celebración de la misma al martes 28.

            La descripción de la lidia se inicia con una introducción que hace referencia a los tópicos conocidos sobre Alcalá y se pondera la belleza de sus mujeres, algunos de cuyos nombres se mencionan: «Si es de Alcalá/ gustoso/ el pan de hogaza/ más gustosas, sin duda/ son sus muchachas:/ Pues son más bellas/ que las flores que anuncian/ la primavera./ La de Lira y Calzada/ Malvina Pino/ otra que no conozco/ María del Trigo…» En contraposición, hace una referencia burlesca a la fealdad del alguacil que apareció en el coso: «Se presenta un alguacil,/ perdóneme si le falto,/ pero es el hombre más feo/ que en mi vida he contemplado…» Prosigue el periodista, con tono burlón, describiendo lo que el alguacil hacía: «…y haciendo genuflexiones/ y dando brincos y saltos,/ espera del presidente/ permiso para dar paso/ al cornudo caballero/ que está por salir bramando.»

            Como preámbulo a la corrida, la Milicia realizó un desfile en formación para despejar la plaza, ante el entusiasmo de los asistentes: «De su arma en el manejo/ diestra, de aspecto marcial,/ se apresta para el despejo/ la Milicia Nacional./ De un capitán a la voz,/ forman el cuadro, hacen alto,/ de el corneta una señal/ y todos marcan el paso:/ da otra señal: las parejas/ se vuelven, nuevamente/ el cuadro queda formado./ Con soltura y precisión/ tan bizarros milicianos/ ante un inmenso gentío/ el despejo practicaron./ ¡Bravo! ¡Bien! Por todas partes/ grita aquel entusiasmo…»

            En el desarrollo de la lidia se produjeron algunos percances como la cogida, sin consecuencias, de uno de los subalternos, el Cuco. Al parecer, participaron también algunos aficionados que saltaron al ruedo.

            Recoge, finalmente, la actuación de Cúchares ante el sexto de la tarde, de nombre Estornino, que recibió doce varas de los picadores y dos pares de banderillas. Cúchares, entonces, inició la faena de la muleta, que fue breve, ya que, al parecer, no le gustaba cómo se desenvolvía el animal en el ruedo. Francisco Arjona tenía fama de ser un «maestro en marrullerías […] y ventajas…», como recoge el Cossío, aunque muy simpático y popular, como se relata en la lidia del séptimo toro, llamado Silguerito: «Sonó el clarín: Curro Arjona/ cogió la espada y el trapo,/ y a Lucas se lo brindó/ ¡Viva la gracia y el garbo!/ Nadie, delante de un toro/ se pone más bien plantado./ Tres pases da naturales,/ y cinco de pecho ¡bravo!/ Cita el toro, y recibiendo/ le da, por todo lo alto/ tan excelente estocada/ que cayó muerto en el acto.»

            Del texto se desprende que la actuación de los toreros gustó al respetable. No sabemos, sin embargo, la recaudación que se obtuvo, pero no debió ser suficiente porque la crónica finaliza anunciando una nueva corrida al siguiente domingo, comprometiéndose El Tío Prudencio a relatarla. Mas de ella se hablará en otra ocasión. 

COLOQUIOS (41). Gabi Mendoza Ugalde

 

– En la tierra los musgos respiran lo líquido del aire, y en el agua las algas el aire de lo líquido.

– Me parece poco científico el oxímoron.

PASSARINHOS DO VALE DE RÓDÃO. Lauro Gandul Verdún

ESTOS CERROS EMBLEMÁTICOS. Lauro Gandul Verdún

COLOQUIOS (40). Gabi Mendoza Ugalde

– Cuando subíamos a Marvão y en la cima avizorábamos su castillo cubista, parecía que bajáramos a los infiernos. Mientras que al tiempo de descender a la ribera del Sever, en verdad, sentí que ascendiéramos a los cielos.

– Te lo parecería a ti, porque yo cuando subo, subo y, cuando bajo, bajo. ¿Ibas haciendo el pino?