SIN GOBIERNO NOS GOBERNAMOS. María del Águila Barrios

 
Madrid 09042016 M. Verpi 1

Madrid

[Foto: M. Verpi (8 de abril de 2016]

 

541 días pasó Bélgica sin gobierno. ¿Fue un problema político? Desde luego lo tuvo que ser: lo fue como secuela, seguro, de mezquinas menudencias privadas, que nada tendrían que ver con lo político pero que al adolecer de ellas los políticos, trágicamente para nosotros, suscitan una problemática calificable de política. Aunque, claro que fue un problema de los políticos de allí.

   «Bélgica somos nosotros. Nuestros problemas son los problemas políticos de Bélgica.», dijeron sus políticos… Y no se ponían de acuerdo. Pasaron días, meses, un año, y más días, hasta 541… sin Gobierno. ¿Sin Gobierno? Pues sin Gobierno pudo sobrevivir el país, es decir, los flamencos y los valones, y todos los otros pueblos allí nacidos o allí llegados; los carniceros y los fontaneros, los policías, las comunidades de vecinos, los funcionarios, los jardineros etc. Las personas cumplieron sus obligaciones   –todas las posibles– y, más o menos, ejercieron sus derechos más importantes como se les dejó por lo que quedaba de Autoridad, y tiraron para adelante… sin Gobierno. Algún día podrá escribirse que nunca tuvieron los belgas mejor gobierno nacional que cuando sus políticos fueron incapaces de ponerse de acuerdo para formar el Gobierno de la Nación.

   Al principio todas las administraciones europeas se alarmaron, y alarmaron a sus súbditos, es decir, a nosotros los españoles y a nuestros hermanos portugueses, o a los franceses, o a los italianos, o a los griegos, los de a pie por calles, plazas, hospitales, juzgados o cementerios. Pero lo que no se ha publicado suficientemente, y ello para que en realidad no se sepa, es que «el crecimiento, el desempleo y las cuentas públicas evolucionaron incluso mejor que la media de la eurozona, y mucho mejor que las de la España de José Luis Rodríguez Zapatero y después la de Mariano Rajoy […] Bélgica creció más del 2% entre las elecciones de junio de 2010 y el 6 de diciembre de 2011» (Claudi Pérez, El País, 29 de enero de 2016).

   Pero traslademos esta reflexión al problema de una España sin Gobierno, donde los que han de formar Gobierno no quieren formarlo por el bien común, sino que todos quieren ser el Gobierno, de ahí que no se pongan de acuerdo. Pero los españoles no son sus políticos y en estos meses se ha demostrado que somos capaces de gobernarnos sin Gobierno.

 

[La voz de Alcalá, 15 al 30 de abril de 2016, año XXIV nº 428]

 
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