(el nuevo templo para un órgano de Peter Conacher)
Alcalá de Guadaira
[Foto: M. Verpi 2014]
La quincena pasada dediqué mi texto a algunas islas que en nuestro pueblo hay, islas de cultura y vida social rodeadas de incultura y vida municipal estéril. En este páramo ni siquiera se enteran los concejales de aquello que hacen quienes aquí viven, por supuesto de nada de lo que en las islas se hace, tan tapados tienen los oídos y los ojos que quizá Jessica, Sheyla, Ester, Rosa Mª, Mari Carmen, María, Lola, Antonio, Enrique o Ana Isabel no sepan que ha llegado un órgano a Alcalá. Sí, un órgano que, trasplantado en la iglesia de Santiago, va a dar vida a la Parroquia, al entorno del Derribo y, por supuesto, a nuestro pueblo. Será un órgano que latirá muy cerca de donde tendría que palpitar el corazón del pueblo, donde tanto falta, ahí en ese ayuntamiento, donde todo está seco y mustio.
Al parecer el órgano ha llegado desde Escocia y lo han traído un puñado de alcalareños, gente entusiasmada y con verdadero amor por su pueblo porque, al parecer, hasta el momento todo ha sido sufragado por ellos mismos. Es en la entrada a la parroquia donde he leído esta historia. Y mi texto, de esta quincena, se escribe porque el domingo pasado, de regreso a mi casa, paré un poco en el Derribo a descansar y de pronto pareció que estuviera en la plaza de Saint Sulpice de París, pues unos acordes de órgano se elevaron desde la tierra al cielo y por tal ascenso inundaron la plaza. Todo se componía y armonizaba en este trozo de la polis y de ello puede inferirse que tal acción humana, al margen de cualquier intervención política, es verdadera política, entrega al pueblo para el desarrollo de su cultura, para su gozo, que será disfrute y embeleso.
Pude leer, también, en el folio colgado a la entrada de la parroquia, que se acaba de crear una «Asociación de amigos del órgano de Alcalá» pues, de seguro, que tras esta bella experiencia, casual, atraída por la música que escuché desde la plaza, puedo decir que seré una de las que se sumen como socia a este proyecto que dará vida cual órgano que falta a este pueblo. ¿Y tú, lector, a qué esperarás para apuntarte al órgano de la iglesia de Santiago?
[La voz de Alcalá, 15 al 31 de diciembre de 2015, año XXIV nº 420]
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ISLAS. María del Águila Barrios
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