A MARÍA SANTÍSIMA DEL SOCORRO (1940-2015). Poema de Lauro Gandul Verdún
María Santísima del Socorro
Alcalá de Guadaira
1940
[Foto: Manuel Verpi 2015]
Al escultor Sebastián Santos Rojas,
«In Memoriam»
(1895.1977)
Ante tu escultura:
Tu mirar hacia abajo,
Tu boca entreabierta,
Tus finos labios,
Tu rostro aniñado,
Tus grandes párpados, Virgen mía
Y eterna Madre:
Tu imagen lleva dentro su unción sacra
Y tu dolor.
Ante tu imagen,
Confirmo que es de creer
Que la esculpieron rezando
Y que el taller del pío imaginero
Más era ermita,
Sacra gruta fecunda,
Donde Dolorosas como tú
Emergían desde lo hondo de un ansia.
Una mística guía cierta
Para la gubia del artista que reza
Porque sólo así sus manos pueden representarte:
A Ti, refugio de los que sufren.
¡Ah, tanto dolor y, sin embargo, tanto amparo!
¿Dónde y cuándo el consuelo?
Lágrimas de luz en la tiniebla.
Lágrimas que dejan un surco amargo,
Leve y seco,
En el rostro mismo de la Piedad.
Con tu figura,
Desde unos grandes ojos
La Pasión del Hijo
Nos contempla.
Ahondados ojos
Que nos penetran el alma
Por los siglos de los siglos
Y nos socorren
¡Ah, tanto dolor y, sin embargo, tanto amparo!
Ante tu divina presencia
Tiemblan el polvo y la nada
Que la muerte porta.
Amparo, tutela y socorro del mundo
De los humildes y mansos
Cuyo coraje todo Ella les da.
Fuente inagotable de amoroso socorro.
En la mañana y en los cielos,
En la noche y en el huracán
Llena de gracia,
Llena de sol donde ningún mal cabe,
La más profundamente humana
Con su dolor sobrehumanamente soportado.
Nada temo cuando me atengo a ti,
Madre de Dios y universal Madre nuestra.