VIVEN DEL PUEBLO PERO SIN EL PUEBLO. María del Águila Barrios

 

ana-isabel-2016-foto-alberto-malladoAna-Isabel

Alcaldesa Alcalareña

[Foto: Alberto Mallado de Guadaíra-Información]

 

El despotismo de las democracias absolutas lleva a los políticos, déspotas de profesión, a sacar de los pueblos todo lo posible pero no hacer vida en ellos. Alcalá es un ejemplo puntero. ¿Han visto a algún concejal (salvo al ínclito Enrique Pavón) comprarse una corbata, unos pantis, tomar una tostada o un refrigerio en alguna tienda o en algún bar del pueblo? ¿Los han visto participando en algún acto público que no sea de los suyos? Sin embargo, sí están constantemente anunciando que hacen el bien por Alcalá: que si llevarán a Pleno el fomento del comercio local, que si mayores medidas de seguridad en las zonas de botellonas, que si hay que potenciar el desarrollo turístico buscando inversores, que si empleo y formación para colectivos vulnerables, bla-bla-blá, etc. Reiteran y reiteran su retahíla. Los problemas de la gente no tienen eco en ellos. En sus consignas publicitadas, sólo se hacen eco de ellos mismos, es decir, de los intereses de sus partidos que siempre están en contra del resto de partidos. Ignoramos el ruido de sus nueces. ¡Vaya si saben guardar bien sus misterios estos ocultos que cobran como servidores públicos!

   ¿Volvemos a un todo para el pueblo pero sin el pueblo? No, desgracidamente, nada para el pueblo y sí todo lo del pueblo para ellos.

   No es Ana Isabel alcaldesa del mes de enero de gran actividad y celo por su pueblo pues, salvo el primer fin de semana de su llegada al poder municipal donde se la vio paseándose, rodeada de sus asesores de confianza, por el eje Duque-Barrero, parando en todos los bares y tiendas para saludar a los vecinos. Luego nada. Yo es que no la veo, que no es como el ratón Martín que, al menos, podía vérsele debajo de un botón-tón-tón. Si al menos fuera como el ratón de Susanita que come chocolate y turrón o el ratoncito Pérez que nos deja regalitos cuando se nos caen los dientes… Es que, en definitiva, sin estar ¿cómo se va a enterar de lo cotidiano y las necesidades de su pueblo, sin vivir día a día más allá de las paredes de la alcaldía o de su casa particular? Es imposible. Esta mujer nos saca los cuartos y nos tiene abandonados. No se la ve en ningún lugar ni público ni privado.

 

[La voz de Alcalá, 15 al 31 de diciembre de 2016, año XXV nº 443]

 
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