Lady Laura, abrázame fuerte / Lady Laura, y cuéntame un cuento / Lady Laura, un beso otra vez / Lady Laura / Lady Laura, abrázame fuerte / Lady Laura hazme dormir / Lady Laura, un beso otra vez / Lady Laura. Sí, este estribillo de la popular canción del brasileño Roberto Carlos lo he tenido sonando en mi interior durante todo este paripé de Laura, la Concejal. Y es que la canción viene que ni pintiparada a este caso, no sólo esta parte de la letra sino otras, como cuando se dice que A pesar de la distancia y el tiempo / No puedo olvidar (…) que tú has sido la parte que ponía el sexo femenino del régimen, la delicada porcelana del Limonato, la Teniente de Alcalde, la Delegada de Patrimonio y otras cosas…
¿Cómo que para seguir en el partido manifiestas en público que has de apreciar cambios sustanciales en eso, tu partido? ¡Qué exigente y súbita! ¿Que habrá verdaderamente acontecido para que la Concejal, así y de pronto, se nos vuelva tan insumisa…? Creo que como persona habituada a excusar a su Alcalde en todos los actos públicos a los que el invitado supremo nunca acudía, por tener ocupaciones más importantes, no debe serle difícil desenvolverse en su nueva actividad como autocolocada en un limbo político de fabricación propia. Y no digamos de su demostrada capacidad de improvisación puesta de manifiesto en infinidad de ocasiones cuando ella, sucinta y robóticamente, comunicaba al público, en uno y otro acto, una y otra vez, las vicisitudes del holograma de don Antonio. ¡Ay, Laura, quien no te conozca que te compre!
Desde el aparato local de su organización la tienen devaluadísima, bien tachada de todo, enfilada, en el punto de mira de afiliados y afines al pesebre…
Querida Laura, creo que no estarás muy desorientada ante tus compañeros, porque, al menos, haber experimentado como usuaria de los pesebres, donde durante lustros has pastado, te habrá inoculado frente a las vejaciones que los nuevos concejales, y los seguidores de éstos, han pretendido con sus pancartas en los plenos, donde ya andas con la Hornillo y el de izquierdahundida, al que no le cae bien el Rey, y tal vez otros.
¡Dime, Lady! ¿Quién se encargará del patrimonio de Alcalá ahora que te has ido? ¿A quién le preocupará el castillo, la casa de Ibarra, la antigua comisaría, las pocas casas de interés que quedan en el centro, Gandul…? ¡Dime Lady! ¿Qué tenemos que hacer para que cambien las formas de todos tus excompañeros? ¡Dime Lady! ¿Cómo los vamos a echar, si han convertido en feudo lo que es ayuntamiento?
Mientras tanto don Antonio tiene a ocho mil alcalareños contra las cuerdas del Boletín Oficial de la Provincia…
(Foto: Alberto Mallado 2013)
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