La escuela de Atenas
Rafael Sanzio
1483-1520
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Es decir, dichos o sentencias del Estagirita, que así se le conoce universalmente por haber nacido en Estagira, en la península de la Calcídica, al Norte del mar Egeo. Hay muchos recogidos en Vidas de filósofos ilustres, de Diógenes Laercio, una obra que no es precisamente una joya literaria pero sí un archivo inmenso de información, y de ahí su importancia e interés. En España sólo disponemos de una traducción, de fines del siglo XVIII —cuya lectura nos ilustra al permitirnos gozar de la lengua de la época—, debida a don José Ortiz y Sáinz y no siempre fácil de hallar. Veamos algunos de aquéllos, de validez universal y ajena a los tiempos, que traduzco, fiel a la letra y a su espíritu:
…………«Se le atribuyen también estos hermosísimos apotegmas. Preguntado qué ganancia les queda a los mentirosos, “No ser creídos —respondió— cuando dicen verdad.” Reprendido porque había dado limosna a un hombre malo, “He sentido compasión —dijo— del hombre, no de su manera.” Continuamente solía decir a los amigos y a quienes iban a su escuela, cuando y dondequiera que se hallara, que la vista toma la luz del aire circundante, el alma, de las ciencias… Decía que las raíces de la instrucción son amargas, pero dulce su fruto. Preguntado qué envejece rápido, “El agradecimiento”, dijo. Preguntado qué es la esperanza, “El sueño —dijo— de un despierto”… Que para la educación hacían falta tres cosas: naturaleza, aprendizaje y ejercicio… Preguntado en qué se diferencian los instruidos de los faltos de instrucción, “En cuanto se diferencian —respondió— los vivos de los muertos”… De la cultura decía que era un adorno en la prosperidad, y un refugio en el infortunio… De los padres, que eran más dignos de honra los que educaron que los que solamente engendraron, pues los unos dan vida, los otros, una vida hermosa. Y a uno que se gloriaba de ser de una ciudad grande le dijo: “No hay que mirar eso, sino quién es digno de una patria grande.” Preguntado qué es un amigo, respondió: “Una sola alma que habita en dos cuerpos”… Preguntado qué le había quedado de la filosofía, contestó: “Hacer espontáneamente lo que algunos hacen por miedo a las leyes”… De la cultura decía que era un bellísimo viático para la vejez…»
…………Y no sigo porque no dispongo de más espacio.
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EL TESTAMENTO DE ARISTÓTELES. Por José Manuel Colubi Falcó
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