Posts from abril 2008.

EL LENGUAJE DEL DOLOR I (fragmentos correspondientes a una conferencia pronunciada el 13 de febrero de 1997 en Sevilla) Antonio Medina de Haro (1936-1997)

 

 

Pere Lachaise 2002 LGV

 

El dolor es un misterio universal e inevitable que sobrecoge y desconcierta al ser humano. Con frecuencia se proponen fórmulas más o menos auténticas como: resignación pasiva, escapismo, anulación de la voluntad… etc., pero, en ningún caso, resuelven las preguntas que todo hombre se hace: ¿Qué sentido tiene el sufrimiento? ¿Cómo se armoniza la realidad dolorosa con la tan traída y llevada Bondad Divina? La poetisa (G. Fuertes) dice:

 

Dios ahoga pero no aprieta

siempre está sobreaviso;

luego te quita el dolor

y te pone la cena.

 

            ¿Es esto una concepción irónica…? Desde aquel lamento de «Elí, Elí, lamma Sabactaní» (Señor, señor ¿por qué me has abandonado?) pasando por Niestzche, Jasper, B. Russell hasta el «élan vital» de H. Bergson, no hemos cejado en nuestra morbosidad o masoquismo y jamás nos hemos planteado el dolor con el talante de conocer las distintas maneras que tiene de presentarse, y hablar de él con un sentido cósmico de comunicación, solidaridad y posibilidades de alivio, consuelo y felicidad (por más que nos haya podido surgir la pregunta). Téngase en cuenta que el dolor proporciona una oportunidad para el heroísmo y, lógicamente, somos muy dados a aprovecharla con asombrosa frecuencia. No es ésta mi óptica porque:

 

Soy tan pobre, tan pobre,

que no tengo ni nadie.

 

            O quizá podríamos pensar, cuando llega la soledad, aquello de:

 

No debiera estar serio

pues vivo como quiero

sólo que a veces tengo,

un leve sarpullido.

 

 

TUS ROSAS (3/11/1957). Antonio Medina de Haro (1936-1997)

Telas (resplandor difuso) 1

 NO veo mi sombra

Ni escucho su voz

Riego con mi sangre

Las rosas de tu amor

Polvo de tus labios

Quisiera humedecer

Llorando mi sueño

Con las rosas de tu boca

Plumas de tus alas quiero

Paloma de mis cartas

Porque en mis palabras llevas

Las rosas de mi corazón.

Telas (resplandor difuso) 2

BORRACHA (31/12/1957). Antonio Medina de Haro (1936-1997)

 

 

Olivo en Gandul

 

MI alma llora,

No es ella,

Ha dejado su blancura

Y está negra, de pena.

Se ha ido al baile del amor;

Allí danza, gritando

Que está enamorada

Y que tiene lágrimas de pena.

Ha bebido en la fiesta,

Ya delira y grita

¡Grita que quiere mucho!

Y que está borracha de pena.

CESÁREO ESTÉBANEZ (fragmento) («Historias de vidas» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2004)

 

Cesáreo Estébanez
Foto ODP
2004

 

Desde niño con el teatro

Cuenta que en su familia no hay ninguna relación con el teatro, sin embargo ello no ha impedido que a él le haya gustado el teatro desde que era un niño. Desde que en un grupo, de estos de mayores, hice el niño de una obra de Miller, a los 9 años. Me cogieron, no sé porqué. Luego hizo teatro durante el bachillerato y en la universidad de Salamanca y, finalmente, se fue a Madrid un año, a probarlo. «Porque no quiero que me den los sesenta, que ya tengo, y me haya quedado el gusanillo.»

            Y ya no regresó a Palencia. Cesáreo marchó a Madrid para convertirse en actor dramático después de haber casi concluido la licenciatura de Medicina, carrera de la que sólo le faltan por aprobar algunas asignaturas. «Tengo la orla pero no terminé.» Se fue a la capital con el consentimiento de su padre, que siempre lo apoyó en aquella decisión suya, no así su madre que nunca aceptó que su primogénito, que iba para premio extraordinario, rompiera con siete generaciones de médicos en la familia. «Mi padre fue a Madrid a verme encantado, varias veces, como si yo fuera Lawrence Olivier. Yo digo a mis sobrinos lo que me dijo él: si eliges un trabajo vas a tener que estar un tercio de tu vida en él: ¡que te guste, por favor!»

 

Una hora con…

En la universidad de Salamanca, cada quince días, durante los primeros años de la década de los sesenta, Cesáreo Estébanez leía y recitaba textos y poemas de los autores en aquella época comprometidos políticamente y otros, ya muertos, cuya palabra literaria era considerada contraria al régimen dictatorial instaurado por Franco en aquella España: León Felipe, Blas de Otero, Pablo Neruda, Gabriel Celaya, Miguel Hernández , César Vallejo… Pues Cesáreo precisamente perseguía como fin difundir la literatura comprometida en aquellos actos sucesivos llamados «Una hora con…» ante un nutrido público de estudiantes y profesores universitarios. Entonces conoció a D. Fernando Lázaro Carreter que era rector de la universidad de Salamanca y con quien tenía que mantener frecuentes contactos, por razón de la organización del programa. «Lázaro iba a todos los recitales míos. Después de hacer Una hora con… León Felipe un señor del público me regaló la colección entera de León Felipe, para mí un regalo maravilloso. La tuve yo en mi habitación del colegio mayor un tiempo, pero un día vino la policía, me la quitó, y hasta hoy, sin decirme nada ¡eh!… Cogieron la colección y se la llevaron.»

 

El teatro en el K.T., Bordes Resplandecientes 2000

COMO VEO EL HUMO DISIPARSE («Crónica de París», Lauro Gandul Verdún)

 

Shakespeare & Company (cuarteado)

COMO veo el humo disiparse

París en el aire

Desaparece

Y yo

Al mismo tiempo

Oh calles

Que ya descifré

Oh signos como lugares

Oh ciudad mía

Fría

Fría

Fría

Oh bella

Sin emociones

Como un día gris

O como la noche en los bulevares

El murmullo de la gente

En el metro

Y su pasar por las galerías

O su silencio

Otras veces

Oh gente que encuentro

Y también amo

Colores

Huesos

Miradas

Sombreros

Abrigos

Oh diversidad

Oh carnes

Oh piel

Leo

Para

Escribir

Veo

como leo

Huelo

como leo

La sopa es un libro

Las librerías pequeñas parecen restaurantes

Donde como páginas

Sorbo la espuma de las páginas

Y fumo

Al fin fumo

Una ceguera deslumbrante

Me abre un mundo

Claramente al fin

Y otra vez París se me conforma

Dentro y fuera del cuerpo

Hecho mente

Alma

Para al punto

Como ya sabemos

Reiterar su inexistencia inmortal

Y yo me voy como si llorara

Hacia el cielo

Que por encima de las buhardillas

Quiere atraerme

Y convertirme en un ángel.

 

 

Desde la Torre Eiffel LGV 2002

MIENTRAS MIS UÑAS (Lauro Gandul Verdún, 1985)

MIENTRAS mis uñas

En la negra alfombra del sueño

Se hunden, os adivino

Las corbatas, las chisteras,

Las pesadas llaves del archivo obtuso,

Oh, Alto Tribunal de caras conocidas,

Os adivino porque corréis temblando

Impunemente amables

Cuando llueve sobre los edificios,

Las avenidas, los parques,

Sobre las crestas de júbilo rabioso.

Me afano entonces,

Con elástico vigor,

En arrebataros vuestros paraguas,

Vuestros códigos promulgados,

Vuestras últimas sentencias oscuras.

Así me aferro al entusiasmo

De cultivar puños para mentiros,

Sonriente mientras silbo

Con las manos en los bolsillos hondos.

ANTONIO HERMOSÍN OLÍAS «EL NIÑO DE LA TRUJA» (Fragmento) («Historias de vidas» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2005)

 

El Truja ODP 2005

El bailaor Antonio Hermosín Olías
(Foto ODP, Alcalá de Guadaíra,2005)

 

Si viajamos en el tiempo unos sesenta y tantos años atrás, justo después de acabada la Guerra Civil, justo después, a 1941 ó 1942, a Sevilla, a La Alameda, una madrugada, podemos encontrarle. Hemos llegado a pie desde la calle Trajano o desde la de Jesús del Gran Poder. Entramos en La Europa porque sabemos que aquí vienen todos los artistas flamencos. Aquí venimos, a esta taberna, y, a pesar de estos años de miseria y hambre -paradojas de la vida- ¡cómo palpita en este local la vida, el arte puro! Bien lo sabe ese muchacho que hemos visto desde el primer día que entramos aquí y que viene casi todos los días desde Alcalá con amigos. Bien lo sabe Antonio Hermosín Olías, que tiene la querencia del flamenco ¡cómo se le nota en el rostro y en los gestos el deseo de aprender!

 

La corrida de toros

…se va a trabajar, después de regresar a Alcalá tras la mili, a la taberna que un tío suyo tiene a la vera del Cuartel de la Guardia Civil, en el Derribo, que es conocido como La Truja. Como él todavía parece un chiquillo los clientes le llaman niño, y se le queda el nombre de El Niño de la Truja. Por estas fechas, en Alcalá, donde siempre hay bautizos y parabienes, cuando uno u otro evento se celebra ya al Truja, al Comino y a los otros amigos los llaman para ir a cantar o bailar. Uno de estos días, un americano llamado Franklin, que en Alcalá tiene una plaza de toros chiquitita, se los lleva a la feria de Algeciras. El Truja nos cuenta: <<Y estando allí en la feria me encontré con uno que es el que tiene la culpa de yo haber seguido en mi arte: el Bizco San Román. Ése iba en un circo cantando y me ve a mí y me dice: “Truja, ¿por qué no vienes esta noche al circo conmigo?” Él cantaba ‘La Vaca Lechera’ por bulerías en ese circo, que era un circo muy nombrado, aunque yo ya no me acuerde del nombre. Al Bizco San Román lo había conocido en La Alameda. Bailaba yo éso divino, y él lo sabía.>> En la feria de Algeciras esta noche el Manzano y Paquito León le hacen el compás mientras el Bizco San Román da la entrada cantando por bulerías. <<Y bailé yo una corrida de toros, que ha sido lo fuerte de mi baile. Empiezo con el paseíllo, los caballos… Salen los picaores, después pongo las banderillas, hasta que cojo la muleta y entro a matar. A la par está el compás por bulerías, ¡ole!…

            Era yo un chaval, cuando la feria de Sevilla estaba en el Prado, en una caseta de gitanos, una mañana vi yo un bailaor de Triana en lo alto de un velador haciendo unos pocos de pases de torero bailando. Ese bailaor me alumbró para que me metiera a hacer yo entera la corrida de toros. El baile de la corrida de toros va con un compás por bulerías. La entrada es de cante y yo salgo con las manos en alto y recito unos versos: <<Toreaba Marcial Lalanda y Cagancho/ un mano a mano en Sevilla/ y le salió a Cagancho un toro que el pelo se le tendía/ ¡ay! Marcial Lalanda de mi alma/ lo mejor de Andalucía/ ¡toro!>> Y ya empezaba el lío, las palmas y ¡ole! hasta que mataba el toro. Ahí cogí yo una categoría. En el circo del Bizco San Román bailé por primera vez la corrida de toros.

Cita, portadilla y prólogo por Ramón Reig de POEMAR nº 1 – Cuaderno de poesía. 1982

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Poemas de Oscar Vitaller en POEMAR nº 1 – Cuaderno de poesía, (con dibujo de Francisco Nieto). 1982

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Poemas de Juan E. Espinosa en POEMAR nº 1 – Cuaderno de poesía, (con dibujo de Francisco Nieto). 1982

1 j e poemar 1

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