Cabo del Espichel
(Foto: LGV Portugal 2017)
LOS VIEJOS DE SAGRES
Canto al final de todos los viajes
Para los mortales que llegaron a este sitio
Antes de la más temida de las partidas
Desfilan los ancianos
Con la gravedad de los que nada esperan
Aunque el silencio que los atrajo no me engaña
Alzan los brazos al viento
Que los invita a volar
Tumbados en la hamaca al sol
Suave
O se asoman a los acantilados
Para contemplar el océano
Entonces los oídos reciben la espuma
Del reiterado choque de las olas
Contra las piedras
Que les mece el alma a estos viejos melancólicos
Porque saben de su propia muerte demasiado
Quieren vivir como nunca en su vida
Aunque ya no saben cómo ponerse
Para que los huesos duelan menos
No les basta
Dar un paseo no pueden
La vida siempre fatigada ya no es vida sino agonía
Quieren vivir como nunca en su vida
Sean dulces con ellos
Déjenlos pasar
Apártense
No les quiten el aire
Este sitio es suyo
La ensenada
Las vistas
Las antiguas fortalezas
El viejo faro en el cabo de poniente.
EN CONÍMBRIGA
En Conímbriga corre sin ruina la brisa por sus ruinas.
Desde las viejas montañas llega aquí igual de fresca,
tan limpia y linda como entonces.
Tras las viejas montañas la tarde se demora en su lejanía sin fin.
CONDEIXA A NOVA
Tapias a un lado y otro de la estrecha calle recta adoquinada sin aceras.
Asoman muy por encima de las tapias copudos y hojosos árboles verdioscuros. Coronan sus remates, a dos aguas, trepadoras
que dentro de la quinta se desarrollan,
de diversas clases y muy espesas,
y también hojosas y verdioscuras.
No sólo hay un palacio y su jardín magnífico, sino otros
con jardines como bosques,
todos cercados con esas tapias que abrigan la propiedad,
y regalan al pasajero umbría y trayecto.
Hemos visto un molino de agua en Condeixa.
Hemos llegado por un callejón de piedra;
hemos cruzado un dintel de granito,
y allí el molino,
al lado de una floresta de cañas.
Corren arroyos por Condeixa.
ENTRE CONDEIXA Y COIMBRA
Montes abancalados. Huertas en la tierra oscura bien labrada.
Gente pausada y tácita, con el infinito adentro de su silencio.
La viña. El naranjal. El olivar.
Olivos no en tresbolillo, sino en hilera.
COIMBRA
1
Mondego es un Dios que bajó de una estrella para leer Coimbra.
El Mondego fluye como una lectura.
2
De lágrimas y de amores las aguas del Mondego han bebido.
Pero el mar está bien cerca, por fortuna.
Leer antes de morir: leer para siempre.
ADONDE TOMAR
¿Dónde Tomar?
Los caminos que a las otras ciudades allegan caminantes
no conducen a Tomar.
En algún cruce aparece el nombre en la ruta de Alcobaça o Batalha,
o Zezeres,
o Penela,
pero después se comprueba que la señal estaba equivocada,
porque no encontramos Tomar.
…Luego en la Sinagoga una judía de Belmonte nos lo aclaró todo.
GUIMARÃES
…El gris derrotó al azul…
El azulejo es piel; la piedra víscera…
El azulejo es cine; la piedra pantalla…
Alicatar es enmascarar las casas.
Si tienen máscara no precisan de la piedra,
se sostienen en la metáfora de los mosaicos.
VIAJE A AVEIRO
Aveiro, la llana.
…Mojada.
Aveiro a la vera de la mar…
VISIÓN DE OPORTO
Gaviotas y altares barrocos.
Colinas donde se agazapan los barrios;
a los escarpes se agarran las casas,
igual que el azulejo multicolor a sus fachadas.
Torres con reloj y campanas.
Ágiles puentes sostenidos sobre un arco
permiten volar por encima de un Duero marinero.
Aire del océano en los pulmones de los portuenses.
Aire azul de oleaje.
Miran como miran los barcos lejanos,
y en los ojos aún les brilla la luz del asombro,
la luz que vieron en otros tiempos,
la de las costas de remotos continentes…
…Y LISBOA
Respirar la luz
Cuando el aire falte
Blanca luz
Para unos ojos ciegos
De quien ya no precisa un pecho
Pero sí respirar
Luz de estuario
Arrastrada luz corpórea.
[Parte portuguesa de Corografías (inédito)]