[Foto: LGV (Alcalá 2014)]
«Desde tiempo atrás se tenían noticias del refinado invento de Mocáddam de Cabra, poeta árabe del siglo IX: había creado la muwáshaha, artificioso poema en árabe clásico, que debía rematar en una estrofa (jaýa) escrita en lenguaje callejero, ya fuera árabe vulgar, ya el romance de los cristianos. Por el mismo contraste de estilos, esa avulgarada estrofilla debía dar al poema su “sal, ámbar y azúcar”.»
«En 1948 el hebraísta Samuel M. Stern reveló al mundo veinte jarchas escritas en lengua romance, que figuraban en muwáshahas hispano-hebreas de los siglos XI a XIII; la más antigua parece ser anterior al año 1042. Y esas pequeñas estrofas resultaron ser encantadoras cancioncillas de amor puestas en boca de una muchacha: ingenuos lamentos de ausencia, dolorosas súplicas al amado (designado con el arabismo habibi), apasionadas confidencias a la madre y a las hermanas.»
«Las canciones mozárabes pertenecen al género más característico de la primitiva lírica europea en lengua vulgar: la canción de amor femenina. Son compañeras del Frauenlied alemán, de la chanson de femme francesa, de la cantiga d’amigo gallego-portuguesa, del “cantar de doncella” castellano y catalán.»
«Recordemos que en los siglos XIII y XIV los trovadores del Occidente hispánico crearon una escuela poética que seguía de cerca los procedimientos, la técnica y el espíritu de la poesía provenzal.»
[Lírica española de tipo popular, de Margit Frenk Alatorre.
Ediciones Cátedra, S.A.
Madrid 1989]
[Jarcha núm. 2]
Puesto que sabes adivinar,
y adivinas la verdad,
dime cuando vendrá
mi amigo Isaac.
[Jarcha núm. 9]
Vase mi corazón de mí.
¡Ay, Dios!, ¿acaso tornará?
Tanto me duele por el amado:
enfermo está, ¿cuándo sanará?
[Jarcha núm. 15]
Dime, ¿qué haré?,
¿cómo viviré?
A este amado espero,
por él moriré.
[Jarcha núm. 16]
¿Qué haré o qué será de mí,
amado?
¡No te apartes de mí!
[Jarcha núm 18]
¡Tanto amar, tanto amar,
amado, tanto amar!
Enfermaron mis ojos brillantes
y duelen tanto.
[Jarcha núm. 22]
Señor mío Ibrahim, ¡oh dulce nombre!,
vente a mí de noche.
Si no, si no quieres, iréme a ti:
dime dónde encontrarte.
[Jarcha núm. 26]
¡Piedad, piedad, hermoso! Di,
¿por qué tú quieres, ¡ay Dios!, matarme?
[Foto: LGV (Alcalá 2014)]