(Foto: Manuel Verpi [Alcalá 2014])
—Cuando ponga los pies en el Infierno, te llamo.
—Vale. Entonces te iré a buscar allí.
—No preguntes por mí a nadie. Te estaré esperando junto al Tren de los Horrores.
—¡Uy…! ¡Qué miedo!
—No te hagas la tonta, ¡que no hay calle que a ti te guste más!