CANCIÓN A LAS RUINAS DE ITÁLICA (FRAGMENTO EN LÁPIDA DE MÁRMOL). Poema de Rodrigo Caro (1573-1647) con fotografía de Lauro Gandul Verdún (de fines de los noventa del pasado siglo)

 

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6 comments.

  1. ¿Es que de verdad se precisan clasificaciones y etiquetas para la poesía? Que si intimista, que si social, que si tal o cual… En realidad, yo sí la clasifico: esta me gusta, esta no tanto, aquella no me lo parece. Eso de “impío honor de los dioses, cuya afrenta/publica el amarillo jaramago/ya reducido a trágico teatro…” ¿Qué es eso? Ah, sí, poesía. A mí me gusta mucho, y a veces parece increíble que tales figuras salgan de la observación y la posterior inspiración de un mortal. Discúlpenme, he bebido algunas tazas de vino.

  2. Jo, Diosdado; así es como clasifico yo todo… a ver al final si es que bebemos el mismo vino.

    A.L.

  3. Baco te libre de tan pobre como amplia cata.

  4. A.L., ¿también bebes vino en tazas, como Dionisio? Pensaba, no sé por qué, que lo bebías en catavino codobés. En lo que importa, realmente, resulta imposible no coincidir con el señor Diosdado, pero, estimado A.L., ¿es ello clasificación?, o, más bien, poesía para tratar sobre poemas, aunque sea poesía coloquial (perdón, que éste es adjetivo clasificatorio)…

    De todas las maneras ¡qué poema tan extraordinario desde hace más de tres siglos!

    Lauro

  5. Dionisio, ¿entonces no te referías al vino que podemos beber en cualquier taberna?

    Lauro

  6. Creo que sí. La poesía, como los conceptos en filosofía, como los sonidos, como los colores o las imágenes, como las personas, intensidades que nos convienen o no, que pasan o no… y así todo.

    A.L.

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