Lisboa la bella. El Jardín Botánico, el zoológico (nos impresionó el orangután, su cuerpo y sobre todo su mirada, la más triste del mundo), los negros arriba y abajo, y las aceras, ¡ay las aceras! Y el vino verde, del que nos pusimos morados. Y la ausencia de gritos. Y está a un paso. No se la pierdan.
¡Cómo se comprueba que sabes amar en Lisboa! Tu comentario me hace decir, acaso siguiéndote, que a un paso, sí, a poco más de un sencillo paso, el mar de Lisboa se me antoja el cielo adonde mi alma bien que podría morar cuando muera.
Lisboa la bella. El Jardín Botánico, el zoológico (nos impresionó el orangután, su cuerpo y sobre todo su mirada, la más triste del mundo), los negros arriba y abajo, y las aceras, ¡ay las aceras! Y el vino verde, del que nos pusimos morados. Y la ausencia de gritos. Y está a un paso. No se la pierdan.
Posted by R.R.G. on junio 23rd, 2013.
¡Cómo se comprueba que sabes amar en Lisboa! Tu comentario me hace decir, acaso siguiéndote, que a un paso, sí, a poco más de un sencillo paso, el mar de Lisboa se me antoja el cielo adonde mi alma bien que podría morar cuando muera.
M. Verpi
Posted by Manuel Verpi on junio 30th, 2013.