PAUSANIAS, ¿UN GUÍA TURÍSTICO? Por José Manuel Colubi Falcó

MilciadesMilciades

(Hacia 550-488 a. C.)

Pausanias (s. II d. C.), viajero y curioso voraz que recorrió gran parte de los países del Mediterráneo, nos ha legado la Periégesis [o Descripción] de Grecia, donde describe con detalle aquellos lugares —santuarios, ciudades, pueblos…— cargados de historia. No pocas gracias le dan hombres de ciencia… y turistas. Claro, junto a datos fidedignos no falta la fantasía, presente siempre en las tradiciones. Del escenario de la batalla de Maratón dice:

            «Hay también un monumento para todos los atenienses a cuantos aconteció morir en batallas navales y de a pie, salvo para los que lucharon en Maratón, pues éstos tienen sus tumbas en esa tierra por su varonil valentía… Hay un demo, Maratón, que dista igual de la ciudad de los atenienses que de Caristo de Eubea; en este lugar del Ática estuvieron los bárbaros y fueron vencidos en batalla y perdieron, cuando se hacían a la mar, algunas naves. Hay una tumba de los atenienses en la llanura, y sobre ella unas estelas con los nombres de los muertos, de cada uno según tribus, y otra para los plateos de los beocios, y los esclavos, pues entonces por vez primera pelearon esclavos. Y hay un monumento de un varón en particular, de Milcíades [el general vencedor] el hijo de Cimón… Allí es posible, durante toda la noche, percibir los relinchos de los caballos y el fragor de los combatientes. A nadie le convino trasladarse a propósito para contemplarlo con claridad, pero cuando eso le ha sucedido a quien lo ignora o de otro modo, la ira de los démones no es posible… Sucedió, según dicen, que en la batalla estuvo presente un varón de aspecto y equipo rústicos, quien, después de haber matado a numerosos bárbaros con un arado, desapareció; y que cuando los atenienses consultaron, el dios no les hizo saber ninguna otra cosa, sino que les ordenó que honraran al héroe Equetleo [de la esteva]… Cuentan los atenienses que sepultaron a los medos porque es totalmente pío ocultar en la tierra el cadáver de un hombre, pero yo no pude hallar tumba ninguna. No fue posible ver ni túmulo ni otra señal, sino que, habiéndolos llevado a un foso, los arrojaron según la suerte… Hay en Maratón una laguna en su mayor parte pantanosa, y en ésa, por ignorancia de los caminos, caen los bárbaros fugitivos; dicen que la matanza les sobrevino por ello. Más allá de la laguna están los pesebres de los caballos de Artafernes y señales de la tienda en las piedras…»

Post a comment.