Primer plano de Caracas por el Gobernador Juan de Pimentel (1578)
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«Yo soy uno de los que cree que si por la verdad murió Cristo, y si por la verdad tiene que morir uno más, pues aquí estoy a la orden. Para mí la muerte no existe. Así que no me importa hablar de ella o sentirla que pasa cerca, porque de verdad no existe…”Yo no quiero morir, por favor no me dejéis morir”. Son las últimas palabras de Hugo Chávez, palabras de rebeldía contra la muerte que le acechaba desde 2011. Cuando alguien muere, siempre, inevitablemente, se produce una especie de estupor debido a lo difícil que se hace comprender esta irrupción en la nada y resignarse a admitirlo como un hecho consumado.»
[Discurso de Hugo Chávez en la inauguración del Congreso el 2 de febrero de 1999, citado en Jonathan Eastwood, «Contextualizando a Chávez: el nacionalismo venezolano contemporáneo desde una perspectiva histórica», Revista Mexicana de Sociología 69, nº 4, 2007, pág. 621. / D. Lozano y J. García, «No me dejéis morir», El Mundo 8 de marzo de 2013/ Gustave Flaubert, Madame Bovary, Barcelona, 2001, pag. 420 (traducción de Juan Bravo Castillo, 2001), 1ª ed. francesa, 1857]