CORRESPONDENCIA DE AGBARO Y JESÚS. Por José Manuel Colubi Falcó

La incredulidad de Santo Tomás Caravaggio (1602)

La incredulidad de santo Tomás

Caravaggio

1571-1610

Entre los apócrifos editados en el nº 148 de la B.A.C. se cuentan sendas cartas de Agbaro Ucama (el Negro) —enfermo, quizás, de lepra negra—, toparca (jefe del lugar, gobernador, rey) de Edesa, y Jesús, que se cruzaron ambos mediante el correo de Ananías. Vertidas del siríaco al griego y transmitidas por Eusebio de Cesarea (Historia eclesiástica 1, 13, 6-10, publicada en B.A.C. 350 y 351), las hemos traducido así:

            «Agbaro Ucama, toparca, a Jesús, el buen salvador aparecido en el lugar de Jerusalén, salud:

            »Han llegado a mis oídos nuevas acerca de ti y de tus curaciones, que dicen que suceden gracias a ti sin fármacos ni plantas. Pues es fama que haces que los ciegos recuperen la vista, que los cojos paseen, que purificas a los leprosos, que expulsas espíritus impuros y demonios, que curas a los que sufren tormento en larga enfermedad y despiertas a los muertos.

            »Habiendo oído todas estas nuevas, puse en mi mente una de dos: o que tú eres Dios, que habiendo bajado del cielo realizas estos portentos, o que eres hijo de Dios porque tales cosas haces.

            »Pues bien, habiéndote escrito por esta razón, te rogué que te tomaras la molestia de venir junto a mí y curaras el mal que tengo. Pues, además, he oído que los judíos murmuran contra ti y quieren hacerte daño. Mi ciudad es muy pequeña, sí, y digna, la cual basta para ambos.»

             Y Jesús responde:

             «Venturoso eres porque has creído en mí sin haberme visto. Pues de mí está escrito que los que me hayan visto no creerán en mí para que los que no me hayan visto crean ellos y tengan vida.

            »Respecto de lo que me escribiste, que fuera junto a ti, necesario es que yo cumpla aquí todo aquello por lo que fui enviado y que después de haberlo cumplido me recoja de nuevo junto al que me envió.

             »Cuando me haya recogido, te enviaré a uno de mis discípulos, para que cure tu mal y dé vida a ti y a los que contigo están.»

            Eusebio (I, 13, 11-21) refiere el cumplimiento de la promesa.

One comment.

  1. D. José Manuel:
    Muchísimas gracias por su trabajo. A mi criterio, es usted una isla en medio de ese gran océano de mediocridad, que nos vemos obligados a soportar y “sufrir”, en estos tiempos.

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