Saint Moritz
(1898-1980)
—Lo mejor de sí son sus protecciones. Aunque debajo del blindaje sólo encontremos un vacío enervante. Para hacer reir no tiene quien le haga sombra. Con sus maquillajes, potingues y oropel siempre aparece como iluminada.
—El sí es un espejismo, un efecto de máscara. Tal es así, que el hecho de que debajo de ellas encontremos el vacío no sólo me gusta, sino que me parece la mejor definición de un ser humano. Amo sus máscaras.