—Creía que España era el nombre de un país.
—Pues te equivocas. Ahora es, sobre todo, el nombre de una marca: la marca España.
—Ah, entonces ¿ya no somos una monarquía?
—Ni monarquía, ni España tampoco.
*
—Sí, mucha marca España pero ¿dónde están las patentes españolas?
—La pregunta da miedo.
—¿Miedo? Vergüenza habría de darles a los de la marca.
*
—Ya sé lo que son los políticos de la marca.
—Concesionarios.
—…Ahora que lo dices, aunque iba a referirme a otro grupo.
—¡Sinvergüenzas!
—Vaya, hoy vas siempre por delante.
*
Y EL ESTRAMBOTE
—¿No temen los de la marca España que la pirateen?
—No les preocupa…