http://www.youtube.com/watch?v=LNha9VzFfYI
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«¡Oh pintor empapado de espectros, oh dolido
pincel, oh dolorida mano extraña
rompiendo los tabiques de las sombras,
nimbada para siempre
por la brecha de luz del infinito!»
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[Última estrofa del poema «Rembrandt».
Rafael Alberti, A la pintura (1945-1952).
Editorial Losada, S.A. Pág. 79. Buenos Aires, 1976]
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RESSENDI EN «CARMINA»:
Exquisitos versos los de Alberti, aunque inversamente a la elección del poema a mí me da la sensación de que lo que Ressendi rompe son precisamente los fugaces tabiques de luz que lo cierran a la obscura sopa primordial que nos alimentó desde siempre.
Yo personalmente sólo veo en sus cuadros sombras. Una desacostumbrada, apacible y divina sombra.
A.L.
Posted by A.L. on enero 31st, 2013.
¿Puedes decir lo mismo sobre Rembrandt? ¿Rompe éste también «los fugaces tabiques de luz»? ¡Qué me gusta lo de «la obscura sopa primordial»! Elegí el poema del holandés porque Ressendi me resulta de la misma estirpe, más que de Goya o Velázquez.
Continúo con las preguntas ¿No coinciden sombra y luz? ¿No es la sombra la luz debidamente tratada y a la inversa?
Lauro
Posted by Lauro on febrero 1st, 2013.
No creo que para ninguno de los dos el leit motiv sea la luz; tanto es así que podríamos hablar de un mismo objetivo que actuaría como motor a dos tiempos, es decir, lo que en Rembrandt sería la admisión y comprensión de su descendimiento, más evidente aún en el espejo de su autorretrato de principios de 1661, en Ressendi lo sería la explosión y escape de los suyos hacia la sombra. Sin dudarlo, el gran motivo de ambos es el tiempo. La memoria de todos sus esfuerzos; el trabajo compositivo, latente y secretamente corrosivo del tiempo.
A.L.
Posted by A.L. on febrero 2nd, 2013.
Algunos, muy autorizados, han querido ver en Ressendi un pintor que continuara expandiendo la percepción que las puertas abiertas por Goya o Zuloaga supusieron para el Arte. Aunque sea legítimo insertar la obra del pintor alcalareño en ese mapa histórico, sinceramente creo que el tremendismo o el horror en el tratamiento plástico de los típicos temas de la España negra reduce la verdadera dimensión de Ressendi: el cuerpo en su humana anatomía.
Por esa corporeidad ansiada, y lograda «en la explosión y escape de sus descendimientos», afirmación tuya que para mí alude a un color que da hambre al espectador, ansia de comer las carnes que retratan muchos de sus cuadros, carne que supervivirá a «la corrosión del tiempo», cuyo discurrir, como tú dices, secreto tampoco podrá el cuerpo contener…
Lauro
Posted by Lauro on febrero 2nd, 2013.