«Es difícil dar una definición del Mito, como término unívoco y digno de letra mayúscula. Oponer el Mito a la Razón como incompatibles simplifica demasiado el enfoque. Es más claro enfocar lo mítico como una vasta región de lo imaginario y tratar los mitos como resonantes relatos que configuran lo que llamamos la mitología. Ese aspecto narrativo es el rasgo esencial del mito ya en la palabra griega mythos, que los sofistas y Platón, opusieron al vocablo logos (palabra, razón, razonamiento), en el sentido de “narración tradicional, relato antiguo”. (Antes en Homero mythos y logos eran sinónimos). Sin embargo, ya el mito era una búsqueda de la verdad, ya el mito ofrecía una ilustración. Hay “mito en el logos y logos en el mito” dice Lluis Duch, que apunta la conveniencia de una ágil combinación “logomítica” para la comprensión cabal del mundo y la condición humana. Es una ficción, pero “una ficción no es una mentira, sino una herramienta.”»
[Carlos García Gual, «Héroes y dioses», Babelia , 24 de noviembre de 2012/ Cita del profesor José Antonio Marina en Juan Malpartida, «La espiral de Marina», ABC Cultural, 8 de diciembre de 2012]
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