«DEMOGAGIA». De la serie «RECORTES», Nº 49. Por Pablo Romero Gabella

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«La multitud es muy difícil de ser contada, por eso, entre otras cosas, se inventaron las elecciones. En Sevilla al presentarse el estreno de su adaptación de Coriolano de Shakespeare, Alex Rigola se interrogaba con un guiño de complicidad: “Por qué todo el mundo puede votar, incluso aquellos que no saben lo que votan”. Buena pregunta para un debate de ideas. Aunque luego añadía que él estaba “con la ética política de movimientos como el 15-M”. Nuestras virtudes están sometidas a la opinión de nuestro tiempo, y el  talento se recomienda a sí mismo no tiene tumba comparable a la tribuna donde exalta sus propias acciones. Un fuego extingue a otro fuego. Un clavo saca a otro clavo. El derecho se desploma bajo otros derechos. La fuerza sucumbe bajo la fuerza. Aun sitiando el Capitolio se llega a la Roca Tarpeya para despeñarse, decían los senadores romanos. “Vámonos, marchemos, Cayo, cuando Roma sea tuya, serás el más pobre de los hombres; entonces bastará poco tiempo para que me pertenezcas”. El peor enemigo de la democracia es la demagogia.»

[Alfonzo Lazo y Raúl del Pozo, «Anarcoides» y «Constitución sitiada» respectivamente, ambos en El Mundo 7 de diciembre de 2012 / William Shakespeare, Coriolano, acto IV, Escena IV, Obras completas, vol. I, pág.. 466, Madrid, 2003]

 

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