SIMIOCRACIA. Por Aleix Saló

Aleix Saló
(Ripollet, Barcelona, 1983)

4 comments.

  1. Ha llegado a mis oídos que el Gobierno va a declarar el estado de excepción a fin de obligar a todas las emisoras de TV a emitir este vídeo, por supuesto que en las horas de máxima audiencia y durante tres días.

  2. R.R.G.,

    Creo que las de TV y las de radio, y hasta las de internet, podrían ahorrar muchos euros en tertulianos mentirosos, por lacayos y por mentirosos incondicionales, que quedarían barridos después de la luz de Alex Saló sobre el régimen de las Españas desde la Transición para acá.

    Lauro

  3. […] OTRAS LECCIONES DE ECONOMÍA EN «CARMINA» […]

  4. […] En España no roban las eléctricas, ni los bancos, ni las grandes empresas a las que se les perdona…, ni los alcaldes y delegados de urbanismo y más cosas de cientos de municipios, ni un largo etcétera; no, qué va, aquí los que roban son los miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores, con Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero a la cabeza. Aquí no maltrata nadie a los trabajadores: ni el Gobierno con sus, más que recortes, amputaciones, ni las empresas imponiendo —con los auspicios de aquél— condiciones de trabajo propias de los comienzos de la era capitalista. Ni la policía, aparato fundamental del Estado de los capitalistas. No, qué va, aquí quienes maltratan a los trabajadores son los del SAT, empujando a una empleada de Mercadona que les quería impedir el paso, no porque esa muchacha tenga mentalidad de gorila de discoteca, sino porque tiembla ante la probabilidad de perder su puesto de trabajo si no «protege» a la empresa. Ya se sabe: siembra el miedo y recogerás la victoria. Pero los del SAT no están de acuerdo en que los de siempre recojan tan ominosa cosecha. O, como dijo Steve Biko: «El arma más poderosa del opresor es el espíritu del oprimido». Claro que algunos pensarán que en nuestra sociedad, tan democráticamente gobernada a todos los niveles, no hay opresores ni oprimidos, sino, como mucho, gente más o menos favorecida por las circunstancias que determinan el ordenamiento constitucional y la realidad económica. O gente lista y con suerte… y los demás, esos que han de joderse, que diría la diputada. ¡Qué putada! ¡Qué edificante! ¡Y qué profundo! […]

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