Napoleón en su trono imperial
Jean Auguste Dominique Ingres
1780-1867
«Crear una idea es una labor que Hegel caracterizó como el trabajo de la muerte», dice Savater. El pensamiento posee la condición de una sustancia corrosiva que despoja a los cuerpos de sus vestimentas diferenciales y logra, gracias a ello, dos efectos superlativos. De un lado convierte en despojos a lo viviente, lo aniquila sin remedio. Y, de otro, gracias al crimen cometido, crea una eternidad. Las ideas filosóficas ¿quién lo duda?, son más que terribles. Es por ello, que dan miedo. Se tiene una idea, una buena idea y todo cambia. Se tiene una idea, una mala idea, y todo cambia. En una palabra: si usted se acuerda, había allí cierta alusión al hecho de haber en el mundo algunos individuos que podrían…;es decir, no que podrían, sino que tienen perfecto derecho a cometer toda suerte de actos deshonrosos y de crímenes, y para los cuales es como si no se hubiese escrito la ley.
…………»Raskólnikov sonrióse ante aquella forzada y laboriosa explicación de su idea.»
[V. Verdú, “La idea o el dios”, El País, 28 enero 2012 /F.M. Dostoievski, Crimen y castigo, 1866 (traducción de R. Cansinos Assens, Barcelona, 2003, pág. 239)]
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[…] Nº 2 ¡QUÉ IDEA, «MA QUALE IDEA»! […]
Posted by CARMINA Blog Literario — LA DEUDA: UN CLÁSICO. De la serie «RECORTES», Nº 1 (*). Pablo Romero Gabella on febrero 20th, 2012.
Me encanta que pongáis música al texto! Gracias!
Posted by Pablo Romero Gabella on febrero 22nd, 2012.
A.L.A.,
Gracias.
L.
Posted by L on febrero 22nd, 2012.