LA ENCUADERNACIÓN DE LOS MANUSCRITOS*. Por José Manuel Colubi Falcó

A don José García Madroñal

Ars ligatoria es el arte ligatorio, arte de ligar cuadernos y protegerlos con cubiertas para formar lo que hoy entendemos por libro. O sea, el arte de encuadernar, que nace cuando se hace necesario, es decir, cuando el volumen o rollo es paulatinamente desplazado por el codex, códice, que, frente al carácter unitario del primero, está compuesto de varios cuadernos faltos de unión. Con precedentes en Marcial XIV, 84 y en las tablillas de Herculano, el arte de la encuadernación evoluciona con el tiempo y se bifurca en dos tipos principales: el bizantino y el occidental.

En la encuadernación de estilo bizantino, «a la griega», las tapas son de madera, de la misma dimensión que los cuadernos –o sea, sin ceja- , están protegidas por piel, tela u otro material y a menudo ofrecen como recuerdo histórico una ranura propia de los tiempos en que dos «planchas» iguales de papiro se yuxtaponían y pegaban para servir de cubierta. Estas tapas protegen el cuerpo del manuscrito, formado por varios cuadernos cosidos con un bramante o dos, es decir, a una hilada o dos, y son fijadas mediante hilos cuyos cabos se incrustan en la parte interior o exterior de las mismas. A continuación, sobre el lomo y parte de las tapas se aplica una tela encolada, que las une también y además disimula parcialmente las desigualdades derivadas del cosido y, a su vez, se le practica otro de refuerzo en los extremos del lomo.

Dispuesto así el libro, en los cortes –las tres caras formadas por dos bordes no cosidos e igualados mediante algún instrumento afilado a modo de guillotina- puede haber algún adorno, por lo regular el título en el inferior. El acabado consiste en el revestimiento de la cubierta mediante piel de cabra, aplicación de cierres para tener el libro cerrado –al principio muy rudimentarios: correas que lo ceñían- en los diversos cortes, y de clavos metálicos –los bullones- que, evitando el contacto con la superficie en que se halla –el libro se colocaba horizontalmente-, protegen la cubierta, y la decoración. Ésta distingue los códices de lujo, con labor de orfebrería, de los corrientes, decorados mediante la técnica del gofrado, estampado en relieve o en hueco, con formas geométricas: rombos o rectángulos concéntricos.

(*) Véase para más detalle, la Introducción a la codicología, de Elisa Ruiz García, que ha sido nuestra fuente de información.

One comment.

  1. […]             Llamada diphthéra por los griegos, y membrana por los romanos (luego membrana pergamena y, por primera vez, pergamenum, en un decreto sobre precios, del año 301 de la era cristiana), en un principio con ella se formaba el volumen, igual que con el papiro, pero posteriormente usóse para la formación de lo que hoy es el libro, el códice (los hay de papiro, pero muy pocos) —que también pasó por etapas intermedias (tablillas o láminas unidas entre sí por un margen mediante anillas, cordones o tiras)— y para la protección del rollo de papiro o de pergamino, o sea, para su encuadernación. […]

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