– Junto al mar, el invierno se presenta con la rotundidad reiterada de las olas, algo cansadas, y al mismo tiempo enfurecidas, aunque sin perder ese temple tan definitivo de lo que llega y se va.
– Pero no siempre nos hemos sobrecogido tanto. Deberá, hoy, estar ocurriendo, tal vez, algo extraordinario.
– ¡Quienes somos extraordinarias somos nosotras!
– …