Esbozo de Leonid Pasternak para el retrato de Rilke
1927
La amistad entre el poeta Rainer María Rilke y el pintor Leonid Ósipovich Pasternak (padre de Borís, el famoso premio Nobel de literatura) se inicia con la primera visita de Rilke a Rusia en 1899. Después de aquel primer encuentro en Moscú, coincidirían a lo largo de los años en distintas ciudades europeas. Cuando el poeta cumple los cincuenta, Pasternak le dirige una carta, comunicándole su alegría de saberle vivo e infundados unos rumores extendidos sobre su muerte. En ella expresa también el pintor su ferviente deseo de comenzar un retrato del poeta. Rilke le contesta en una carta fechada el 14 de Marzo de 1926:
«Pese a que siempre he estado muy en contra de que se me hagan retratos, si alguna vez llegamos a estar cerca y pudiésemos volver a vernos, me sentiré orgulloso de ocupar un modesto lugar entre sus modelos.»
Rilke nunca llegaría a posar para Leonid Pasternak. La muerte alcanzó al poeta antes de acabar ese mismo año. Pero el pintor cumplió con aquel deseo y acabó póstumamente, basándose en fotografías y en sus propios recuerdos, el prometido retrato del amigo muerto.