LA VOZ DE RAUZZINI (1746-1810). Por Enrique Martín Ferrera (septiembre de 2011)

Abadía de Bath
Foto: EMF 2001

VENANCIO RAUZZINI  (1746-1810)

Edison no había nacido aún cuando acabaron los días de este castrato italiano, así que el fonógrafo jamás alcanzaría a reproducir su canto. ¿Cómo era la voz de Venancio Rauzzini? Llevo diez años preguntándome algo que no puede obtener respuesta, desde que tropecé con un personaje del que nunca había oído hablar. Hace ya una década que vi por vez primera su nombre, su retrato y su sepultura, en un rincón de la Abadía de Bath, al sur de Inglaterra. En esa hermosa ciudad británica iba a pasar los últimos treinta años de su vida, ejerciendo como director de conciertos, componiendo óperas que hoy casi nadie conoce y dando clases de canto. Allí le enterraron.

            Esta es su historia. De niño fue miembro del coro de la Capilla Sixtina. Estudió en Roma, donde tuvo como maestros a Corri y a Clementi, llegando a ser alumno en Napoles de Nicola Porpora, famoso no sólo por sus composiciones sino también por haber sido profesor de canto del más célebre castrato, Farinelli, el de la película de Corbiau. Aunque no suele figurar en los elencos de los castrati más conocidos, Rauzzini sí llegó a desarrollar sobre los escenarios una carrera exitosa, principalmente en Venecia, Múnich y Londres. En 1778 se retiró de la escena, convirtiéndose en uno de los profesores de canto más preciados en Inglaterra. Dicen que era un hombre guapo y mujeriego, y que llegó a ese país huyendo, a causa de ciertos escándalos de alcoba. Hasta aquí -se preguntará el lector- qué hay de excepcional. Y es ahora cuando aparece la palabra mágica: MOZART.

            En la blanca lápida de su tumba no aparece citada, ni siquiera escuetamente, la breve y a la vez estrecha relación de nuestro hombre con el genio salzburgués.  En 1767 Mozart había escuchado cantar a Rauzzini en la corte de Viena. Le impresionó tanto su voz que quiso contar con él más tarde para el estreno en Milán, en Diciembre de 1772, de su ópera Lucio Silla (K.135), ofreciéndole el papel de primo uomo en la obra, el del exiliado senador romano Cecilio. Tanto admiraba Mozart la voz de este castrato que, un mes más tarde, en enero de 1773, compuso especialmente para él un motete – Exsultate, jubilate (K.165)- estrenado ese mismo mes en la milanesa iglesia de los teatinos.

            ¿Cómo cantaba Venancio Rauzzini? Todos los que le escucharon están muertos. Yo siempre le imagino paseando a orillas del río Avon, en Bath, y sigo soñando el color, la tesitura, los matices de su voz.

Venanzio Rauzzini
 por Robert Hancock

            Afortunadamente sí podemos oír hoy la voz grabada de Victoria de los Ángeles cantando esa pieza del repertorio mozartiano que fuera ideada un día para la de aquel -casi olvidado- cantor.  

 Motete Exsultate, jubilate (K.135)
W.A.Mozart
1756-1791
Grabación histórica de Mayo de 1959
de la soprano Victoria de los Ángeles (1923-2005)
y la Orquesta Sinfónica de Londres
dirigida por el maestro Adrian Boult (1889-1983)

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Mozart en «CARMINA»

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