– No pienso votar en las próximas elecciones.
– Tú no eres un demócrata.
– Sabía que…
– Ni siquiera mereces que se te deje dar tu opinión.
– …Quise decir que sabía que me ibas a señalar con tu dedo como con un fusil.
– Y sería capaz de fusilarte…
– ¡Oh demócrata y pacifista, tú!
– Tu suerte es que ejerzo la tolerancia con el prójimo, incluida gente como tú.
– Ah, menos mal, parece que siendo así podré no votar, que es lo que pienso hacer en las próximas elecciones.