– Me gustan las construcciones de otros tiempos.
– ¿Las viejas construcciones?
– No. No me refiero a edificios viejos, porque lo viejo se quedó sin tiempo. Mi gusto es por una suerte de vigencia, de vida oculta superviviente al abandono.
– Tú no crees en el progreso.
– Sí que creo, pero nunca olvido mi condición mortal.