– Sí, me habláis de dictadura, pero ¿cuánto os duraron abiertos los campos de concentración?
– No sabía que hubieran existido campos de concentración allí, entonces. Nadie me lo ha contado nunca.
– Aquí los hubiéramos preferido a los de exterminio.
– Soy un ignorante de mi propio país.
– No. Eres un engañado.