UN VIENTO QUE BUSCABA EL MAR
Me ha traído a Cádiz
Arremolinándome en sus ímpetus
Ha tirado de mí
Hasta dejarme abandonado
En la playa
Junto al mar de Cádiz
Azulísimo e inmenso
Como un niño en la arena perdido
He llorado
Hasta cansarme de llorar
Abandonado a las olas coronadas de nervios blancos
Luego dejé el miedo a un lado
Ahora miro
Un planeta reflejado en el agua.
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Otras ventanas de Olga Duarte Piña en «CARMINA»:
¡Que gran suerte tiene Cádiz! A Sevilla, basta con nombrarla para describirla.
Grascias Olga. Gracias poeta.
Posted by Enrique González Arias on octubre 31st, 2009.
Enrique,
La gracia la tiene Cádiz por los siglos de los siglos, y hasta de los milenios… Lo de Sevilla, no sé, amigo, con tanto desbarajuste andaluz, si con describirla bastaría.
Lauro.
Posted by Carmina on noviembre 1st, 2009.
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