PUERTOS
ENVUELTO en una bruma el puerto
Las grúas
Otros barcos
Los contenedores ordenados debidamente
Según el color
Sobre el muelle los obreros
Manejan hábilmente carretillas eléctricas
Como hormigas
Desplazan enormes bultos
De mercancia diversamente embalada
Zarpamos cuando amanece
A bordo el pasaje somnoliento
Nadie habla
Nadie se mira
Sólo el barullo de las bielas
El rugido
De los motores
La costa el ferry convierte
En un paraje distante
Envejecido
Porque se aleja
Ahora sobre las aguas la nave
Y alrededor de la nave las aguas
Después otra costa
Otro puerto.
PAÍS
EXTENSOS baldíos
Sin trigo la tierra
Los cauces secos
Las vegas asoladas
En las riberas ni huertos
Ni higueras de dulce y espesa sombra
Bosquecillos de árboles enclenques
Pedregales
Algún villorio de edificios inacabados
Fachadas polvorientas
Porque se fueron los albañiles a los países del norte
Porque se fueron los jornaleros huyendo
Quedaron las aldeas sin hombres ni mujeres
Para reparar la tubería
Enfoscar los desconchados
Sin jardineros los arriates
Sólo crían matojos
Todo es muy triste y me decepciona
Pero yo sigo hacia el sur
Y confío
Aunque el desierto pese.
MARRAQUECH
AL fin una ciudad
Una ciudad muy llana a lo lejos
Confundida con la línea misma del horizonte
Una ciudad imposible de pronto
Completamente inesperada
Roja
Sembrada de palmeras
Que destacan sobre los palacios
Visito el mercado
Jóvenes
Viejos
Niños
Me salen al encuentro para saludarme
Me llaman amigo y me invitan con vehemencia
A entrar en sus tiendas atestadas
Mientras sonríen
El mercado es un laberinto
Callejas cubiertas de cañizo y chapas de zinc
Donde nunca antes estuve
Donde no estuve ni en sueños
Sobre la muchedumbre en continua algarabía
Se derrama como un licor la luz filtrada
Por los techos
La muchedumbre
Fluye como un denso aceite
Donde floto
Los colmados
Los garitos inverosímiles
Los comerciantes
Los herreros
Ya en la plaza irregular
Un hombre con capa y turbante
Sobre una tarima
Es un mago
Sus trucos el público aplaude
Otro sobre la cabeza lleva
Un sombrero de paja
De cuya ancha ala cuelgan cintas y cascabeles
Su espalda carga cacharros de cobre
Veo echadoras de cartas
Y el teatro
Drama de dos personajes
En una lengua incomprensible
Que siguen los del corro
Un forastero descansa en cuclillas
Mientras sus ojos miran algo muy particular
Que nunca yo adivinaría
Mañana le esperan
La cordillera formidable
Y en su aldea su casa
Que nunca yo visitaré
Un jinete que vendió su último caballo
Más joven que su padre dejó de cabalgar
Mucho antes que su abuelo que siempre fue
Caballero y nómada
Unas manos sobre un bongó
Saltimbanquis
Torres humanas
Negros que giran y giran
Camisas bombachas de seda
Teñida de azul.
ÉXODO
DESDE las eras
Llegaron simples campesinos
Sin su pan
Desde los llanos y los valles
Cabreros silenciosos
Sin su leche
Llegaron
Sin perder la sonrisa franca
Con los ojos acostumbrados a la lejanía
De los espacios soberbios
Llegaron
A pie
Enteros
Con sus familias
Sus vidas cotidianas
Llegaron
Ya están en la ciudad
Se les ve
Perdidos
Asustados
En las afueras
Respirando el aire tiznado
Por las barrerías
Se les ve que sufren
Pero ocuparán la ciudad
Hasta sus últimos barrios
Ya la poseen
Desde los autobuses repletos saludan los niños.
FEZ
SENTADOS en la terraza del café
Miran
Hacia el lugar exacto
Donde los días del porvenir
Vendrán
Entre ellos esta luminosa mañana
Siento que saben que en cualquier momento
Tendrán que llegar todos esos días esperados
Pero mueven el mundo aquí las horas de los otros días
Ésas sí que sirven
Porque otros entonces vencieron
Y nada más ocurrió
Ni los años ni las generaciones se sucedieron
Desde los alminares unas voces poderosas
Consiguen que la multitud que me rodea
Rece
Muchos cierran los ojos
Los paseos están llenos de los juegos
Los gritos de los niños
Y la alegría
Nadie perturba toda esta inocencia
Miles de blancas tumbas se derraman por las laderas
Entre ellas pasan los transeúntes
Alguien en el suelo de la acera duerme
Nadie le pisa
Crecen araucarias y cipreses
En los jardines de un rey
Aunque por encima de las tapias
En la medina asoman
Las ramas de los olivos y las higueras
Ciudad poseída que regala su piel
Sus huesos emocionantes
Pero orgullosa
Sólo cuando me rebelo me oye
Entonces finge a sabiendas
Su cascabel la cobra suena
He ahí donde me reencuentro
En ese sonido asombroso de origen
Bajo capuchas.
HOMENAJE A FLAUBERT
(en Arzila)
Las paredes también
Pero más claro
Y el techo es del mismo azul
Que las paredes
El suelo de baldosas de barro es rojo
Los plintos también de barro
Pero de un rojo más claro
La cama es grande
Y conforta estar tumbados
Entre las limpias sábanas blancas
Que la visten
Si hace frío nos echamos encima
El cobertor de lana gruesa
Se ve el patio
Llamado por su dueño de la Luna
El suelo y los plintos son
Del mismo barro que en el cuarto
Dos ficus enormes se alzan
Vigorosos hasta un cielo
Que no dejan ver
Sus ramas
Y sus infinitas hojas
Los arriates
Muros
Y pretiles
Están encalados
La verja que nos permite contemplar el solar abandonado de un viejo cementerio
Es de color azul
Cantan los pájaros desde el amanecer
Cuando el océano quiere
Escuchamos su azul.
DESDE ESTE ALTO MIRADOR VEMOS
DESDE este alto mirador vemos
Que un largo espigón delimita el puerto
Y en el dique seco un barco
Ya calafateado
Que el año próximo navegará
No sabemos si lejos de este costa
Vemos también muchas barquitas de pesca
Ahora nuestra vista salta el malecón
Para alcanzar el océano
Que se nos aparece enorme
Porque el horizonte una bruma leve de primavera cálida difumina
El océano
Al mediodía reverbera más allá de la muralla y los torreones
Frente a los viejos cañones de olvidados portugueses
Que apuntan al agua
Aquellos portugueses que fortificaron Arzila
En cuya ciudadela hoy la medina es de Assilah.
LA MEDINA BLANCA DE ASSILAH
LA medina blanca de Assilah
El blanco silencio de sus habitantes
La sonrisa franca del pastelero
La yerbabuena
La medina blanca de Assilah
Las blancas calles de la medina
La mezquita blanca
La iglesia de los españoles.
TODO ESTE VIENTO
QUE HA TENIDO EL CORAJE DE SOPLAR AQUÍ
TODO este viento que ha tenido el coraje de soplar aquí
Viniendo de tan lejos
Con toda la fuerza que sólo puede enseñar el océano
No puede tumbar a los de esta costa
Les ondula las holgadas prendas que visten
Les peina los cabellos
Les roza las caras
Les acaricia enérgico la piel
La fina y la curtida
Pero no los tumba
Al contrario
Pareciera que los retara
Porque podemos apreciar como si sus auras se inflasen
Como si levitaran muy suaves
En evidente contraste con la oceánica fuerza
Que este viento trae de tan lejos.
EN LA COSTA EL MAR SUS OLAS NO ACABAN
EN la costa el mar sus olas no acaban
Porque el mar no sólo es agua sal azul
El mar es también viento
El viento no es sólo aire
En tierra el mar también está en el viento
Los vientos son las olas conquistando el campo
Las montañas del fondo engañan a la brisa
Con el azul tan familiar a lo etéreo de las olas
Que se adentran en lo sólido de casas y huertos
De callejones y plazuelas
En la campiña de olivos y cereales
En los ojos y en las manos.
A SORBOS DEMORADOS EN LA TERRAZA
A sorbos demorados en la terraza
Toman té verde frente al mar
Dos
Que ponen sus ojos a disposición del oleaje
Y también del horizonte.
LA VIEJA CIEGA LLEGA
LA vieja ciega llega
En la palma de su mano pongo una moneda
Detrás de ella el mar
Y envolviéndola la brisa
La vieja bajo una túnica de paño viejo.
HAN VENIDO DESDE PAÍSES VECINOS DEL NORTE
HAN venido desde países vecinos del norte
Y desde otros más lejanos y aún más extraños
Han venido a comprar
Traen dinero y otros objetos
Si les preguntan
Contestan que no es ésa la intención
Pero la verdad es
Que a los de aquí los están echando
De la medina
Cuando no quede ninguno
Puede que los recién llegados se cansen de su blanco capricho
Entonces también se irán
Y creo que
No sé decir cómo
También se llevarán las casas
Las calles
Las plazuelas
Los talleres
Los colmados
Y tal vez ni unos ni otros vuelvan
Aunque sinceramente deseo más creer
Que después de esta voracidad
De frívolos o de locos de remate
De esta voracidad
Los de aquí de verdad regresen a la medina.
POR ESTOS BORDES DEL MUNDO
POR estos bordes del mundo
Hasta hace muy poco realmente
Ni sabían quiénes éramos
Los que vivíamos en estas lindes
Hasta hace muy poco gozábamos
Naturalmente
De nuestras alegrías y sufríamos
Nuestras tristezas
Ni siquiera sabían quiénes éramos
Pero hoy están aquí y están por todos lados
Estrujando la memoria de todos
La verdad
¿No los vamos a poder parar
Los que vivimos al borde del mundo?
YA HAN DE CALLAR YA
YA han de callar ya
Pasó todo el tiempo y tanta historia
Por ellos
Que ya está bien
Callen
Para que otros
Nosotros
Que demasiado tiempo llevamos callados
Desposeídos del tiempo del mundo
De su historia
Podamos también decir
Contar
Cantar.