POEMAS MARRUECOS (1998-2007). Lauro Gandul Verdún

 

PUERTOS

ENVUELTO en una bruma el puerto

Las grúas

Otros barcos

Los contenedores ordenados debidamente

Según el color

Sobre el muelle los obreros

Manejan hábilmente carretillas eléctricas

Como hormigas

Desplazan enormes bultos

De mercancia diversamente embalada

Zarpamos cuando amanece

A bordo el pasaje somnoliento

Nadie habla

Nadie se mira

Sólo el barullo de las bielas

El rugido

De los motores

La costa el ferry convierte

En un paraje distante

Envejecido

Porque se aleja

Ahora sobre las aguas la nave

Y alrededor de la nave las aguas

Después otra costa

Otro puerto.

 

 

PAÍS

EXTENSOS baldíos

Sin trigo la tierra

Los cauces secos

Las vegas asoladas

En las riberas ni huertos

Ni higueras de dulce y espesa sombra

Bosquecillos de árboles enclenques

Pedregales

Algún villorio de edificios inacabados

Fachadas polvorientas

Porque se fueron los albañiles a los países del norte

Porque se fueron los jornaleros huyendo

Quedaron las aldeas sin hombres ni mujeres

Para reparar la tubería

Enfoscar los desconchados

Sin jardineros los arriates

Sólo crían matojos

Todo es muy triste y me decepciona

Pero yo sigo hacia el sur

Y confío

Aunque el desierto pese.

 

 

MARRAQUECH

AL fin una ciudad

Una ciudad muy llana a lo lejos

Confundida con la línea misma del horizonte

Una ciudad imposible de pronto

Completamente inesperada

Roja

Sembrada de palmeras

Que destacan sobre los palacios

Visito el mercado

Jóvenes

Viejos

Niños

Me salen al encuentro para saludarme

Me llaman amigo y me invitan con vehemencia

A entrar en sus tiendas atestadas

Mientras sonríen

El mercado es un laberinto

Callejas cubiertas de cañizo y chapas de zinc

Donde nunca antes estuve

Donde no estuve ni en sueños

Sobre la muchedumbre en continua algarabía

Se derrama como un licor la luz filtrada

Por los techos

La muchedumbre

Fluye como un denso aceite

Donde floto

Los colmados

Los garitos inverosímiles

Los comerciantes

Los herreros

Ya en la plaza irregular

Un hombre con capa y turbante

Sobre una tarima

Es un mago

Sus trucos el público aplaude

Otro sobre la cabeza lleva

Un sombrero de paja

De cuya ancha ala cuelgan cintas y cascabeles

Su espalda carga cacharros de cobre

Veo echadoras de cartas

Y el teatro

Drama de dos personajes

En una lengua incomprensible

Que siguen los del corro

Un forastero descansa en cuclillas

Mientras sus ojos miran algo muy particular

Que nunca yo adivinaría

Mañana le esperan

La cordillera formidable

Y en su aldea su casa

Que nunca yo visitaré

Un jinete que vendió su último caballo

Más joven que su padre dejó de cabalgar

Mucho antes que su abuelo que siempre fue

Caballero y nómada

Unas manos sobre un bongó

Saltimbanquis

Torres humanas

Negros que giran y giran

Camisas bombachas de seda

Teñida de azul.

 

 

ÉXODO

DESDE las eras

Llegaron simples campesinos

Sin su pan

Desde los llanos y los valles

Cabreros silenciosos

Sin su leche

Llegaron

Sin perder la sonrisa franca

Con los ojos acostumbrados a la lejanía

De los espacios soberbios

Llegaron

A pie

Enteros

Con sus familias

Sus vidas cotidianas

Llegaron

Ya están en la ciudad

Se les ve

Perdidos

Asustados

En las afueras

Respirando el aire tiznado

Por las barrerías

Se les ve que sufren

Pero ocuparán la ciudad

Hasta sus últimos barrios

Ya la poseen

Desde los autobuses repletos saludan los niños.

 

 

FEZ

SENTADOS en la terraza del café

Miran

Hacia el lugar exacto

Donde los días del porvenir

Vendrán

Entre ellos esta luminosa mañana

Siento que saben que en cualquier momento

Tendrán que llegar todos esos días esperados

Pero mueven el mundo aquí las horas de los otros días

Ésas sí que sirven

Porque otros entonces vencieron

Y nada más ocurrió

Ni los años ni las generaciones se sucedieron

Desde los alminares unas voces poderosas

Consiguen que la multitud que me rodea

Rece

Muchos cierran los ojos

Los paseos están llenos de los juegos

Los gritos de los niños

Y la alegría

Nadie perturba toda esta inocencia

Miles de blancas tumbas se derraman por las laderas

Entre ellas pasan los transeúntes

Alguien en el suelo de la acera duerme

Nadie le pisa

Crecen araucarias y cipreses

En los jardines de un rey

Aunque por encima de las tapias

En la medina asoman

Las ramas de los olivos y las higueras

Ciudad poseída que regala su piel

Sus huesos emocionantes

Pero orgullosa

Sólo cuando me rebelo me oye

Entonces finge a sabiendas

Su cascabel la cobra suena

He ahí donde me reencuentro

En ese sonido asombroso de origen

Bajo capuchas.

 

HOMENAJE A FLAUBERT

(en Arzila)

LA puerta es azul

Las paredes también

Pero más claro

Y el techo es del mismo azul

Que las paredes

El suelo de baldosas de barro es rojo

Los plintos también de barro

Pero de un rojo más claro

La cama es grande

Y conforta estar tumbados

Entre las limpias sábanas blancas

Que la visten

Si hace frío nos echamos encima

El cobertor de lana gruesa

La puerta está entreabierta

Se ve el patio

Llamado por su dueño de la Luna

El suelo y los plintos son

Del mismo barro que en el cuarto

Dos ficus enormes se alzan

Vigorosos hasta un cielo

Que no dejan ver

Sus ramas

Y sus infinitas hojas

Los arriates

Muros

Y pretiles

Están encalados

La verja que nos permite contemplar el solar abandonado de un viejo cementerio

Es de color azul

Cantan los pájaros desde el amanecer

Cuando el océano quiere

Escuchamos su azul.

 

DESDE ESTE ALTO MIRADOR VEMOS

DESDE este alto mirador vemos

Que un largo espigón delimita el puerto

Y en el dique seco un barco

Ya calafateado

Que el año próximo navegará

No sabemos si lejos de este costa

Vemos también muchas barquitas de pesca

Ahora nuestra vista salta el malecón

Para alcanzar el océano

Que se nos aparece enorme

Porque el horizonte una bruma leve de primavera cálida difumina

El océano

Al mediodía reverbera más allá de la muralla y los torreones

Frente a los viejos cañones de olvidados portugueses

Que apuntan al agua

Aquellos portugueses que fortificaron Arzila

En cuya ciudadela hoy la medina es de Assilah.

 

 

 

LA MEDINA BLANCA DE ASSILAH

LA medina blanca de Assilah

El blanco silencio de sus habitantes

La sonrisa franca del pastelero

La yerbabuena

La medina blanca de Assilah

Las blancas calles de la medina

La mezquita blanca

La iglesia de los españoles.

 

TODO ESTE VIENTO

QUE HA TENIDO EL CORAJE DE SOPLAR AQUÍ

TODO este viento que ha tenido el coraje de soplar aquí

Viniendo de tan lejos

Con toda la fuerza que sólo puede enseñar el océano

No puede tumbar a los de esta costa

Les ondula las holgadas prendas que visten

Les peina los cabellos

Les roza las caras

Les acaricia enérgico la piel

La fina y la curtida

Pero no los tumba

Al contrario

Pareciera que los retara

Porque podemos apreciar como si sus auras se inflasen

Como si levitaran muy suaves

En evidente contraste con la oceánica fuerza

Que este viento trae de tan lejos.

 

EN LA COSTA EL MAR SUS OLAS NO ACABAN

EN la costa el mar sus olas no acaban

Porque el mar no sólo es agua sal azul

El mar es también viento

El viento no es sólo aire

En tierra el mar también está en el viento

Los vientos son las olas conquistando el campo

Las montañas del fondo engañan a la brisa

Con el azul tan familiar a lo etéreo de las olas

Que se adentran en lo sólido de casas y huertos

De callejones y plazuelas

En la campiña de olivos y cereales

En los ojos y en las manos.

 

 

A SORBOS DEMORADOS EN LA TERRAZA

A sorbos demorados en la terraza

Toman té verde frente al mar

Dos

Que ponen sus ojos a disposición del oleaje

Y también del horizonte.

 

 

LA VIEJA CIEGA LLEGA

LA vieja ciega llega

En la palma de su mano pongo una moneda

Detrás de ella el mar

Y envolviéndola la brisa

La vieja bajo una túnica de paño viejo.

 

HAN VENIDO DESDE PAÍSES VECINOS DEL NORTE

HAN venido desde países vecinos del norte

Y desde otros más lejanos y aún más extraños

Han venido a comprar

Traen dinero y otros objetos

Si les preguntan

Contestan que no es ésa la intención

Pero la verdad es

Que a los de aquí los están echando

De la medina

Cuando no quede ninguno

Puede que los recién llegados se cansen de su blanco capricho

Entonces también se irán

Y creo que

No sé decir cómo

También se llevarán las casas

Las calles

Las plazuelas

Los talleres

Los colmados

Y tal vez ni unos ni otros vuelvan

Aunque sinceramente deseo más creer

Que después de esta voracidad

De frívolos o de locos de remate

De esta voracidad

Los de aquí de verdad regresen a la medina.

 

POR ESTOS BORDES DEL MUNDO

POR estos bordes del mundo

Hasta hace muy poco realmente

Ni sabían quiénes éramos

Los que vivíamos en estas lindes

Hasta hace muy poco gozábamos

Naturalmente

De nuestras alegrías y sufríamos

Nuestras tristezas

Ni siquiera sabían quiénes éramos

Pero hoy están aquí y están por todos lados

Estrujando la memoria de todos

La verdad

¿No los vamos a poder parar

Los que vivimos al borde del mundo?

 

 

YA HAN DE CALLAR YA

YA han de callar ya

Pasó todo el tiempo y tanta historia

Por ellos

Que ya está bien

Callen

Para que otros

Nosotros

Que demasiado tiempo llevamos callados

Desposeídos del tiempo del mundo

De su historia

Podamos también decir

Contar

Cantar.

 

 

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