MIGUEL HERMOSÍN (fragmento)(«Historias de vidas» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2005)

 

 

Miguel Hermosín
(Foto ODP, 2005)

 

Fíjense en aquel balcón. Allí está un niño de ocho o nueve años asomado a la baranda. Ese niño apunta a distintos lugares de la calle, e incluso a personas. Por allí pasan quienes deben ser amigos del niño que desde el balcón parece un pequeño cazador armado con una Kodak instamatic, que también usa para dispararla contra esos otros niños que quieren ser cazados por Miguel Hermosín, que hace fotos y que es el nombre del niño de vemos. Pasen cualquier otro día por la calle Goya, por la parte del Instituto, y lo verán, un niño de ocho o nueve años con la cámara siempre como si buscara, o solo, o probablemente en algún corro de otros niños donde su hermana también le pide una foto. Pasen otros días, lo verán también, y si no se lo encuentran es porque está en su casa mirando, como si buscara, una a una cada foto que guarda en una caja de zapatos sin fechas ni clasificación. Mira las fotos y a ese niño se le ve, si se fijan bien, deleitándose; a ese niño se le ve impregnado el gesto del gozo, que recibe quien se atrave con algo tan simple como ponerse a contemplar la belleza, en este caso, la belleza de unas fotos. A todo el que llega a la casa se las muestra o, si no ha venido a su casa le lleva la foto a la suya, para que la vea, para que nadie que haya salido en la foto se quede sin verse en ella. Aquel niño del balcón es hoy un hombre de cuarenta años que contesta que no puede explicar porqué hacía todo esto, aunque sí puede decir que la satisfacción que recuerda es idéntica a la que siente hoy entre fotografías. Nunca se ha planteado si la fotografía es difícil o fácil. Él siempre ha hecho fotos y nunca ha dejado de ser un fotógrafo: «La foto que yo quiero la veo antes de hacerla. Hay que saber ver. La veo en mi cabeza y luego la hago.»

            En un curso dirigido por el fotógrafo sevillano Emilio Saenz aprendió que no importa la cámara que se tenga para hacer buenas fotos: «Lo que vale es el ojo que ve esa foto. Lo que quieras decir en la foto es lo que importa: el contenido de la foto.»

            «No tengo preferencias temáticas. Llevo la cámara pero no siempre hago fotos y, además, a veces, como vaya con la intención de hacerlas, no las hago. Cuando estoy haciendo la foto no pienso en ningún público de esa foto cuando saque la primera copia. Cuando la veo en el papel, si me gusta, quiero que la vean otros. Me gusta también saber que otros aprecian esa foto.»

 

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