¿Quiénes eran?
¿Cómo fueron sus vidas?
¿Para qué vivieron?
¿Hoy es ayer y es mañana?
¿Aprobarían ser exhibidos en un museo?
¿Les robó el alma un desalmado fotógrafo?
Nada importa, salvo esta tristeza profunda en blanco y negro que tanto desconcierta al que los mira. Dan ganas de echarse a llorar viéndoles así, en falsa y forzada cercanía, engañados con el queso de la feliz inmortalidad de la fotografía… En silencio, al cabo de un rato de contemplación, se les oye arañar las transparentes paredes de esa burbuja sin tiempo, tratando de huir, atrapados sin salida y para siempre…
Espero que tu decisión de no permitir que te vuelvan a sacar una foto no haya venido determinada por éstas.
Si las cuatro primeras preguntas que formulas traen su causa de la galería publicada, habrá merecido la pena editarla.
La quinta nunca tendrá respuesta. Y en lo que hace a la sexta, tengo que decir que basta mirar a los fotografiados para comprobar que posaron para el fotógrafo. No fueron fotos robadas, todos los rostros miran a la cámara. Dudo que aquel fotógrafo fuera un desalmado.
En todo caso, he querido compartir con los lectores de CARMINA esos rostros, no para que sean contemplados frívola o vanalmente, sino para aprender de ellos.
ya hemos hablado alguna vez de la poderosa evocacion de los rostros olvidados. En el arte y en la vida el dato enciclopedico se pierde facilmente en la memoria no asi el sentimiento que perdura eterno en a cada mirada
Tal vez los fotografos tengan algo de ladrones de almas cuando roban a alguien la foto de su rostro. Muchos pueblos primitivos así lo creían, y no me incluyo yo entre los que lo toman a risa, con desprecio, achacando la ocurrencia a una supuesta ignorancia o incapacidad para comprender los misterios de la tecnología.
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¿Quiénes eran?
¿Cómo fueron sus vidas?
¿Para qué vivieron?
¿Hoy es ayer y es mañana?
¿Aprobarían ser exhibidos en un museo?
¿Les robó el alma un desalmado fotógrafo?
Nada importa, salvo esta tristeza profunda en blanco y negro que tanto desconcierta al que los mira. Dan ganas de echarse a llorar viéndoles así, en falsa y forzada cercanía, engañados con el queso de la feliz inmortalidad de la fotografía… En silencio, al cabo de un rato de contemplación, se les oye arañar las transparentes paredes de esa burbuja sin tiempo, tratando de huir, atrapados sin salida y para siempre…
Jamás permitiré que me vuelvan a sacar una foto.
Posted by Federico on septiembre 14th, 2009.
Federico,
Espero que tu decisión de no permitir que te vuelvan a sacar una foto no haya venido determinada por éstas.
Si las cuatro primeras preguntas que formulas traen su causa de la galería publicada, habrá merecido la pena editarla.
La quinta nunca tendrá respuesta. Y en lo que hace a la sexta, tengo que decir que basta mirar a los fotografiados para comprobar que posaron para el fotógrafo. No fueron fotos robadas, todos los rostros miran a la cámara. Dudo que aquel fotógrafo fuera un desalmado.
En todo caso, he querido compartir con los lectores de CARMINA esos rostros, no para que sean contemplados frívola o vanalmente, sino para aprender de ellos.
Saludos y gracias.
Lauro.
Posted by Carmina on septiembre 14th, 2009.
ya hemos hablado alguna vez de la poderosa evocacion de los rostros olvidados. En el arte y en la vida el dato enciclopedico se pierde facilmente en la memoria no asi el sentimiento que perdura eterno en a cada mirada
Posted by julio on septiembre 15th, 2009.
Tal vez los fotografos tengan algo de ladrones de almas cuando roban a alguien la foto de su rostro. Muchos pueblos primitivos así lo creían, y no me incluyo yo entre los que lo toman a risa, con desprecio, achacando la ocurrencia a una supuesta ignorancia o incapacidad para comprender los misterios de la tecnología.
A más de uno le costó la vida el latrocinio, como al fotografo Gido Boggiani: http://es.wikipedia.org/wiki/Guido_Boggiani
Posted by E.M.F. on septiembre 15th, 2009.
“Mañana, pasado o un año más tarde, se escribirán los versos vigorosos que aquí tuvieron su origen” (Constadinos P. Cavafis).
Gracias poeta.
Posted by Enrique González Arias on septiembre 22nd, 2009.
Enrique,
El mirar que nos llega de esas caras informa e inspira el camino del pasajero.
Lauro.
Posted by Carmina on septiembre 23rd, 2009.