MUERTE Y RESURRECCIÓN. Por José Manuel Colubi Falcó

Lamentación de Cristo muerto
Andrea Mantegna
1431-1506

De los “Evangelios apócrifos” (BAC nº 148), el de Pedro nos ofrece esta versión de la muerte y resurrección de Jesus (versículos 15-42, que traduzco):

«15. Era mediodía y la oscuridad invadió toda la Judea. Ellos estaban turbados y angustiados, no fuera que se pusiera el sol, dado que (Jesús) aún vivía, pues para ellos está escrito que “el sol no se ponga sobre un ejecutado”. 16. Uno de ellos dijo: “Dadle de beber hiel con vinagre.” Y, haciendo la mezcla, le dieron de beber. 18. Muchos iban de un lado para otro con antorchas, creyendo que era noche, y caían. 19. Y el Señor gritó diciendo: “¡Mi fuerza, mi fuerza, me abandonaste!” Y, habiéndolo dicho, fue acogido (en el cielo). 20. Y a la misma hora se rasgó en dos el velo del templo de Jerusalén. 21. Y entonces arrancaron los clavos de la manos del Señor y lo pusieron sobre la tierra. Y toda la tierra sufrió un seísmo y se hizo un gran miedo. 22. Entonces brilló el sol y se halló que era la hora nona. 23. Los judíos se alegraron y dieron su cuerpo a José para que lo sepultara, puesto que habían visto cuántos bienes había hecho (Jesús). 24. Habiendo tomado al Señor, lo lavó y envolvió en una sábana, y lo introdujo en un sepulcro propio llamado “Jardín de José”. 33. Le pusieron siete sellos y, habiendo levantado una tienda, se pusieron a hacer guardia. 34. Muy temprano, cuando comenzaba a clarear el sábado, vino una multitud desde Jerusalén y las cercanías, para ver el sepulcro sellado. 35. Pero en la noche en que alumbraba el día del Señor, hallándose de guardia los soldados de dos en dos por puesto, una gran voz hízose en el cielo. 36. Y vieron abiertos los cielos y que dos varones bajaban de allí llenos de mucha luz y se acercaban a la tumba. 37. La piedra aquella que habían arrojado sobre la puerta, rodando por sí misma cedió a una parte y el sepulcro se abrió y ambos jóvenes entraron. 38. Habiéndolos visto los soldados, despertaron al centurión y a los ancianos, pues también ellos estaban de guardia. 39. Y mientras explicaban lo que vieron, de nuevo ven que han salido del sepulcro tres varones, que dos sostenían a uno y que una cruz acompañaba. (40) y que la cabeza de los dos llegaba al cielo, mas la del conducido sobrepasaba los cielos. 41. Y oyeron una voz desde los cielos que decía: “¿Lo anunciaste a los durmientes?” 42. Y se oyó una respuesta obediente desde la cruz: “Sí”»

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