Buenas noches –de esta luna alcalareña-, muchas gracias por vuestra amable respuesta, por tan humana presencia, bienvenidos sois a esta presentación de LUNA, BAJA Y TRÁGAME. Nos sentimos muy agradecidos a Lauro Gandul y Olga Duarte, debido a su mayúscula atención, a su constante cuidado, a su tenaz empeño en valorar, no sin hipérbole, nuestros versos como efectivos poemas; muy agradecidos estamos por su voluntad de reservarles un sitio en este atril -de hospitalarios libretos de lectura- que en buena parte va siendo CARMINA con sus ediciones en Padilla. Igualmente damos las gracias –ya para siempre en un afectuoso y hebraico modé aní– a Juan Enrique Espinosa, autor del cabal y poético epílogo de este nuevo libro. Muchas gracias también al pintor Rafael Luna, hoy más que nunca nuestro querido, admirado y añorado Fafi, por habernos agraciado con un propio dibujo lunar al que ya no podemos mirar sino viéndonos en la frágil condición humana.
Y cómo no habría de estar, yo, totalmente agradecido a quien me ha consentido rastrear, por sus límpidos poemas, en busca de tres oteros a los que poder alzarse cuando la travesía de la memoria se va haciendo culposa. Como decía el gran poeta Leopardi, en su canto a la Luna, «qué grato es todo, en la juventud, cuando todavía es larga la esperanza y breve el curso de la memoria, el recuerdo de las cosas pasadas, aunque tristes y duros son los afanes». Gracias, amado hijo Tomás, por tus iluminadas colinas, por ayudar a que acaso un día sea hermoso acordarse inclusive de esto.
Ahora bien, a partir de este momento, a nosotros –en lo personal- ya sólo nos quedarán, de manera exclusiva, estos sinceros agradecimientos. Los poemas de este libreto ya no serán nuestros poemas, ya no sólo hablarán de nosotros ni de quienes amamos, sino que una voz acogedora se verá sucedida, Dios lo quiera, por una cascada de creativas lecturas. Una vez leídos aquí, ya seréis fuente creadora de significados en marcha, que van surgiendo en vuestras vidas y en las vidas de los vuestros. Las lecturas que realicéis serán como nuevas escrituras de esa humanidad que anida en ellos. Permitidnos, pues, que comencemos dándole voz a la primera de esas lecturas, a la primera apropiación poética de lo humano poéticamente cifrado en estos versos de poema, permitidnos, digo, comenzar con palabras del Epílogo.
Alcalá de Guadaíra, 15 de octubre de 2010.
Luna de Fafi por Moll
Foto: Miguel Hermosín