Posts from junio 2020.

CARACA: A ROMAN CITY IN CENTRAL SPAIN. Emilio Gamo Pazos, Javier Fernández Ortea, Saúl Martín González, David Álvarez Jiménez. Antonio Luis Albás (2020)

LAS COSAS. María del Águila Barrios

 
 
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Assilah

[Foto: LGV Marruecos 2009]

 
 
 

En 2017 asistí a un acto literario que celebraba el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes en la librería Término. Como no debía ser de otra manera, aquel homenaje consistió en una lectura de algunos poemas de la gran escritora y artista madrileña, que nos dejó en 1998.

   Uno de los poemas leídos me impresionó entonces. Hoy cobra una trascendencia añadida, una plusvalía vital y semántica, que se ha hecho tangible, existencial, en estos días sin paisaje, en silencio, confinada, con la culpa a cuestas… Quiero compartir este hermoso texto con ustedes, los lectores de las cosas que escribo. El poema así se titula, «Las cosas». Es éste:

 
 
 

   Las cosas, nuestras cosas,

les gustan que las quieran;

a mi mesa le gusta que yo apoye los codos,

a la silla le gusta que me siente en la silla,

a la puerta le gusta que la abra y la cierre

como al vino le gusta que lo compre y lo beba,

mi lápiz se deshace si lo cojo y escribo,

mi armario se estremece si lo abro y me asomo,

las sábanas, son sábanas cuando me echo sobre ellas

y la cama se queja cuando yo me levanto.

¿Qué será de las cosas cuando el hombre se acabe?

Como perros las cosas no existen sin el amo.

 
 
 

   Todos los objetos  son elevados a la cabalgadura de las metáforas que los acogen en cada verso. La mesa, la silla, la puerta, el vino, el lápiz, el armario, las sábanas y la cama. De todo, dueña es la autora. Nuestros objetos, nuestras cosas, cuya existencia es debida a nosotros, sus amos, quienes les damos vida.

   Es un poema que me ha ayudado de manera iluminadora en los días que he pasado en mi casa, encerrada, sin nadie con quien compartir o encontrarme. Pero estaban ellas, mis cosas, que cada día se alegraban de verme en mi casa, de no abandonarlas y de estar siempre a su lado. Yo también les agradecía su presencia, su compañía…

   Y todas tienen una luz. No de foco y fanal, sino una luz íntima, de interior, abarcable, pausada. La luz de los que no pueden salir a la calle, la luz de las cosas en las casas, la luz que nos alumbra más por dentro que por fuera.

   Me han sido tan gratas, que sin ellas no habría soportado la soledad y las ausencias. Gracias al recuerdo de aquel poema escuchado hace tres años, cada día me animaban, me esperaban, me sorprendían. Sí, mis cosas, ¡las que están siempre conmigo!

 
 
 

[La voz de Alcalá, 2020]

 
 
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