Posts from marzo 2008.

XOPI. Fragmento de «Historias de vidas» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2006

Dibujos de Xopi 011

Madame
(acrílico sobre papel)
Xopi
2005

 

Ha buscado en muchos campos: la poesía, la música y la pintura. El arte es para Xopi, primero, una forma de comunicación. Dentro de sí las sensaciones especiales, los pensamientos propios, las visiones van formando una masa que no puede quedarse sin salir, que él tiene que sacar como mensajes que lanza fuera. Este ciclo no concluye hasta llegar a alguien o a algún sitio.

            (…) Algunos materiales le comunican más que otros: la tierra, los óxidos, el yodo, los materiales industriales, los plásticos, pero sin ninguna intención de reciclar nada. Si quiere hacer un cuadro con 88 gafas, va a la tienda y las compra (de las baratas, de cartón y celofán). Aunque si en un solar abandonado encuentra una chancla vieja y la coge, porque sienta que se le haya insinuado, sabe que algún día llegará el momento en que un cuadro le pida pegarle esa chancla retorcida. La chancla se habrá convertido en un canto a la pobreza. Nos dice que hay que ir por los sitios con ojos de buscador-artista. Si el mensaje se lanza con intención artística, no puede ser otra cosa que arte. El artista no quiere convencer políticamente ni vender nada. La cuestión es transmitir la emoción de sus actos de creación.

            Hay cuadros de los que no se quiere desprender, como uno que pintó de un amigo enfermo, donde aparece un cuerpo humano enchufado a unos mecanismos, con un poema pegado. No quiere quedarse sin él por considerar que mientras lo posea, de alguna manera, su amigo seguirá vivo.

 

Xopi 6

El artista Xopi en su estudio
Foto O.D.P.
2006

10 NOTAS SOBRE EL ACTO POÉTICO: LECTURA PÚBLICA DE POEMAS Y LIBRETO. (Lauro Gandul Verdún, 2007)

 

Esculturas de Moisei, 2002

Esculturas de Moisei
Foto L.G.V.
 2002

 

1.- La poesía es la de los poemas. Es un hecho lingüístico sin perjuicio de la poesía de otros haceres humanos.

2.- Un libreto, porque los poemas, luego de ser escuchados en la lectura pública, deben ser releídos privadamente.

3.- Un libreto porque el declamador sólo necesita ser escuchado, no visto, así que el público puede seguir lo oral en lo escrito.

4.- Una lectura pública de poemas es un ejemplo de experiencia con el lenguaje poético.

5.- Una lectura pública contribuye a la vigencia del lenguaje poético.

6.- Los poemas escritos o declamados, leídos o escuchados, son la fijación, la constatación y el desarrollo de la generación del lenguaje poético. La lectura pública o privada de los poemas es el acontecimiento que prueba la comunicación a otros, distintos del autor, humanamente elevada, a través del lenguaje de la poesía.

7.- La poesía es la metafísica del lenguaje.

8.- La aspiración de la poesía sería la belleza y el conocimiento a través de ese lenguaje, que es antiguo como la pintura o la música y moderno como la fotografía o el cine.

9.- Nunca puede ser bello lo injusto, aunque lo justo no tenga porqué ser bello. A lo mejor los artistas expresan la bondad, que siempre predicaremos de lo justo, ejerciendo sus artes, esmerados en sus búsquedas, presentándose a los demás con sus piezas de belleza.

10.-Está claro que vengo aquí porque yo sabía cuando me invitaron , que esta fiesta la celebran personas justas.

 

 

SOBRE EL NUEVA YORK DE BUDAPEST (fragmento) («LA VIDA ES VIAJE -PÁGINAS DE UN DIARIO HÚNGARO-» de Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2001)

 

El Nueva York de Budapest (2000)

Fachada del café Nueva York de Budapest
Foto Lauro Gandul
 2000

 

Llegamos al Nueva York de Budapest, un café donde escritores y artistas soñaron Hungría. Cuentan que cuando acabó la fiesta de su inauguración, un día de 1894, sus dueños, orgullosos del esplendor alcanzado entre sus muros, esa noche, resolvieron escaparse al Danubio y tirar a sus aguas las llaves del Nueva York, para que nunca pudieran cerrarse sus puertas. Allí estamos mientras un pianista toca viejas melodías, muy conocidas pero no poco bellas, a requerimiento de los distintos grupos de clientes sentados a las mesas. No vemos ningún bohemio, de esos divinos de antes que se ensimismaban en soledad sobre la tapa de mármol. Ningún poeta se ocupa de una metáfora. En las mesas no hay intelectuales, ni políticos, ni hombres ilustres, encendidos en alguna apasionada tertulia, debatiendo sobre cuestiones fundamentales, aunque las lámparas modernistas que cuelgan de su artesonado, los ricos estucos de sus paredes, los románticos frescos y los espejos de gastada luna sigan decorando fastuosamente el café. Evocamos aquellos intensos protagonistas de la construcción espiritual del país y sentimos que, aunque de allí ya se han marchado, parece que escuchamos las voces que aún flotan en la atmósfera del Nueva York.

APUNTES PARA UNA ELEGÍA A JUAN PORTILLO (Lauro Gandul verdún, 2003)

LLORA el libro primero

Abierto

Sobre el pecho quieto

Ahora

Sin su dueño

Sus gafas

Sin su mirada

La de sus ojos

Llora

Dos páginas

Por las yemas de unos dedos

Tocadas

En el último segundo

Ahora

Como dos brazos abiertos

Sobre el pecho quieto

Lloran

Palabras

Frases

Textos

Adiós

Lo que contaban le dijo:

Adiós

Aquí la casa

Donde nació

El patio

El gabinete

El comedor

Aquí

Donde por primera vez

Le llamaron Juan

Donde cumplió todos sus años

Donde fue un niño

Un muchacho

Un hombre

Ahí le veis soñando en los trasteros

En Oromana junto al río

Con gorra y bufanda

Juan pasea

Un día bello

Entre hermosos árboles

En cuyas copas silban los mirlos

Seducido por la frescura del aire

El temblor de las hojas

Los colores de una tarde como ésta

Ahí le veis

Simplemente feliz

Contemplando

En Oromana junto al río

Aferrado a los crepúsculos

Oh sabio

Oh coleccionista

Oh necesario

Ahí le véis

Hecho de sueños

Convertido en nube.

 

 

JUAN PORTILLO GARCÍA (1943-2002) (fragmento) («HISTORIAS DE VIDAS» Olga Duarte Piña y Lauro Gandul Verdún, 2006)

 

 

Juan Portillo García

(Foto Enrique Sánchez)

 

 

Para Susan Sontag la verdadera comunidad literaria está formada por tres sujetos: el escritor, el profesor y el lector. Sin los tres no existe sociedad literaria y los tres, interrelacionados e intercomunicados, son, por extensión, representativos de la sociedad toda, convocada en torno al hecho literario, el ámbito por antonomasia de las palabras. Por ahí anduvo Juan siempre llenándose de ellas, del sentimiento, de las ideas, de las imágenes que alojan. Como narrador oral, como conversador, como lector del monólogo de otros y hacedor del suyo propio, igual que esos países sin territorio, con lengua, historia, mitología y religión, pero sin territorio. Juan se nos fue habiéndonos dejado por escrito sólo el libro sobre el maestro Matos y un puñado de artículos repartidos entre distintas publicaciones. Si tuviéramos que ponderar la obra oral de Juan, tal vez concluyéramos con más acierto su legado, su trascendencia pública. Si añadiéramos las muchas personas que a través de él y con ocasión de las actividades que sostenía ante los demás se conocieron y se motivaron para crear y difundir la cultura, el arte, el conocimiento, se tendría una percepción clara de las necesarias funciones que asumió, por voluntad y por deber; no sin hedonismo, no sin dejar de disfrutar siempre la alegría de vivir. Afortunadamente no es difícil seguir su rastro vital a través de la memoria de tantos que lo conocieron y quisieron. También, si se sabe buscar, puede ser hallado en las bibliotecas o en las hemerotecas. En su casa está por todos lados.

 

 


Retrato de Juan Portillo

por Ignacio del Río

(óleo sobre lienzo)