Posts matching “Goya”.

COLOQUIOS (251). Gabi Mendoza Ugalde

 

detalleaquelarredeFAFI«El aquelarre» de Goya (1823) por Rafael Luna

(Detalle)

 

–Sin patria todos somos huérfanos.

–Cuidado, que te van a tachar de facha.

–¡Que se vayan todas las CCAA al quinto pino!

–Pobre pino cuando le llegue el alud…

ÚLTIMO PARTE DE GUERRA. De la serie «RECORTES», Nº 82. Por Pablo Romero Gabella

 

60-Goya-Las-tragediasDe Las tragedias

«No hay quien los socorra»

Goya

1746-1828

 

«En el día de hoy, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. ¡Los nuestros están en la calle y los vuestros en el hoyo!»

[Parte final de la Guerra Civil, Burgos 1 de abril de 1939 / Insultos en Eibar a víctimas del terrorismo etarra, El Mundo, 29 de diciembre de 2013, pág. 8]

«VIDA NOCTURNA» (HOMENAJE DE RAFAEL LUNA A EDWARD HOPPER 2005). De la serie «Aquellos niños del río»


Foto nº2 Nicoleta la noche de Navidad


edwardHopper Vidanocturna

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«LAS MENINAS» DE VELÁZQUEZ (1656) POR RAFAEL LUNA (1993). Homenaje de «CARMINA» un año después (17 de octubre de 2011)

«EL BAÑO TURCO» DE INGRES (1862) POR RAFAEL LUNA (2002-2010). Homenaje de «CARMINA» un año después (17 de octubre de 2011)

«LA FAMILIA DE CARLOS IV» DE GOYA (1800) POR RAFAEL LUNA (1988). Homenaje de «CARMINA» un año después (17 de octubre de 2011)

«EL AQUELARRE» DE GOYA (1823) POR RAFAEL LUNA

LA FAMILIA DE CARLOS IV EN DOS ACUARELAS SOBRE PAPEL. Pintura de Rafael Luna

EL COCHE DE «LAS MENINAS». Pintura de Rafael Luna (óleo sobre lienzo 2005)

VERGÜENZA NOS DA. Por Joaquín de Grado

 

37 Goya (Los caprichos)De Los caprichos

Francisco de Goya

1746-1828

 

En abril de 2002 se produjo un golpe de Estado en Venezuela, que no triunfó, para gran disgusto del Imperio y de todos sus gustosos vasallos, con Aznar y Blair a la cabeza (que algo o mucho tuvieron que ver con la intentona). Chávez volvió entre los brazos del pueblo al Palacio de Miraflores para proseguir la tarea, propia de titanes, de liberar a Venezuela de tantas y tan denigrantes servidumbres, y además para edificar la reunión cooperadora de la América que estuvo bajo España y Portugal. Pero que ya no está. Ni quiere estar bajo nadie. Así que la «mediación» entre el presidente ganador y el candidato derrotado (un comprobado golpista de mucho cuidado), a la que con la peor intención se ofrece García Margallo (avergonzándonos a los españoles de bien), no es que sólo haya sido rechazada, sino que lo han mandado adonde picó el pollo, lugar que no sé por donde cae.

        En Venezuela se libra desde hace años una batalla extremadamente aguda, en la que ninguna de las partes puede renunciar al triunfo. Una, para que el pueblo viva dignamente. La otra, porque lampa por recuperar e incrementar los privilegios y el mandato de Washington. Y ahí se presenta García Margallo, a ayudar al golpismo. Puede que también se permita recomendar a Venezuela el modelo español. En todo: democrático, económico, judicial. ¡Pobrecitos míos, los venezolanos, si nos copian!

      Si yo dijera aquí lo que creo que es el ministro García Margallo transgrediría la legislación española (que no la venezolana) sobre la libertad de expresión, así como la saludable norma de no decir esas cosas en público.

 

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Si quiere leer más textos de Joaquín de Grado en «CARMINA», pinche en su nombre.

 

LA FAMILIA DE CARLOS IV EN DOS ACUARELAS SOBRE PAPEL. Pintura de Rafael Luna

 

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CONTINUARÁ… Exposición de Rafael Luna en la Casa de la Provincia (Sevilla, desde el 14 de marzo hasta el 28 de abril de 2013)

 

«LA FAMILIA DE CARLOS IV» DE GOYA (1800) POR RAFAEL LUNA (1988). Homenaje de «CARMINA» un año después (17 de octubre de 2011)

 

LADRIDOS. De la serie «RECORTES», Nº 68. Por Pablo Romero Gabella

 

78 Goya (Las tragedias)

Se defienden bien

(De «Las Tragedias»)

Goya

1746-1828

 

«—En estos momentos, a la gente se la está tratando como a perros. Que no se extrañe el poder si en un momento determinado la gente, que hasta ahora solo ladra, pasa a morder.

—¡Víboras venenosas! ¿Qué quieren esos malditos? ¡No entienden nada! Sólo saben ponerse como un trapo y soltar sandeces. ¿Y qué me dices de ese charlatán? Y patatín, y patatán. ¡Ah, picadura de insecto, ah, moscón de burra!»

[J. Duva, «Siete multados por escrachar a una diputada», El País, 13 de abril de 2013 / Boris Pasternak, El doctor Zhivago, Barcelona, 2012, pág. 55 (traducción de Marta Rebón), 1ª edición en 1957]

 

PINGAJOS. Por Alberto González Cáceres (1953-2009)

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Riña a garrotazos

Francisco de Goya

1746-1828

Para los dos es un tormento desde el primer día, pero es tan fuerte lo que mantiene aquello que ninguno puede influir ni una pizca en su contra. El odio, el odio redoblado, el odio tercamente cebado. El odio inculcado por las madres a los hijos, a las cuñadas, a los primos, a los sobrinos. El odio realimentado incluso en el circuito de las amistades de una y otra familia, que les animan a seguir odiando, y a no arriesgarse a quedar como los trapos. En sus mujeres se encendió el odio y en ellas sigue ardiendo con la impetuosidad del carbón vegetal y la persistencia del de piedra. El odio propagándose año tras año, llenando los días.

            En contra del odio sólo están, más cansadas que viejas, que ya es decir, las madres de ellos. Ellas, con tantos motivos para odiar, sólo sienten compasión, y una amargura honda, dilatada a lo ancho y a lo largo de sus entecos cuerpos. De vez en cuando se lamentan de tanto emperramiento. Entonces los hijos bajan la mirada y las nueras apuntan a las viejas con acrimonia, como perdonándoles la vida, unas vidas que ya no precisan de muchos empujones para culminar el camino de la extinción. No como el odio, como el infatigable odio que renueva sus fuerzas cada jornada sin tener que esforzarse, ni siquiera para su multiplicación.

            Ni uno ni otro tienen la certeza, pero las raras veces en que se cruzan sin que les observen, porque cuando uno percibe ser observado se anulan o aflojan algunas facultades, ambos notan que por dentro del otro no corre el manantial de inquina que suponen y exigen sus mujeres y quienes las acompañan en la paranoia. Ay, si pudiésemos hablar. Pero cómo, si no dejan ni un solo día de recordarme el motivo, la trascendencia, los detalles. Y de acecharme, y de no dejarme solo. Y lo mismo le pasa al otro.

            Les separa el muro infranqueable del odio azuzado, del qué dirán, del cómo que hacer las paces, del tú qué te has creído, del si tú no tienes pantalones los tengo yo, del ¿pero tú eres tonto? Qué tontería, piensan los dos cada uno por su lado. Pero cuán insoportable, trágica y nauseabunda.

            Ni uno ni otro creen en los milagros, pero soñar por ejemplo que la niña de este se arregla con el mío más chico, o que a cualquiera de los dos le toca un premio de los grandes y puede mudarse lejos, muy lejos… Pero eso no es solución, sino odiar a distancia, y eso si la mujer de al que le toque no forma la de San Quintín, o la del rosario de la aurora, o la marimorena, porque se le ocurra cargarse cualquier faena valiéndose del dinero. No, no. Soñar, vale, pero es que hasta soñando te asalta la pesadilla del odio, es que hasta estando en el váter, o bajo la ducha, y en el almuerzo, y en la cena tienes el odio de pie, vigilante, obligándote a presentarle tus respetos. Está en cada cosa que haces o te hacen o te dejan hacer.

            Qué asco de odio, qué macabra alienación la de quienes lo siembran, lo riegan y extienden hasta donde pueden. ¿Llegará este horror a los nietos cuando lleguen?

            Hay que hacer algo. Pero qué, pero cómo. Los dos estamos en sillas de ruedas, los dos dependemos de esas que viven en y para el odio, el odio envolviéndolas, el odio entrando y saliendo por sus poros, el odio que convierte el aliento en miasma, el odio que hace arpón cada palabra. ¿Cómo hacer algo, si no somos más que pingajos a los pies del odio?

LABERINTO BUSCA SU TESEO. RAZÓN AQUÍ: ESPAÑA. De la serie «RECORTES», Nº 53. Por Pablo Romero Gabella

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El dos de mayo de 1808 en Madrid o La carga de los mamelucos

Francisco de Goya

1746-1828

«Nos enfrentamos en definitiva, a un sistema de ecuaciones que no tiene solución. No se sigue de aquí que España carezca de solución. La historia altera las concepciones establecidas, y terminan por ocurrir cosas que el cambio de actores o la transformación de las mentalidades nos habían impedido prever con anterioridad. El sistema incompatible se hace entonces compatible. El país, en fin, se va a mover mucho. Necesariamente. Está el ayer alerto al mañana, mañana al infinito, hombres de España, ni el pasado ha muerto, ni está el mañana –ni el ayer- escrito.»

[Álvaro Delgado-Gal, ABC, 26 de diciembre de 2012 / Antonio Machado, «El Dios íbero», en Campos de Castilla, Madrid, 1989, pág. 147, 1ª edición en Editorial Renacimiento, 1912, Madrid, 1912]

LA JUSTICIA DE LAS FIERAS. Por Joaquín de Grado


El mundo está sobradamente abastecido de gente peligrosa. La hay en cualquier barrio, en cualquier carretera, en cualquier trabajo. Pero la que más peligro tiene, socialmente hablando, es la que detenta algún cargo, sea legislativo policial o gubernativo (o de gobierno, que queda como más chic y «democrático»). Vean si no a Ruiz-Gallardón, el ministro de Injusticia Superlativa Elevada al Cubo, ese que dejó al Ayuntamiento de Madrid con una deuda que ni en mil años podrían haber generado, ni juntos ni por separado, Godoy, el valido de Carlos IV, ni José Bonaparte, al que apodaron Pepe Botella (¡Ay, Madrid, nunca te falta una botella!). Pues este Ruiz-Gallardón, del que su padre, José María, se lamentaba («tengo un hijo facha»), se encarga ahora de llevar al límite y al remate la justicia, si es que hasta ahora se le podía llamar así, de este tinglado ya casi pestífero que aún se llama España.

…………No es que estemos volviendo, como dicen algunos, a la época de Fernando VII, o a la del francés Luis XIV, no, sino que avanzamos, en materia gallardonesca y en muchas otras, hacia los máximos niveles de la dictadura desenfrenada y descarada (esto último, por fin, es de agradecer) del Capital y sus sicarios. Aún alcanzarán niveles más altos, claro que sí, cuando a las fieras que se abalanzan contra sus víctimas, se les oponga una fuerza superior, aunque de una naturaleza muy distinta.

…………Ya está otorgada, más que nunca, la carta blanca al delincuente, al abusador, al que tiene la sartén por el mango, a todos los que nos fríen la sangre del modo que sea. Y le llaman democracia.

PESADILLA ESPAÑOLA. Por Rafael Rodríguez González

Me veía hablando, con argumentos sólidos y bien expuestos, ante la Asamblea General de la Organización Internacional del Trabajo. Ni Marcelino lo hubiera hecho mejor. Pero casi nadie me atendía: algunos hablaban entre sí, incluso en voz alta; otros salían, volvían para asomarse y de nuevo se iban. El embajador español se mondaba los dientes y daba cabezadas. Pocos parecían tener interés en la realidad socio-laboral de España. «¡Si no están interesados ni los propios españoles!», me dijo Hans von Einsturz, el siempre sonriente embajador alemán ante la OIT y demás organismos internacionales. «Verwechseln sie nicht die kichererbsen mit dem topf» (1), le respondí.

…………De súbito, como es normal en los sueños, víme nada menos que en el Bundestag, sentado entre los cadáveres de Adenauer y Göering. Desde la tribuna, la canciller lanzaba una de sus arengas. De pronto, sus manos se convirtieron en garras de águila vesánica, y su rostro mutó en el de la esposa del regidor del campo de Buchenwald, Ilse Koch, más conocida como «La perra de Buchenwald», famosa por su crueldad y sus sádicas orgías con los esbirros del arbeitslager. De repente, la mayor parte de los diputados se puso en pie y entonó el himno patrio:

…………Deustschland, Deutschland über alles,

…………Über alles in der Welt! (2)

En ese momento, por la megafonía se hizo una enérgica corrección: «Nein, nein!», y enseguida sonó una variante del himno:

…………Das Kapital, das Kapital über alles,

…………Über alles in der Welt!

Había invitados. Todos llevaban trajes de verdugos medievales con detalles bufonescos. Los reconocí, como Arguiñano, en un plis-plas: Rajoy, el portugués Passos, el griego Samaras, el irlandés Kenny, Mario Draghi, de Guindos, Monti, Montoro —tan achispado y jocoso como siempre—, Almunia y otros grandes hombres. También alcancé a ver, entre bambalinas, a Felipe González, Aznar y Duran i Lleida, vestidos de color Maastricht chillón. Las caras de todos estos héroes de la Humanidad se transmutaban continuamente: aparecían en ellas el general Pétain, Oliveira Salazar, el noruego Quisling, el croata Pavelic, el belga Degrelle, el griego Rallis, el francés Laval, Victor Manuel III, Serrano Súñer, Muñoz Grandes y otros colaboracionistas y epígonos del III Reich. Todos se esforzaban por seguir el canto del himno, pero sólo acertaban a repetir «Das Kapital, Das Kapital!», como si estuvieran pregonando el libro de Carlos Marx (¡qué horror!). La Merkel les silenció con sólo mirarlos. «Was wir tun! Das sind diejenigen die haber» (3), pude leer en sus labios. Se lo decía, a micrófono cerrado, al tal Einsturz, que también es secretario personal de esta nueva «capitana» a lo Ilse Koch. Concluí que herr Einsturz (4) está en todas partes.

…………Al final del sueño me vi trasladado, junto a cientos de miles de criaturas, al campo de Buchenwald, donde trabajábamos hasta caer al suelo, sin sueld0, sin medicinas y sin esperanza de pensión, «custodiados» por esos seres de rostros mudables y entrañas imperturbables. Curiosamente, Buchenwald tenía un perímetro de 7526 kilómetros, igual que España. Por la megafonía no paraban de aleccionarnos para justificar la situación. Yo fui uno de los primeros en morir, después de arrancar un altavoz y lanzarme sobre los esbirros. Mejor morir de un tiro que de hambre y humillación.

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1)     «No confunda los garbanzos con la olla».

2)     «Alemania, Alemania por sobre todo, por sobre todo en el mundo».

3) «¿Qué le vamos a hacer? Estos son los que tenemos».

4)     Eiensturz: derrumbamiento, ruina.