PÍO, HÉROE CONTRADICTORIO. De la serie «RECORTES», Nº 110. Por Pablo Romero Gabella

 

luna baja y trágame 7

Luna, baja y trágame 

(Ilustraciones para un libro de Tomás Valladolid Bueno)

Rafael Luna

2009

 

«¿Por qué se le sigue leyendo en una época en la que los lectores desfallecen? Porque lo ponen de lectura obligatoria en colegios o lo ponían, y por algo más. Por el lector adulto, que, en sus horas por fuerza solitarias, en el tiempo de la remembranza, que fue el de Baroja, se recuerda en el joven que buscaba refugio en la lectura y que por un momento se sintió Martín Zalacaín o Andrés Hurtado acogotado por el medio, buscando una salida, una puerta de escape: los rebeldes barojianos que crecían más en la imaginación de sus lectores que en las páginas que su generación concita. En los humano, como en toda la naturaleza, el individuo es lo único. Sólo lo individual existe en el campo de la vida  en el campo del espíritu. Lo individual no puede en absoluto entrar de lleno en un encasillado, y menos si este encasillado ha tenido por norma un principio ético. Las ideas de lo bueno, de lo lógico, de lo justo, de lo consecuente, son demasiado genéricas para representarse completas en la naturaleza. El individuo no es lógico, ni bueno, ni justo. Todo lo individual se presenta siempre mixto, con absurdos de perspectivas  y contradicciones pintorescas, contradicciones y absurdos que nos chocan, porque intentamos someter a los individuos a principios que no son los suyos. Baroja y sus rebeldías, Baroja anticomunista, antidemócrata, antirrepublicano confeso antes de la Guerra Civil, durante la guerra y después de ésta. Hombre de otro tiempo, del antiguo régimen, digamos. Inclasificable. Se nos escapa entre sus páginas, ahí creemos atraparlo y nos acaba enseñando nuestros propios fondillos.»

[Pío BarojaCésar o nada, Madrid, 2006, pág 7-8, 1ª edición 1910 / Miguel Sánchez-Ostiz, «Baroja no era barojiano», ABC Cultural, 7 de noviembre de 2015]

 

Post a comment.