«A SILVIA» DE GIACOMO LEOPARDI (1798-1837) Y SU TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR MIGUEL ROMERO MARTÍNEZ (1888-1957)

 

Giacomo_LeopardiGiacomo Leopardi

(1798-1837)

 

Silvia, rimembri ancora

Quel tempo della tua vita mortale,

Quando beltà splendea

negli occhi tuoi ridenti e fuggitivi,

E tu, lieta e pensosa, il limitare

Di gioventù salivi?

 

Sonavan le quiete

Stanze, e le vie dintorno,

Al tuo perpetuo canto,

Allor che all’ opre femminili intenta

Sedevi, assai contenta

Di quel vago avvenir che in mente avevi.

Era il maggio odoroso: e tu solevi

Così menare il giorno.

 

Talor lasciando e le sudate carte,

Ove il tempo mio primo

E di me si spendea la miglior parte,

D’in su i veroni del paterno ostello

Porgea gli orecchi al suon della tua voce,

Ed alla man veloce

Che percorrea la faticosa tela.

Mirava il ciel sereno,

le vie dorate e gli orti,

E quinci il mar da lungi, e quindi il monte.

Lingua mortal non dice

Quel ch’io sentiva in seno.

Che pensieri soavi,

Che speranze, che cori, o Silvia mia!

Quale allor ci apparia

La vita umana e il fato!

Quando sovviemmi di cotanta speme,

Un affetto mi preme

Acerbo e sconsolato,

E tornami a doler di mia sventura.

O natura, o natura,

Perché non rendi poi

Quel che prometti allor? perché di tanto

Inganni i figli tuoi?

 

Tu pria che l’erbe inaridisse il verno,

Da chiuso morbo combattuta e vinta,

Perivi, o tenerella. E non vedevi

Il fior degli anni tuoi;

Non ti molceva il core

La dolce lode or delle negre chiome,

Or degli sguardi innamorati e schivi;

Né teco le compagne ai dì festivi

Ragionavan d’amore.


Anche peria fra poco

La speranza mia dolce: agli anni miei

Anche negaro i fati

La giovanezza. Ahi come,

Come passata sei,

Cara compagna dell’età mia nova,

Mia lacrimata speme!

Questo è quel mondo? questi

I diletti, l’amor, l’opre, gli eventi

Onde cotanto ragionammo insieme?

Questa la sorte dell’umane genti?

All’apparir del vero

Tu, misera, cadesti: e con la mano

La fredda morte ed una tomba ignuda

Mostravi di lontano.

 

Ex-libris-de-Miguel-Romero-Martínez

 

     ¿Recuerdas, Silvia mía,

de tu vida mortal aquellos tiempos,

cuando el amor brillaba

en tus ojos inquietos y rientes

y, alegre y pensativa, los umbrales

cruzabas de los años florecientes?

 

   Sonaba en las tranquilas

estancias y en las calles

el eco de tu canto,

cuando al trabajo femenil atenta

te sentabas, contenta

del dulce porvenir que presentías.

Era el mayo oloroso, y tú mirabas

correr así los días.

 

   Yo, los gratos estudios

dejando a veces y los viejos folios

donde mis verdes años

y lo mejor de mí se consumían,

desde el terrado del paterno albergue

mi oído al son de tus canciones daba

y al rumor de tus manos

que la penosa tela recorrían.

Miraba el claro cielo,

los senderos dorados y los huertos,

y por un lado el mar por otro el monte.

Lengua mortal no dice

lo que dentro sentía.

 

   ¡Qué pensamientos suaves,

qué esperanzas, qué gloria, oh Silvia mía!

¡Cuán dulce parecía

la existencia a tu lado!

Cuando me acuerdo de aquel gran contento,

me embarga un sentimiento

acerbo y desolado,

y vuelve a atormentarme mi tristeza.

¡Oh cruel naturaleza!

¿Por qué a tus hijos nada

de lo que ofreces cumples, y de engaños

la vida está sembrada?

 

   Antes de que el invierno el campo helase,

tú, combatida por fatal dolencia,

morías, tierna amiga. Y de tus años

ver la flor no pudiste.

No acarició tu alma

de los negros cabellos la alabanza

o del mirar modesto, enamorado,

ni en las fiestas las mozas a tu lado

de amores conversaban.

 

   También, al poco tiempo,

mi esperanza moría, a mi existencia

negó también el hado

la juventud. ¡Ay cómo,

cómo huiste por siempre,

querida amiga de las dulces horas,

oh mi llorado encanto!

¿Es éste el mundo aquél? ¿El amor éste,

éstas las obras, el placer ardiente

sobre que juntos departimos tanto?

¿Éste el destino de la humana gente?

Al surgir a la vida,

tú, mísera, caíste; y con la mano

me mostraste, al partir, la fría muerte

y un sepulcro lejano.

[ROMERO GÓMEZ, M., SÁNCHEZ-CID ROMERO, M.,

GUILLÉN, J., FERRAND, M.,

MANTERO, M., LÓPEZ ESTRADA, F.

Homenaje a Miguel Romero Martínez —con una antología de su obra— (1888-1957). Editado por Gráficas del Sur. Sevilla, 1973.

Págs. 93 á 95]

 

miguelromeromartínezMiguel Romero Martínez

 (1888-1957)

 

3 comments.

  1. Eso sí que es una traducción, o, mejor, un vuelco al castellano, como si el oyente o el leyente pudiera escuchar y leer las dos lenguas al mismo tiempo.

  2. Certerísimo, Diosdado.

    Colectivo Adarve

  3. Hermoso, onírico y tristísimo texto.
    Gracias.

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