«RECINTO MÁGICO». Fragmento (1) de «LA PLAZA PÚBLICA COMO ESPACIO DE DEMOCRACIA Y CULTURA» por Lauro Gandul Verdún (Lisboa, 10 de mayo de 2012)

Vicente Núñez (1926-2002) en su poema «Plaza octogonal» nos ofrece claves para la comprensión del concepto de plaza como espacio privilegiado, donde la arquitectura delimita su contorno, único apto para un dintorno destinado a espacio público, al ámbito donde la opinión pública, donde tratar «de asuntos ipagrenses» (gentilicio de Ipagro, nombre romano de Aguilar de la Frontera), asuntos de cives. El poema tiene cinco partes. Elegimos la dos últimas:

«Literales, las jambas,
siempre sumisas a severos
dictámenes, aportan
nueva maraña de sentidos.
Qué flanquean: lo oscuro,
los mil dinteles de la ya inminente
transformación rudimentaria,
la presencia de signos
no suscitados desde los albores
del compás y el escoplo.
Penetrabilidad de las edades
en el recinto mágico.»

…………Para el poeta la plaza existe porque sus pilares siempre se han rendido a lo áspero del juicio inveterado para poder sostener el dintel y el arco, pero a la vez «aportan nueva maraña de sentidos». La plaza es un «recinto mágico» donde cabe el tiempo del mundo, donde los siglos han venido penetrando. Las edades han sido traídas por los llegados a ella a tratar de los asuntos que les concernían, cuestiones de la ciudad, o a juzgar o a ser juzgado, o a ejercer la reclamación contra el otro, o a premiarlo, y trajeron también la transformación sin solución de continuidad.

,,,,,,,,,,,,El espacio de la plaza es el hueco imprescindible para que la ciudad sea ciudad, un vacío donde la ciudad tiene su cimiento tangible e intangible, donde la arquitectura constituye por naturaleza un hecho urbanístico porque tiene como función alojar la vida civil, o la del mercado, la del dar o el recibir, la del logos  porque la arquitectura comprende el albor y el crepúsculo, y, en medio, el bullicio del mediodía que se ofrece dispuesto para que el ser humano, el aristotélico zoon politikón o el romano cives, permitan «la presencia de signos/ no suscitados desde los albores/ del compás y el escoplo».

…………Continuidad inveterada e invención continua del espacio público, no obstante los severos dictámenes a los que siempre han de ser sumisas las jambas, el poeta allí puede llegar desnudo y pide ser abrazado:

«Abrázame ahora mismo.
Vuelvo desnudo con un cesto de uvas
al lagar de tus padres.
No me preguntes nada.
Bajo los parasoles del mercado,
la mañana se abría
de codicia y sandalias.
Extiéndeme o exhíbeme
como un tul. En Corinto,
solían los ladrilleros
hablarme sin reparos
de asuntos ipagrenses.
Vengo a vender mi cuerpo.»


4 comments.

  1. Buen texto.

    A.L.

  2. Vale. Gracias.

    L.

  3. A.L.,

    Reitero gracias porque te haya gustado el texto, pero ¿no dices nada de las dos fotos? Me gustaría saber tu opinión.

    L.

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