LA TRAICIÓN DE JUDAS. Por José Manuel Colubi Falcó

La última cena
Leonardo da Vinci
1452.1519

Nos lo cuenta la Declaración de José de Arimatea (cf. «Evangelios apócrifos», B.A.C. nº 148), en I, 3-4 y II, 2-4, textos que traduzco.

(I, 3-4): “Fue detenido también Jesús antes del tercer día de la Pascua, cuando era la tarde. No había Pascua para Caifás ni para la multitud de los judíos, sino que tenían una gran pena por el robo del ladrón que había tenido lugar en el santuario. Y habiendo llamado a Judas el Iscariote, hablan con él; era, en efecto, descendiente del hermano del sacerdote Caifás. No era por su aspecto discípulo de Jesús, sino que toda la multitud de los judíos habíanle impelido mediante engaño a que siguiera a Jesús, no para que fuera obediente a los portentos hechos por él ni para que lo reconociera, sino para que se le entregara a ellos, queriendo sorprenderle en alguna mentira. Al mismo tiempo le habían dado regalos por una acción de tal virtud, y un didracma de oro cada día. Hacía ya dos años que estaba con Jesús, según cuenta uno de los discípulos llamado Juan. Y en el tercer día antes de que fuera detenido Jesús, Judas dice a los judíos: «Venga, pongamos como pretexto que el ladrón no robó la ley, sino el mismo Jesús, y yo lo convenzo.»”

(II, 2-4): “Anás y Caifás dieron ocultamente bastante dinero a Judas el Iscariote, diciéndole: «Di, según nos dijiste anteriormente, (que) Yo sé que la ley ha sido robada por Jesús, a fin de que la acusación vuelva contra él y no contra esta muchacha irreprochable.» Y habiendo convenido en esto Judas, les dijo: «No sepa toda la multitud que yo he sido instruido por vosotros para hacer esto contra Jesús, sino soltad a Jesús, que yo persuado a la multitud de que eso es así.» Y con el engaño soltaron a Jesús. Judas, habiendo entrado en el santuario cuando empezaba a brillar el día quinto, dice a todo el pueblo: «¿Qué queréis darme y yo os entregaré al destructor de la ley y expoliador de los profetas?» Los judíos le responden: «Si nos lo entregas, te daremos treinta piezas (de plata, sic) de oro.» […] Y Judas tomó las treinta piezas (de plata, sic) de oro. Y habiendo salido a la hora cuarta, ya a la quinta halla a Jesús, que paseaba en la plaza. Cuando ya estaba a punto de ser la tarde, dice a los judíos Judas: «Dadme una fuerza auxiliar de sol, dados con cuchillos y palos y yo os lo entregaré.» Le dieron, así, auxiliares para prenderlo. Mientras marchaban Judas les dice: «Al que yo haya besado prendedlo, pues él expolió la ley y los profetas.» Llegado, pues, a Jesús, lo besó diciendo: «Salve, rabí.», cuando era el atardecer del día quinto.”

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