Posts from octubre 2014.

LA MARCA ESPAÑA. Por Parco Lacónico

 

BlancosManuel Verpi 2014 (Foto:  Manuel Verpi [Alcalá 2014])

 

Desde Pedro Sánchez hasta todos los demás politiqueros que se han manifestado sobre lo del Toro de la Vega mienten, fingen y trapacean. Lo del Toro de la Vega y los «bravos» cabestros que se divierten con la tortura, sea infligiéndola directamente sea como activos y embobados espectadores de tan definitoria y gloriosa hazaña. ¿Irán Rajoy, Wert y García Margallo a París, a Bombay, a Melbourne a vender este ejemplo de orgullo nacional, dentro de lo que han dado en llamar «Marca España»? Como siempre, menos palabras, menos propaganda falaz y más hechos. ¿No coinciden todos en que el múltiple apuñalamiento de una criatura inocente a manos de centenares de malvados es algo totalmente rechazable? Pues que sea prohibido taxativa e inmediatamente. A menos que se los impida la sed de votos de toda esa caterva tan igual a ellos (salvo en lo que ganan al año). Por cierto, a Bombay  no irán con esa Marca España, porque allí las vacas son sagradas. Y los toros más.

   Hay que ver lo que mueven algunos (muchos) con tal de no trabajar y ganar dinero a espuertas. Es el caso de Miguel Arias Cañete, partícipe de dos o tres compañías dedicadas al tráfico de petróleo y sin embargo nombrado comisario de Energía y Clima de la UE, después de haber sido designado, que  no elegido democráticamente, eurodiputado. El clima que él conoce es sobre todo el del cobro de subvenciones agrícolas y el del impedimento para la generación de energías renovables en España. Eso, la Marca España. Y la Marca Europa. ¡Argg!

 

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Nota del Editor: «Marca España» en «CARMINA»: Lector, pinche, si quiere saber más acerca de la tal marca sobre estos dos enlaces a sendos textos que en esta revista ya han tratado, digamos, el tema, a saber:

COLOQUIOS (215): «FEIJÓO QUIERE PEDIR PERDÓN». Gabi Mendoza Ugalde

COLOQUIOS (193): «MARCAS Y PATENTES (TRILOGÍA CON ESTRAMBOTE)». Gabi Mendoza Ugalde

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DIÁLOGO ENTRE EL CIELO Y EL SUELO. De la serie «RECORTES», Nº 98. Por Pablo Romero Gabella

 

atalayaacorraladaManuel Verpi 2014Atalaya acorralada

(Fotos:  Manuel Verpi [Alcalá 2014])

 

«—Lo que tenemos claro es que aquí no queremos ser una opción pintoresca, no queremos ser los de la pandereta. No nos conformamos con haber llegado hasta aquí.


—No; yo supongo que hay formas de agrupación social unas mejores que otras, y que se deben ir dejando las malas y tomando las buenas.


—Esto me parece muy vago. A una colectividad no se le moverá jamás diciéndole: Puede haber una forma social mejor. No a la mujer y a la colectividad hay que prometerles el paraíso. Los semitas inventaron un paraíso materialista en el principio del hombre; el cristianismo, otra forma de semitismo, colocó el paraíso al final y fuera de la vida del hombre y los anarquistas, que no son más que unos neocristianos, es decir, neosemitas; ponen su paraíso en la vida y no en la tierra. En todas partes y en todas épocas los conductores de hombres son prometedores de paraísos. El cielo no se toma por consenso. Se toma por asalto.


—Sí quizá; pero alguna vez tenemos que dejar de ser niños, alguna vez tenemos que mirar a nuestro alrededor con serenidad. Ya no hay monstruos en el seno de la noche, ya nadie nos acecha. Con nuestras fuerzas vamos siendo dueños del mundo»


[Palabras de Pablo Iglesias, en la Asamblea fundacional de Podemos en Madrid recogidas en Francisco Manetto, «Iglesias apela a la mayoría para ocupar la centralidad del tablero», El País, 19 de octubre de 2014/ Pío Baroja, El árbol de la ciencia, Madrid, 2007 pág. 177, edición de Pío Caro Baroja, 1ª edición en 1911]

 

CODICIA Y DEMOCRACIA. Por María del Águila Barrios

 

CodiciaManuelVerpi2014

Codicia voraz

(Foto:  Manuel Verpi [Alcalá 2014])

 

Poco a poco, la codicia ha ido devorando un pueblo ya convertido, pretendidamente, en ciudad aunque ahora se quiera «Uno más». Un pueblo que destacaba en la provincia desde tiempo inmemorial, cuando aún ni siquiera existía el concepto de provincia ni el de pueblo; puedo así remontarme al Neolítico y pensar en el espacio de Gandul o al Medievo e imaginar la importancia del castillo y su dominio. Sin embargo, desde que llegó la última democracia la codicia se ha encarnado en quienes gobiernan la cosa pública y convierten a la cosa en eso, en «objeto inanimado, por oposición al ser viviente», tal y como define el diccionario de la RAE este término, una cosa en su más mínima expresión, un anecdotario de ora un acto en el auditorio, ora unos pintores en la ribera del Guadaíra, ora un festival de flamenco en una plaza…; ellos, los auténticos pseudopolíticos, a los que se unen los pseudofuncionarios, los pseudoempresarios, los pseudotécnicos, los pseudoperidodistas y los pseudociudadanos. Ellos, los codiciosos, tienen el afán excesivo de la apariencia y el aparente deseo de hacer algunas cosas buenas, el absurdo del derroche sin pensar en el beneficio de todos sino en el de unos pocos. Y no escribo ahora en clave de «Podemos» o de «Ganemos» sino en clave «DeAlcaláSemos». En Alcalá, lo que los auténticos pseudos codician no es el espacio ni el tiempo sino el dinero que les renta la destrucción de todo eso: han conseguido la destrucción de un tiempo donde Alcalá fue referencia artística, cultural, paisajística, política, empresarial y la destrucción de un espacio, el lugar donde conviven y transitan, pasean y disfrutan los alcalareños, aunque, en nuestra desesperación, digamos: «siempre nos quedará Oromana».

   ¿Y por qué la inteligencia en oposición a la codicia? Pues porque la inteligencia en el gobierno de la cosa pública se podría definir como definen sus ciudades y pueblos el vecino Portugal o la vecina Francia. Conservando costumbres y tradiciones, alejando el capricho y la veleidad, por ejemplo, de construir una escuela de flamenco donde ya está consolidada una Escuela de Idiomas o tirando la tapia de la Harinera del Guadaíra para colocar barras de metal galvanizado y, en definitiva, apoyando las verdaderas trayectorias culturales, en su concepción y construcción más amplia, dándoles vida. Que cualquier ciudadano para mantener o emprender una iniciativa no tenga que pagar un auténtico pastizal (de pasta, dinero), a fin de cuentas, pasto para las bestias que nos gobiernan.

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UN JUEZ POR DERECHO Y DOS LIBROS. Por Parco Lacónico

 

Ramón_y_Cajal_por_Izquierdo_Vives_1874_Museo_del_ejercito_ToledoRamón y Cajal, capitán médico en Cuba

Izquierdo Vives

1874

 

«Elpidio, ponedle Elpidio», le repito a mi hija y a mi yerno, sobre el nombre del nieto que está en camino. Que tenga el nombre de un héroe moderno, de un mártir de nuestros días. Eso quiero. También saber cómo el presidente de Caja Madrid pudo, entre otras lindezas, comprar un banco en quiebra del estado de Florida, a sabiendas y con el dinero de los impositores y quedar impune, tanto judicial como económicamente. Gracias, no me expliquen, lo sé. Quien no lo sepa es que es…

   Para herrumbre, la de José María Carrascal, el simpático octogenario que no ha mucho ha publicado un libro titulado El mundo visto a los ochenta años. Es exactamente el mismo título del libro de don Santiago Ramón y Cajal (editado al poco de su fallecimiento), aquel navarro-aragonés merecedor de más de un Nóbel, además del de Fisiología en 1906, porque don Santiago tenía infinitamente más valores humanos que cualquier otro humano que ponga a su libro el mismo título que el del sabio. Una de dos: o el señor Carrascal no conoce la obra literaria de Ramón y Cajal, lo que es imperdonable (¿o es increíble?), o es un oportunista de esos que tanto abundan y sobran en esta España de nuestros sufrimientos. Además, quien lea el libro del señor Carrascal no va a encontrar nada, pero que nada, comparable a las excelentes enseñanzas que don Santiago nos dejó en su libro.

    Sobre lo del Ébola… ¿Para qué hablar?

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UN PAÍS PARA COMÉRSELO. De la serie «RECORTES», Nº 97. Por Pablo Romero Gabella

 

barrioalcalareño 2014 M.VerpiBarrio de españoles, hoy

(Foto:   Manuel Verpi, Alcalá 2014)

 

«Es un lugar muy triste que ha prohibido los héroes

y ha dejado pudrirse las rosas del escándalo.

Siempre he vivido en él. No sé si en otra parte

habrá tantos borrachos y chicas tan espléndidas.

Es sólo un lugar pobre que ha perdido su alma

sin ganar nada a cambio, un lugar sin futuro,

un puñado de tierra desunido y estéril.

Por él daría mi sangre hasta la última gota.

Incomprensible España pupitre sin maestra

hermosa calamidad.»

 

[Luis Alberto de Cuenca, «España», Los mundos y los días. Poesía 1970-2002, Madrid, 2007, pág. 183 / Blas de Otero, «Poeta colonial», Verso y prosa, Madrid, 1990, pág. 67]

 

700 AÑOS DE LA SINAGOGA DE CÓRDOBA: (1314/15-2015). Antonio Luis Albás.

HISTORIA DE CATALUÑA. Juan Reglá (1917-1973) cita fragmentos de una carta de Galdós (1843-1920) a Narciso Oller (1846-1930)

 

cartel última corrida barcelona

Cartel de la última corrida de toros celebrada en Barcelona

2011

 

   «Hemos aludido ya a la actitud contraria de don Benito Pérez Galdós, quien, en carta a Oller (1886), no vacila en escribir:

   No puede Ud. figurarse el desconsuelo que siento al ver un novelista de sus dotes, realmente excepcionales, escribiendo en lengua distinta del español, que es, no lo dude Ud., la lengua de las lenguas… La admiración que siento por Ud. es bastante grande para hacerme desafiar las asperezas de una lengua cuyas bellezas no entiendo y cuya resurrección como lengua literaria no me explico… El castellano es la lengua de los dioses… El catalán, por lo poco que yo entiendo de él, no tiene construcción propia… La sintaxis, la construcción, son las nuestras. No difieren más que en las palabras, cuya tosquedad y dureza hiere el oído. Por eso es tan fácil la traducción. Es como arrancar un disfraz que sólo está sujeto con un hilo. Yo leo la prosa de Ud. y veo en ella un castellano, pero con palabras catalanas. Es como un hombre blanco, que se ha teñido de betún para ponerse negro y no lo es. Ud., amigo mío, escribe en español sin saberlo…

Y tratando de poner el dedo en la llaga, don Benito continúa sin ambages:

   Ustedes —esto es, los catalanes— son los hijos mimados de la nación… Separatistas nosotros, que vivimos sacrificados a las exigencias de una industria que no acaba de perfeccionarse… ¿Qué quiere decir protección más que la obligación en que estamos todos de comprar a Ustedes el producto de sus talleres? O yo soy tonto o protección y separatismo son términos antitéticos…

Galdós acaba aconsejando a Oller:

   Deje Ud. a los poetas que se las arreglen allá y véngase Ud. para acá.»

 

[Juan Reglá,

Historia de Cataluña.

Ed. Alianza Editorial, S.A.

Madrid, 1977.

Págs. 180 y 181]

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¿ESPAÑA CONTRA CATALUÑA?: EL MAL USO PÚBLICO DE LA HISTORIA. Por Pablo Romero Gabella

¡QUÉ MANADA! Por Parco Lacónico

CIRCO PERO SIN PAN. Por Rafael Rodríguez González

TRACTO SOCIAL. De la serie «RECORTES», Nº 43. Por Pablo Romero Gabella

YENKACRACIA (IZQUIERDA, DERECHA, ADELANTE, DETRÁS…). De la serie «RECORTES», Nº 39. Por Pablo Romero Gabella

POLÉMICAS ANTITAURINAS. Los principios ético-religiosos y la lidia de toros bravos. Por Antonio García Mora

 

DAFNIS Y CLOE. Longo (siglo II d. Cristo). Traducido al español por Juan Valera (1824-1905) y con un Dionisos de Guillermo Bermudo

 

Grabado Dionisos guillermobermudo

Por Guillermo Bermudo

Grabado 1/35

2013

 

«Estaba ya en su fuerza el otoño, se acercaban los días de la vendimia, y todo era vida y movimiento en el campo. Unos preparaban los lagares, otros fregaban las tinajas; éstos tejían canastas y cestos o afilaban hoces pequeñas para cortar los racimos, y aquéllos disponían la piedra o la viga para estrujar las uvas o machacaban mimbres y sarmientos secos para hacer antorchas a cuya luz trasegar el mosto de noche. Dafnis y Cloe habían abandonado ovejas y cabras, y prestaban en tales faenas el auxilio de sus manos. Él acarreaba la uva en cestos, la pisaba en el lagar y llevaba el mosto a las tinajas, y ella condimentaba la comida de los vendimiadores, les daba de beber vino añejo, y hasta vendimiaba; porque en Lesbos las viñas no están en alto ni enlazadas a los árboles, sino rastreando los sarmientos como la hiedra, de modo que una criatura apenas salida de los pañales puede allí coger racimos.»

 

[Longo,
Dafnis y Cloe.
Traducción por Juan Valera.
Ed. Edicomunicación, S.A.
Barcelona 1997.
Pág. 55]

 

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Si lo deseas, además, puedes leer  en «CARMINA»

BORRACHOS. Por Rafael Rodríguez González

y encontrarte con el pintor Guillermo Bermudotambién.

 

VICENTE NÚÑEZ XV: Teoría de los Ángeles. (Jueves XXVI del TO, de los Ángeles Custodios). Antonio Luis Albás, (2014)

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 Descanso en la Huida a Egipto. (Sagrada Familia con Ángel Músico). Caravaggio, (1597)

En los confines “fractales”, fronteras movedizas de lo que todavía no está del todo inmerso en el reino de lo caótico, cualquier tentativa angélica de vuelo sólo podría ser planeada desde la suspensión repentina de su pliegue evasor –volante évasé-, ya que un vuelo sostenible no se concibe sino en el desamarre de la caoticidad y sus fracturas, lo que presupone un alarde extremo en la ostentación angélica de los atributos innatos. Desplegarse es poner a salvo la forma amenazada, como nos sugieren los dantescos barros navideños, donde el ángel del In excelsis, aunque tan torpemente articulado y abandonado a la terrible anfractuosidad cinematográfica del corcho y las escorias de la fragua, del aserrín, el celofán y los algodones, todavía anhela protegerse y refugiarse en el edén ingenuo de las disposiciones artesanales. Los ángeles son pese a esa desoladora plataforma de despegue, especies de los espacios ya saturados de forma, instancias últimas de traslado y fuga, apoyos evasivos hacia lo despejado del ser.

Formas compactas de transcurso como se nos revelan enigmáticas aquellas otras –formas-posada- que ya habían alcanzado en lo aéreo de su voraz “angelofagia”, en ese corredor inagotable de pináculos, cúpula y cimborrios apresadores de la densa, de la atribulada tribu alada. O como en el espacio medieval de las vidrieras, embutidas luego en la luz acotada y emplomada por el devenir de los estilos arquitectónicos y de las ceremonias; en todo aquello que hace posible que las esquinas “fractales” –recortes muy apurados de enjutas y pechinas – se propugnen como sostenes arcangélicos de las basílicas y como depósitos doctrinales de reserva, continuamente sobresaltados por el espeso hervor de las liturgias. Lo angosto es el pulimento de lo angélico. Y así como en el derrame terminal de los cirios de la consunción se gradúa por el parpadeo depresor de la llama, lo angélico se encumbra y arde en el roce indefenso de lo humano, que lo convoca y lo funde, sometiéndolo a un decrecer mortecino o una eclosión de ráfaga.

Túneles y conductores, los ángeles hacen posible el decurso de la luz. Son lo soterrado de lo abierto. Peanas alucinantes de la luz, acróteras prestas a devastarse en la solicitudes de la ultimidad.