Posts categorized “Poema con foto”.
CANÇÃO DE PRIMAVERA. José Régio (1901-1969)
Eu, dar flor, já não dou. Mas vós, ó flores,
Pois que Maio chegou,
Revesti-o de clâmides de cores!
Que eu, dar flor, já não dou.
Eu, cantar, já não canto. Mas vós, aves,
Acordai desse azul, calado há tanto
As infinitas naves!
Que eu, cantar, já não canto.
Eu, invernos e outonos recalcados
Regelaram meu ser neste arripio…
Aquece tu, ó sol, jardins e prados!
Que eu, é de mim o frio.
Eu, Maio, já não tenho. Mas tu, Maio,
Vem, com tua paixão,
Protrar a terra em cálido desmaio!
Que eu, ter Maio, já não.
Que eu, dar flor, já não dou; cantar, não canto;
Ter sol, não tenho; e amar…
Mas, se não amo,
Como é que, Maio em flor, te chamo tanto,
E não por mim assim te chamo?
Yo, dar flor, ya no doy. Mas vos, oh flores,
Pues que Mayo llegó,
¡Ponedle clámides de colores!
Que dar flor, ya no doy.
Yo, cantar, ya no canto. Mas vos, aves,
¡Despertad de ese azul, silencioso hace tanto,
Las infinitas naves!
Que yo, cantar, ya no canto.
Yo, inviernos y otoños recalcados
Helaron mi ser con su escalofrío…
¡Calienta tú, sol, jardines y prados!
Que yo, mío es el frío.
Yo, Mayo, ya no tengo. Mas tú, Mayo,
¡Ven con tu pasión, oh!
A postrar a la tierra en cálido desmayo.
Que yo, tener Mayo, ya no.
Que yo, dar flor, ya no doy; cantar, no canto;
Tener sol, no tengo; y amar…
Pero, si no amo,
¿Cómo es que, Mayo en flor, te llamo tanto,
Y no es por mí por lo que así te llamo?
Traductor: Ángel Crespo (1926-1995)
SOBRE EL MAR EL MISMO CIELO QUE SOBRE EL CAMPO. Lauro Gandul Verdún
Foto: ODP
SOBRE el mar el mismo cielo que sobre el campo
Cielo de mañana azul
Puro
Celeste
Y vasto
Toda la bóveda sin una nube sobre el mar
Sobre el campo
Basta para un universo
Abro y cierro los ojos
Los pies siempre pisan arena cierta
Cierro los ojos no importa cuánto
Y sin embargo ni es la noche ni la ceguera
Abro los ojos el mismo día infinito
Azul
Puro celeste
Y vasto.
UN VAPOROSO RECUERDO PARA GABRIEL CELAYA. Por Rafael Rodríguez González
Un joven Gabriel Celaya
Casi todos supimos de Gabriel Celaya (18 de Marzo de 1911-18 de abril de 1991) gracias a Paco Ibáñez (¡menuda espoleta!). Después, algunos de esos muchos supimos algo más de Celaya gracias al papel impreso. Y a los tres, entre otros, hemos de agradecer gustar de la poesía. Aunque algunos, casi todos, al cabo de tanto tiempo nada sepamos de poesía, sabemos lo que nos gusta, como cualquier hijo de madre: somos vulgares, pero selectivos.
A los cien años de su nacimiento y a los veinte de su ida, yo, en esta premura, sólo quiero manifestar mi alegría por su existencia, así como destacar unas frases que se han dicho sobre él, ahora o cuando sea. «El poeta y el hombre, fuera lo que hiciere, metido hasta el cuello en la historia» (Armando López Salinas). «Porque Gabriel Celaya es incontable, más que por inenarrable, por extenso e innúmero. Demasiados Celayas para contarlos uno a uno» (Ángel González).
Una vez le vi llorar en la tele, y entonces me abrazó la poesía.
Gabriel Celaya, Amparitxu Gastón y Blas de Otero
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:
se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser, y en tanto somos, dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo,
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que tiene nombre.
Son gritos en el cielo y, en la tierra, son actos.
NOTA:
Rafael, me permito por mi parte añadir un link al tuyo, de un artículo sobre Celaya por Pablo García Baena, aparecido precisamente hoy en El Mundo Cultural: Celaya, Aquí y Ahora.